las explicaciones de Rajoy sobre el 'caso Gürtel'

Rajoy queda en manos del PNV para evitar el Pleno extraordinario por la corrupción del PP

Aitor Esteban (PNV) y Mariano Rajoy el 6 de julio de 2016.

Ibon Uría

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, depende del voto del PNV para evitar verse obligado a comparecer en un Pleno extraordinario sobre la corrupción que afecta a su partido y las posibles responsabilidades políticas que pesan sobre él. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acordaron en la mañana de este jueves presentar esa petición de forma conjunta, y ahora todo está en manos de los nacionalistas vascos –y, en menor medida, de Cs–.

La petición de PSOE y Unidos Podemos llegó apenas un día después de que Rajoy declarase en calidad de testigo en la Audiencia Nacional. Pese a sus intentos de prestar testimonio por videoconferencia, el presidente del Gobierno se vio finalmente arrastrado a personarse ante el tribunal que juzga la primera etapa del caso Gürtel para someterse a preguntas, fundamentalmente, sobre la financiación electoral de los conservadores.

Minutos después de terminar esa comparecencia, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, le exigió su dimisión. Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, anunció por su parte que pediría un Pleno extraordinario y emplazó a los socialistas a sumarse a esa petición. Menos de 24 horas después, Sánchez e Iglesias mantuvieron una conversación telefónica para pactar los detalles y ambos grupos registraron en la Cámara baja la petición.

PSOE y Unidos Podemos quieren que la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor (PP), convoque la Diputación Permanente, que es el órgano que vela por los poderes de la Cámara entre periodos de sesiones –como sucede en verano–. En ese foro se debatiría la petición de un Pleno extraordinario para que Rajoy explique por qué se "niega a asumir responsabilidades políticas" por los casos de corrupción que afectan al PP.

Si finalmente la iniciativa de estos dos grupos sale adelante –la clave será el voto del PNV–, será la segunda ocasión en la que Rajoy interrumpa su parón estival para acudir al Parlamento a disipar las dudas sobre las causas por corrupción que rodean al PP o, al menos, a intentarlo: el 1 de agosto de 2013 tuvo que interrumpir sus vacaciones para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas en una sesión también de carácter extraordinario.

Un voto decisivo

La duda de si Rajoy tendrá o no que comparecer se dirimirá en la Diputación Permanente. La potestad de convocar a ese órgano es de la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, pero el reglamento del Congreso fija en su artículo 56.4 que cuando lo solicitan al menos dos grupos –PSOE y UP, en este caso– está obligada a hacerlo, por lo que se trata de un mero formalismo.

El órgano está compuesto por un total de 65 diputados, que representan de forma proporcional a los grupos parlamentarios. El PP, el mayor grupo parlamentario, tiene 25 representantes, el PSOE 15, Unidos Podemos 12, Ciudadanos seis, ERC dos, y PNV, PDeCAT, Compromís, EH Bildu y UPN tienen uno cada uno. En caso de empate, decide el voto de calidad de la presidenta de la diputación, que es nuevamente Ana Pastor.

A favor de que comparezca Rajoy votarán los 15 diputados del PSOE, los 12 de Unidos Podemos y el de Compromís. Gabriel Rufián (ERC) anunció ya este miércoles que apoyaría la comparecencia y fuentes del grupo catalán lo confirmaron este jueves a infoLibre. También un portavoz del PDeCAT y la diputada de EH Bildu Marian Beitalarrangoitia señalaron a este medio que votarán a favor. Total: 32 votos.

Enfrente estarán los 25 diputados del PP y el de UPN, socio de los conservadores. A esos 26 podrían unirse los seis de Ciudadanos: el presidente del partido, Albert Rivera, confirmó este miércoles que su grupo no apoyará la petición de PSOE y UP, pero no precisó si votará en contra o se abstendrá. Si se abstuviera, Rajoy estaría obligado a comparecer en el Congreso, pues basta una mayoría simple para que se apruebe la iniciativa.

Pero, incluso en el escenario favorable para Rajoy –que Ciudadanos le respalde y vote en contra–, el presidente del Gobierno necesitaría al portavoz del PNV para deshacer un posible empate a 32 votos. En concreto, necesitaría que votase no o se abstuvierano . En el primer caso, desharía el empate: con 33 noes y 32 síes, se rechazaría el Pleno extraordinario. En el segundo, el resultado sería un empate a 32 y el reglamento establece que, en tal caso, el texto no prospera.

