El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asegurado este lunes en Santander que el Gobierno
no contempla cambiar "de ninguna manera" la política penitencia de los presos de ETA y que la banda terrorista "tiene todavía por delante un camino de disolución, de entrega de las armas, de reconocimiento del daño causado" y de "petición de perdón a las víctimas".
"No me parece que sea el momento de hablar en absoluto del
cambio de la política penitenciaria", ha zanjado Catalá en declaraciones a los medios después y
en la inauguración dos encuentros sobre Justicia, economía y la presunción de inocencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Igualmente,
ha recordado el secuestro y asesinato hace 20 años del joven concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco. En este sentido, ha destacado que este asesinato supuso "un antes y un después, hubo un
inicio de la conciencia ciudadana". "No sabía ETA que aquel día estaba iniciando el final de su desgraciadísima y tétrica historia", ha asegurado.
Por ello, ha lamentado que después de la "movilización extraordinaria" que hubo hace 20 años "ahora, cuando se quiere recordar una figura tan emblemática como fue Miguel Ángel, haya algunos que desde la mezquindad
nieguen ese reconocimiento, nieguen adhesiones a actos públicos o nieguen el otorgamiento una calle o una plaza en alguna localidad, se potencia esa mezquindad".
"Me parece que
la lucha por las libertades, y la figura de Miguel Ángel Blanco en particular, merece de todos los demócratas, y somos muchos millones en España los que tenemos esa condición, que reconozcamos a las personas que desde su generosidad, desde su ejemplo, dieron la vida por las libertades en España", ha manifestado. Por este motivo, opina que es "una absoluta mezquindad" que el hecho de que haya quien "intente encontrar matices o que intenten hacer diferencias".
Srs. del PP, de la misma manera que todos los ciudadanos decentes estuvimos con el gobierno cuando ETA secuestró a Miguel Ángel Blanco y no habríamos aceptado el chantaje de la banda terrorista. Ahora con ETA derrotada, el pueblo español puede y debe ser generoso, no con los presos, pero si con sus familias y no castigarles con viajes innecesarios.
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