Delitos de odio

Los casos de islamofobia en España crecieron un 1.069% en los dos últimos años

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Ataques terroristas como el doble atentado perpetrado el 17 de agosto en Cataluña dejan a su paso peligrosas respuestas que recaen directamente sobre la comunidad musulmana. Los hechos avalan que, tras los atentados más mediáticos de los últimos dos años, el número de agresiones de corte islamófobo ha experimentado un crecimiento evidente. En España, el recuento de este tipo de expresiones ha pasado de 49 en 2014 a 573 en 2016, lo que se traduce en un aumento del 1.069,39%, según recoge el informe anual elaborado por la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia.

El aumento responde, en esencia, a la repercusión de los atentados ejecutados en suelo europeo por grupos terroristas como Dáesh. "Cada vez que Dáesh, u otros grupos similares, cometen actos terroristas en territorio europeo la islamofobia repunta espectacularmente logrando así sus objetivos: transmitir una imagen de fuerza en sus territorios ocupados y fomentar la islamofobia en países de Europa en los que muchos musulmanes ya se sentían ciudadanos de segunda", relata el informe. Estas agresiones tienen a su vez fuertes consecuencias a la hora de "alimentar políticas de extrema derecha y fortalecer partidos políticos que han convertido la islamofobia en ideología".

La plataforma explica el crecimiento de los dos últimos años atendiendo a "los terribles atentados perpetrados durante 2015 por grupos terroristas que dicen actuar en defensa del islam y de los musulmanes, pero que lo que provocan son muertes de inocentes, el fortalecimiento de grupos nazis y partidos políticos de extrema derecha, así como el incremento de la islamofobia". A partir del año 2015, continúa, "se han desencadenado en España una serie de actos vandálicos contra mezquitas situadas en diferentes puntos de nuestra geografía, así como un notable incremento de la hostilidad hacia los musulmanes, principalmente las mujeres con pañuelo, por ser más identificables y más vulnerables".

En el año 2016, la plataforma documentó un total 573 incidentes relacionados con la islamofobia. Las principales víctimas son las mujeres, que han sido objeto de agresiones en el 14,14% de las veces. Los refugiados, por su parte, han sufrido el 5,41% de las hostilidades y los niños, el 4,01%. Los autores de los ataques también han puesto el foco en símbolos religiosos de especial relevancia, como las mezquitas, contra las que han arremetido en el 12,57% de los casos registrados.

En cuanto al tipo de agresión, encabezan la lista todas aquellas "campañas, propaganda, música del odio, agitación en redes y activismo" cuyo objetivo no es otro que fomentar este tipo de ataques contra la comunidad musulmana. En total, la organización ha contabilizado 258 actos de este tipo. En segundo lugar, la "estigmatización, ofensas, insultos y calumnias" constituyeron 109 de los casos observados, seguido por la "presunta incitación, apoyo y actos de intolerancia, discriminación y violencia", que fueron detectadas un total de 96 veces. Las "entrevistas y artículos divulgativos de islamofobia" se repitieron en 62 ocasiones, y finalmente la "explotación de miedos, amenazas y falsificación de informaciones" se denunciaron un total de 48 veces. 

Por comunidades autónomas, Andalucía, Cataluña y Madrid son aquellas que han registrado un mayor número de incidentes de carácter islamófobo.

Entre los principales aspectos que destaca la plataforma en su análisis se encuentra el aumento de la "violencia y agresividad" de los crímenes de odio por motivaciones islamófobas, unido a los ataques a mezquitas, que califica como "un goteo que se repite cada cierto tiempo en distintos puntos de España y con sociologías muy diferentes". Por otro lado, el informe lamenta lo que describe como "una nueva forma de violencia contra las mujeres musulmanas, quienes se están viendo doblemente atacadas".

Internet, considera, es también caldo de cultivo en la proliferación de mensajes islamófobos, "particularmente en las redes sociales", creando una "cadena de odio constante". En cuanto al ámbito político, el estudio destaca que no sólo los partidos de extrema derecha alimentan el discurso de odio hacia la comunidad musulmana, sino que "en ocasiones, también recurren a discursos populistas e islamófobos medios de comunicación y algunos políticos de partidos y medios no considerados de extrema derecha". Esto conlleva, además, que se consolide la islamofobia contra refugiados, debido a la crisis migratoria que se ha desarrollado en los últimos años.

