Cataluña ante el 1-O

La decisión de Colau es clave para el éxito del 1-O porque el 21% de los votantes reside en Barcelona

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el conseller de Interior, Joaquim Forn, en un acto de homenaje a las víctimas del 17-A.

¿Se implicará el ayuntamiento de Barcelona en la celebración del referéndum de independencia del 1 de octubre? A un mes escaso de que tenga lugar la consulta en Cataluña, aún se desconoce si el consistorio de la capital prestará su apoyo y llamará a la participación en el mismo, algo que, además de su evidente valor simbólico, supondría un impulso importante para la consulta, dado que Barcelona concentra el 21,2% del censo de votantes llamados a las urnas. El hecho de que se descolgase, admiten los independentistas, supondría un varapalo importante para el referéndum, pero, por ahora, la alcaldesa, Ada Colau, se limita a señalar que no hará nada que ponga en riesgo a los funcionarios.

El reloj corre y aún existen muchas dudas en torno a la consulta del 1-O. Las dos leyes que deben vehicular tanto su celebración como la aplicación de una eventual victoria del sí aún no están aprobadas y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, tampoco ha firmado todavía el decreto de convocatoria; todo ello ocurrirá, previsiblemente, la semana que viene. El Gobierno catalán, mientras tanto, asegura tener ya en su poder las urnas y el censo para el referéndum, y fuentes consultadas por este diario señalan que, asimismo, ya existen planes sobre los puntos de votación. Pero lo que no está nada claro es que Barcelona vaya a participar en la celebración del referéndum: Colau ha asegurado que "pondrá todas las facilidades para que esta movilización se produzca con el máximo éxito posible", pero también que no pondrá "en peligro a los funcionarios".

Y de la decisión que tome finalmente la alcaldesa dependerán buena parte de las opciones de éxito de la consulta. Según datos oficiales de la Oficina del Censo Electoral actualizados a julio de este año, en Cataluña hay censadas un total de 5.306.098 personas con derecho a voto, de las cuáles poco más de 1,12 millones viven en la ciudad de Barcelona. Esto supone que, a efectos prácticos, más de una quinta parte (el 21,2% de los electores) están llamados a votar en la capital. La cifra prácticamente se duplica al hablar del Área Metropolitana de Barcelona, un conjunto de 35 consistorios gobernados por diferentes partidos que rodean la capital y que agrupan a otro 21,8% del censo.

De los ayuntamientos dependen, aunque no exclusivamente, asuntos como la apertura de los colegios electorales, la seguridad en los centros de votación o la difusión de campañas de información sobre la consulta. Que Colau decidiera finalmente no promover el referéndum no lo paralizaría en Barcelona, ya que la Generalitat es propietaria de locales públicos –institutos, centros culturales o escuelas– que podrían ser utilizados como centros de votación aunque los colegios –que dependen del ayuntamiento– quedaran cerrados. Pero fuentes independentistas admiten que es "evidente" que sería "un riesgo" para el éxito del referéndum que el principal consistorio de Cataluña no participara en su celebración.

"Esto va a ser complicado, y quien diga que no, miente", admite un dirigente del PDeCAT, que señala que, además de la apertura de los colegios electorales, la participación de los ayuntamientos –el de Barcelona incluido– es clave para facilitar la gestión del censo. "Si el ayuntamiento finalmente no participara, habría que gestionar el problema de avisar a algunos votantes de que no pueden ir a votar a su colegio habitual y de que tienen que ir a otro", explican estas fuentes, que señalan que la Generalitat "tiene la capacidad" de ponerse contacto con estas personas pero reconocen que "es complicado". Y a ello se suma el hecho de que, a menos centros de votación abiertos, más "abstención técnica" se produciría.

Colau esperará a Puigdemont

Sin embargo, por ahora Colau no ha desvelado sus intenciones. Fuentes de Catalunya en Comú –el partido que agrupa a Barcelona en Comú, ICV, EUiA y algunos dirigentes de Podemos– explican que la alcaldesa está esperando a que Puigdemont convoque formalmente el referéndum para remitir el decreto a los servicios jurídicos del ayuntamiento y que estos aclaren hasta dónde puede llegar el consistorio sin quebrantar la ley. "Por supuesto, no se va a intentar boicotear nada, pero está claro que el ayuntamiento no puede hacer nada ilegal, así que si el secretario del ayuntamiento dice que no se pueden abrir locales, por ejemplo, pues no se hará", apuntan las fuentes consultadas, que recuerdan que ni siquiera el exalcalde Xavier Trías (del PDeCAT) obligó a los colegios a abrir en la consulta del 9 de noviembre de 2014 y dejó en manos de los directores la decisión final.

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No obstante, los dirigentes de ERC y el PDeCAT consultados por este diario se muestran confiados en poder entenderse finalmente con el ayuntamiento de Barcelona. "Como mínimo, creo que no van a poner ningún obstáculo, y esperamos que incluso llamen a participar", señalan fuentes de ERC en el consistorio, que explican que su estrategia en estas últimas semanas está siendo la de dar espacio a Colau y los suyos y evitar presionarles públicamente. "No estamos impulsando mociones en el pleno sobre este asunto porque podría ser contraproducente, de hecho el PDeCAT registró una hace unas semanas [proponía facilitar colegios electorales] y la tuvo que retirar en el último momento porque [el teniente de alcalde, Gerardo] Pisarello dijo que iban a votar en contra".

Y, ¿qué dice Catalunya en Comú, el partido de Colau? Por ahora, se mantiene en la misma posición ambigua que la alcaldesa y únicamente ha aprobado apoyar el 1-O en su faceta de movilización popular, pero no considerarlo un referéndum vinculante. No obstante, la formación tiene previsto celebrar una reunión el próximo día 9 de septiembre –previsiblemente, tras la aprobación de la ley que regulará la consulta– para decidir si llamar a la participación en la votación, un asunto que también tendrá que decidir Colau. Las bases de Catalunya en Comú votarán la resolución que salga de esta reunión entre los días 12 y 14 de septiembre.

Los independentistas también se muestran expectantes con respecto a esta decisión. "Nosotros estamos a la espera de ver lo que pasa en esa reunión, pero no tenemos ninguna duda de que los demócratas se pondrán del lado de la democracia", deslizan fuentes de ERC. Un dirigente del PDeCAT, por su parte, opina que la "presión popular" será fundamental para definir el grado de implicación en el referéndum de Catalunya en Comú y de la propia Colau. "El ambiente está subiendo mucho de tono en las últimas semanas, y lo cierto es que ellos reaccionan mucho más que los partidos tradicionales a los cambios en la opinión pública", razonan estas fuentes.

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