El PNV deshoja la margarita

Rajoy no tendrá escapatoria, en cambio, si el PNV decide votar a favor. Entonces habría 33 votos favorables y un máximo de 32 en contra de su comparecencia. ¿Y qué dice el PNV? Su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, afirmó en la mañana de este jueves en una entrevista en Radio Euskadi que no tendría "ningún problema" en que Rajoy compareciera en una sesión extraordinaria. "Eso nos parece correcto", apuntó.

Fuentes del PNV consultadas por este diario apuntan que los nacionalistas dudan entre el –que condenaría a Rajoy a comparecer– y la abstención –que probablemente lo salvaría ya que podría llevar a C's a votar no–. Esas fuentes destacan que no ha habido contactos por parte de PSOE y UP para que se sumen a la iniciativa, y que la comparecencia del presidente también podría darse en la comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP.

En principio, la comisión de investigación no volverá a reunirse hasta septiembre, cuando arranque el nuevo periodo de sesiones. Está previsto que sus trabajos se prolonguen como mínimo hasta final de año y hace unas semanas los grupos preacordaron citar a Rajoy en último lugar para poder interrogarle sobre los datos que arrojen quienes comparezcan antes que él, señala Europa Press.

Ciudadanos prefiere la comisión

En cuanto al papel de Cs, que si se abstuviera en lugar de apoyar al PP en esta votación obligaría a Rajoy a comparecer, su presidente, Albert Rivera, opinó este jueves en los pasillos del Congreso que una comparecencia en el Pleno sería un "mitin" que permitiría al presidente decir "lo que le dé la gana", porque no está obligado a decir la verdad en ese formato. Sin embargo, no aclaró si sus seis diputados votarán no o se abstendrán.

Rivera, cuyo partido siempre ha tenido entre sus mensajes principales la necesidad de regenerar la vida política española y luchar contra la corrupción, agregó que sería mejor que Rajoy acudiera a la comisión de investigación que ya está en marcha en el Congreso, porque ese tipo de comparecencia obligaría a Rajoy a no mentir y permitiría un "careo" entre los distintos grupos, lo que podría ser más esclarecedor.

Un portavoz de Ciudadanos señaló a infoLibre que se tomará la decisión de votar contra la comparecencia de Rajoy o abstenerse en próximas fechas, y evitó comentar qué factores están en juego o a qué se deben las dudas de la dirección del grupo. Por ahora, se limitó a confirmar, la formación naranja duda entre el no y la abstención.no

Hasta la fecha, Cs se ha demostrado como el mejor sostén del Gobierno: Rajoy y Rivera pactaron la investidura, pactaron los presupuestos, y sus partidos mantienen una alianza en la Mesa del Congreso que permite al Ejecutivo, por ejemplo, vetar la tramitación de las leyes de la oposición escudándose en motivos económicos y retrasar las iniciativas que no le interesan alargando los plazos de enmiendas.

Los bandazos de Rivera

Sin embargo, ha habido varios casos en los que Cs ha virado y ha dejado solo al PP. El bandazo más significativo de los de Rivera fue su abstención ante el primer intento del Gobierno de convalidar el decreto de reforma de la estiba. Cs anunció su respaldo al Ejecutivo, pero a última hora decidió abstenerse y ello condenó a Rajoy a una derrota histórica: ningún Gobierno había perdido desde 1979 una votación de similares características.

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La clave para el cambio del grupo naranja fue que tres diputadas que no iban a poder votar por estar de viaje en Estados Unidos anunciaron que adelantaban su regreso para poder rechazar la convalidación del decreto. Aquello ajustó mucho el pronóstico de la votación, y ante una posible derrota del Gobierno y una foto de Cs como sostén de un Ejecutivo en minoría, los de Rivera se pasaron a la abstención y evitaron esa imagen.

Rivera también actuó contra el PP en marzo, cuando los conservadores rechazaron apoyar la creación de la comisión de investigación sobre sus finanzas, como habían pactado Rajoy y Rivera en su acuerdo de investidura. El líder de Cs buscó entonces el auxilio de PSOE y Unidos Podemos, y ambos grupos apoyaron poner en marcha esa comisión, que es precisamente el foro donde Rivera quiere que comparezca el presidente.

Si finalmente, sea con un voto favorable del PNV, sea con la abstención de Ciudadanos, Mariano Rajoy se viera obligado a comparecer ante el Congreso de los Diputados, el PP aún tendría un as en la manga para que esa imagen le perjudique lo menos posible: la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, sería quien decidiría en solitario la fecha de la comparecencia. 

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