Frente a las estadísticas expuestas por la plataforma, los datos sobre los que trabaja el Ministerio del Interior resultan menos minuciosos pero más optimistas. Su último informe sobre delitos de odio contempla a aquellos cometidos contra creencias o prácticas religiosas, pero no dedica un apartado específico a la islamofobia. El documento oficial únicamente informa de un total de 47 incidentes de delitos de odio por motivos religiosos en 2016, frente a los 70 del año anterior y los 63 de 2014. 

Agresiones tras el 17-A

El esquema descrito por la plataforma se repitió una vez más tras el doble atentado perpetrado en Barcelona y Cambrils (Tarragona). Las agresiones de un marcado tinte islamófobo se produjeron en diferentes puntos de España, pese a la manifiesta condena de la comunidad musulmana tras los ataques.

El 21 de agosto, apenas cuatro días después de los crímenes terroristas, la plataforma Palencia Ciudad Refugio denunció amenazas dirigidas a dos mujeres árabes en la capital palentina. La organización señaló que la misma tarde del atentado una mujer de origen magrebí "fue increpada, se le intentó quitar el velo y recibió toda clase de insultos delante de su hija menor de edad". Posteriormente, "otra mujer, también de origen magrebí, fue insultada en la Avenida de Cardenal Cisneros ante la pasividad de quienes presenciaron los hechos".

En València, la víctima fue un menor de catorce años, que el día después de los atentados denunció una agresión por parte de un hombre de "entre 25 y 30 años". El menor, de nacionalidad marroquí, relata que el agresor se acercó hacia él diciéndole "fuera de aquí, vete a tu país, moro de mierda" y a continuación le propinó dos patadas en el muslo izquierdo y en las costillas, repitiendo amenazas de muerte.

El mismo viernes, dos varones de 18 y 55 años de edad agredieron a tres menores de origen marroquí que estaban participando en la concentración convocada por el Ayuntamiento de Fitero (Navarra) como muestra de repulsa tras los tentados. Después del minuto de silencio, las víctimas fueron increpadas con insultos y amenazas por uno de los dos hombres, que posteriormente se unió a un segundo y siguió en coche a los adolescentes. Los agresores, según la denuncia presentada un día después, portaban un palo de grandes dimensiones con el que atacaron a los menores. Uno de ellos sufrió un traumatismo craneoencefálico que le provocó una pérdida de conciencia, además de heridas abiertas en la cabeza, traumatismo lumbar y contusión torácica. 

Pese a haber sido detenidos en un primer momento, los dos atacantes fueron puestos en libertad el pasado martes por la jueza de guardia de Tudela, quien ha descartado que los sucesos tengan carácter islamófobo.

El pasado miércoles fue el barrio madrileño de Usera el escenario de una nueva agresión de características similares. La víctima, una joven de 38 años que portaba un hijab, fue golpeada e insultada por un grupo de tres hombres, según adelantó el diario El Mundo. La mujer  fue ingresada en Urgencias del Hospital 12 de octubre con un pronóstico leve, y el caso fue trasladado a la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal, especializada en los delitos de odio, sin que se saldara por el momento con ningún detenido.

Las mezquitas han sido también objeto de odio los días posteriores al doble atentado. El pasado ciernes 18, el centro de culto ubicado en Montblanc (Tarragona) amaneció con pintadas amenazantes: "Vais a morir putos moros", podía leerse en su fachada.

En Madrid la situación repitió esquemas idénticos. Varios locales regentados por musulmanes y mezquitas de San Martín de la Vega y Fuenlabrada sufrieron durante la madrugada del 19 de agosto ataques islamófobos tras aparecer pintadas contra la comunidad que proclamaban "muerte al islam" y reproducían símbolos nazis. En Fuenlabrada, además, los autores dejaron en las inmediaciones de la mezquita una cabeza de cerdo.

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Por su parte, el colectivo de idelogía neonazi Hogar Social Granada fue denunciado por la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, después de que jóvenes de esta organización supuestamente se situaran a las puertas de la mezquita del Albaicín el pasado sábado, portando pancartas, gritando consignas tales como "terroristas", "os financia Dáesh" o "fuera de Europa".

De nuevo en Andalucía, la Fundación Mezquita de Sevilla denunció el viernes no sólo las pintadas islamófobas y xenófobas trazadas en la fachada de su sede, sino también las amenazas de la misma índole descubiertas en otros lugares de la ciudad, como el cementerio musulmán. "Asesinos, lo vais a pagar" o "moro que reza, machete a la cabeza" son algunas de las amenazas halladas.

La mezquita de Logroño, asimismo, ha sido otro de los escenarios escogidos por los agresores para volcar sus expresiones de odio, mediante pintadas y amenazas semejantes.

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