Cataluña ante el 1-O

El PP recurre al 1-O para alertar del "riesgo" de abrir una reforma de la Constitución sin consenso

Imagen del Comité de Dirección del PP del pasado 10 de julio.

El Partido Popular ha mirado siempre con recelo la posibilidad de reformar la Constitución. El argumentario oficial siempre es el mismo: se puede abrir el proceso de reforma de la Carta Magna, pero antes de hacerlo hay que delimitar de forma muy clara qué parte del articulado se quiere tocar y para qué fin. Este fue el mensaje al que los conservadores recurrieron la X Legislatura (2011-2015), cuando gozaban de mayoría absoluta. Y este es el mensaje en el que están insistiendo en los últimos días a raíz de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, anunciara que en septiembre, con la apertura del nuevo curso político, su formación iniciará los trámites en el Parlamento para trabajar en una reforma de la Constitución.

En Génova y en el Gobierno no ha sentado nada bien el gesto del nuevo líder de los socialistas. Lo ven "oportunista" y ven un tremendo error que se vincule al llamado "desafío soberanista" de Cataluña a tres meses de la fecha anunciada para el referéndum. "Claro que se puede reformar la Constitución, pero no como reacción de causa-efecto a lo que está pasando en Cataluña", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

El propio coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, dejó patente este mismo lunes el malestar de su partido con los pasos anunciados por el líder de los socialistas. A su juicio, el PSOE que tiene que ser consciente de que lo que hay encima de la mesa por parte del Govern "es un desafío independentista que pone en cuestión la Constitución". En este contexto, consideró que no sirve de nada "distraer a última hora y coquetear con el discurso independentista"  de quienes "quieren una voladura de la Constitución". Quedaban pocas horas para que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Unidos Podemos) y sus equipos se reuniesen en el Congreso de los Diputados para estudiar cauces de colaboración en el ámbito parlamentario.

Mientras que el PSOE insistió en que su propuesta de crear una subcomisión parlamentaria para abordar la reforma de la Constitución, el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, consideró que es mejor que se haga en una "comisión de crisis territorial", algo que cree que está "a la altura de lo que está ocurriendo en Cataluña".

"Ha perdido la moderación"

Maillo consideró que el PSOE debería "apoyar al Gobierno", ante un Gobierno regional que "ha perdido la moderación y la responsabilidad". "Todo lo demás es entretener. Ni contenta al independentismo, ni ayuda a la solución del problema", dijo el número tres de los conservadores.

Concretamente, sobre la reforma de la Constitución, dejó claro que el PP hablará sobre ello cuando se sepa "para qué"

"Abrir una reforma como único objetivo solucionar un problema, que lo que quiere es dinamitar la propia Constitución, no va a funcionar", subrayó en el programa Los Desayunos de TVE.

Hasta la fecha, el Gobierno no ha precisado qué va a hacer para impedir que el 1 de octubre no se celebre el referéndum en Cataluña. Señalan que tienen todos los escenarios previstos y que el aparato del Estado está preparado para reacionar en sólo 24 horas a los pasos que se vayan dando desde la Generalitat. Pero no han dado más pistas. No obstante, la posibilidad de activar el artículo 155 de la Constitución, el que faculta al Gobierno para obligar a las comunidades autónomas a cumplir la ley, parece un escenario remoto. 

En la Moncloa y en el PP están convencidos de que el bloque soberanista está buscando una reacción del Gobierno a cada uno de sus pasos porque "se alimentan del victimismo". De ahí que la consigna sea máxima prudencia y reacciones "proporcionadas". "No vamos a renunciar a anuncios de anuncios de anuncios. Se reacciona a los hechos", señalan desde el Ejecutivo.

También el presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, salió este lunes a cargar contra el momento elegido por los socialistas para volver a poner sobre la mesa la reforma de la Carta Magna. Sin moverse del argumentario de su formación, se mostró a favor de una modificación en el futuro para actualizar su contenido, pero calificó de "extemporáneo y torpe" que Sánchez, la haya planteado ahora con el fin de recoger la plurinacionalidad del Estado.

"Pedro Sánchez viene a Barcelona a presentar una reforma constitucional para dar satisfacción a los partidos independentistas y estos partidos le responden con la ignorancia y el desprecio", dijo en rueda de prensa desde la sede del PP en Barcelona.

"Engañando a todo el mundo"

García Albiol recordó que para reformar la Constitución se necesita al apoyo dos tercios en las Cortes, por lo que diciendo que puede salir adelante sin los votos del PP se "está engañando a todo el mundo: a los votantes socialistas y al conjunto de ciudadanos".

"No me parece mal una propuesta de reforma constitucional, pero no se puede hacer para dar satisfacción a los que quieren romper Catalunya del resto de España", recalcó.

El debate sobre la reforma constitucional ha provocado también varios roces entre el PP y Ciudadanos , su socio de investidura. Uno de lo momentos más tensos se vivió cuando Martínez-Maillo admitió que el PP había aceptado las condiciones de Cs a cambio del apoyo a Rajoy porque eran "lentejas". Se refería al dicho popular "Son lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas".

Era 27 de febrero y el coordinador general del PP advertía en rueda de prensa que había cuestiones del pacto con la formación naranja como, por ejemplo, la limitación de mandatos o la reducción de los aforamientos que requerían de una reforma constitucional para salir adelante

Martínez-Maillo señaló que "ellos" [por Ciudadanos] "lo saben". "Nosotros, también", dijo. "No es que sea un obstáculo, es un paso más del acuerdo". "Tenemos 137 [escaños] más Ciudadanos. Si sabemos sumar, no da", completó.

El principal temor: que Podemos promueva un referéndum

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Sin mayoría absoluta en el Congreso, a los conservadores no les sirve sólo con sacar adelante una iniciativa de reforma de la Constitución y controlar todo el proceso hasta el Senado, donde dispone de mayoría absoluta. El temor en el equipo de Rajoy es que, una vez aprobada la nueva redacción, una décima parte de los parlamentarios de cualquiera de las Cámaras pida que ésta sea sometida a referéndum para su ratificación. El PP cree que con PSOE y Ciudadanos podría llegar a pactar un texto que incluyese, por ejemplo, la reducción de los aforamientos. El problema lo tiene con el Grupo de Podemos que, con 67 diputadoscon 67 diputados, podría perfectamente plantear la consulta pública contemplada en el artículo 167 de la Constitución.

En su punto 3, el citado artículo de la Carta Magna refleja que "aprobada la reforma [constitucional] por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras".

Más allá de la reforma concreta que se sometiese a ratificación en el referéndum, la campaña de una consulta podría convertirse en un plebiscito sobre otras cuestiones, como la forma de Estado.

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