Cataluña ante el 1-O

El independentismo se prepara para llenar las calles

Concentración frente al Palacio de Justicia de Barcelona, sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

El independentismo encara la recta final para el referéndum del 1-O con un altísimo nivel de movilización en las calles de Cataluña. Y todo el espectro secesionista pretende que el punto culminante de este despliegue tenga lugar el mismo 1 de octubre, cuando es previsible que en muchos de los colegios y centros dispuestos para votar existan problemas para hacerlo, toda vez que la Fiscalía ha ordenado a los Mossos precintarlos y vigilar que ni en ellos ni en sus alrededores se puedan colocar urnas. A partir del día 2, las diferentes entidades y partidos independentistas tendrán que escoger su nueva estrategia a seguir, si bien varios sindicatos minoritarios y la CUP ya han dejado claro que están dispuestos a convocar y secundar una huelga general a partir del 3 de octubre con el fin de presionar para lograr la independencia.

Según pasan los días, el Estado va estrechando el cerco sobre el referéndum, y de hecho sus acciones han obligado a algunos dirigentes de la Generalitat, como el vicepresident Oriol Junqueras, a admitir que se han visto alteradas las "reglas del juego" de la consulta. Si el lunes los Mossos identificaron por orden de la Fiscalía a los directores de los centros que están previstos como lugares de votación, este martes el Ministerio Público encargó al cuerpo policial vigilar que estos edificios no se abran durante el domingo 1 de octubre y que no se coloquen urnas en un radio de 100 metros a su alrededor. Estas medidas se unen a la incautación de papeletas o el cierre de la página web destinada a que los ciudadanos comprobasen el colegio donde les corresponde votar, unas decisiones que se adoptaron días atrás y que dificultan la celebración normal del referéndum.

Por ello, y aunque el discurso oficial de entidades y partidos independentistas sigue siendo que la consulta tendrá lugar con normalidad y que los ciudadanos podrán votar sin problemas, algunos dirigentes admiten en privado que el Estado tiene capacidad de intervenir algunos colegios electorales e impedir allí el referéndum. Pero lo que será mucho más complicado de evitar será que los ciudadanos llenen las calles el 1-O. "Estamos movilizados de cara a este fin de semana y también a los días siguientes, pero el día culminante va a ser el 1-O, sin duda", asegura un portavoz de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que junto a Òmnium Cultural es la principal asociación independentista y que tiene experiencia en organizar concentraciones multitudinarias como las de las últimas Diadas.

En los escasos días que quedan para que se celebre la consulta, tanto las organizaciones como los principales partidos defensores de la independencia tienen programados multitud de actos públicos y mítines para alentar a la participación y al voto por el sí. Pero en las páginas web de la ANC y de Òmnium, el día 1 de octubre aparece en blanco en lo que a eventos se refiere, aunque un portavoz de la primera asegura que están "dispuestos" a salir a la calle apoyando protestas espontáneas. "La gente está muy movilizada, y esperamos que pueda votar, porque va a ser muy difícil pararla", apuntan estas fuentes, que se resisten a ofrecer más detalles sobre si el 1-O organizarán concentraciones si se retiran o bloquean urnas.

Pero otras fuentes, en este caso parlamentarias, tienen claro que el día 1 habrá retirada de urnas y, especialmente, movilizaciones ciudadanas de protesta. "Pueden pasar dos cosas: o que retiren las urnas y ya está, o que la retirada se produzca con incidentes y cargas de la policía para disolver las concentraciones, y eso sería un revés tanto para el discurso de los independentistas, que dicen que se podrá 'votar como siempre', como para el del Gobierno", que apuesta por pasar página lo antes posible tras el 1 de octubre.

Y es que no hay una previsión clara de lo que puede ocurrir a la mañana siguiente del referéndum, y ni siquiera los propios independentistas se ponen de acuerdo. Pese a que el president Carles Puigdemont afirmó el pasado domingo en su entrevista en Salvados que, de ganar el sí, el Parlament podría declarar la independencia unos días después del referéndum, también señaló que hacerlo de forma unilateral no es su "opción". Este mismo martes, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, iba más allá y aseguraba que la declaración unilateral de independencia está "absolutamente descartada" y que su apuesta es "empezar a dialogar" con el Gobierno central para aplicar el resultado de la consulta, unas declaraciones que no han gustado nada a ERC, que replicó por boca del homólogo de Campuzano, Joan Tardà, que "la única palabra" sobre una eventual declaración unilateral la tienen el Parlament y el Gobierno catalanes.

 

Vista la descoordinación entre los partidos independentistas, el resto de entidades secesionistas tampoco tienen claros sus movimientos a partir del 2 de octubre. Fuentes de la ANC consultadas afirman que aún no tienen prevista ninguna movilización para esa fecha, aunque no se cierran a convocar concentraciones y aseguran que su reacción dependerá en buena parte de lo que ocurra durante la jornada de votación. "Probablemente, el mismo lunes [día 2] se reúna el Secretariado Nacional [la ejecutiva de la ANC] para analizar el resultado del referéndum y decidir la estrategia a seguir", explica un portavoz. Pero otras fuentes, en este caso parlamentarias, rebajan la potencia de estas eventuales convocatorias: "Seguro que habrá movilizaciones, pero dudo que sean extraordinarias", afirman.

La CUP y su entorno abogan por la huelga y las concentraciones

Sindicatos y patronales protestan contra la violencia policial del 1-O con paros en las empresas catalanas

No obstante, aunque ni los partidos ni las asociaciones independentistas mayoritarias se hayan puesto aún de acuerdo en una hoja de ruta tras el 1-O, la CUP y su entorno tienen clara cuál debe ser el plan para presionar y conseguir poner en práctica una eventual victoria del sí en el referéndum: una huelga general. Hace unos días, la portavoz de los anticapitalistas en el Parlament, Anna Gabriel, afirmó que "a partir del día 3" estaban dispuestos a movilizarse para llevar a cabo esta huelga, y ya se han puesto en contacto con sindicatos minoritarios, habida cuenta de que CCOO y UGT han rechazado apoyar esta acción.

Uno de estos sindicatos es Intersindical-Confederación Sindical Catalana, que junto a Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC) o la CGT apoyarían una huelga general en Cataluña. En declaraciones a infoLibre, un portavoz de esta central explica que se ha comunicado la eventual convocatoria de esta huelga entre los días 3 y 9 de octubre para tener "cobertura legal" durante todo ese periodo, aunque señala que el paro no tendría por qué tener lugar todos esos días.

"Además del paro laboral, también estamos pensando en convocar un paro cívico que interpelase a todos los sectores", sostiene este portavoz, que asegura que esta última acción se traduciría en movilizaciones y concentraciones. La Intersindical-Confederación Sindical Catalana afirma estar hablando con "otras entidades soberanistas", y aunque su portavoz rechaza ofrecer nombres, la ANC confirma a este diario que estaría dispuesta a apoyar la convocatoria de la huelga. "Todo lo que sea apoyar la decisión mayoritaria del 1-O nos va a parecer perfecto, y más en este estado de excepción no declarado en el que se encuentra Cataluña", sostiene la organización.

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