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El futuro de Cataluña

El PSC presiona a Pedro Sánchez para que se desmarque de Rajoy

El intento del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de conciliar la defensa del Estado de Derecho con las críticas a la gestión del Gobierno está resultando cada vez más difícil. El líder de los socialistas intenta contentar al mismo tiempo al PSC, que desde el domingo reclama un desmarque contundente de Mariano Rajoy, al que consideran responsable de la gravísima situación que atraviesa Cataluña, y a los dirigentes del partido que defienden el cierre de filas con el Gobierno como la única manera de defender la legalidad frente a quienes se preparan para proclamar la independencia.

La tensión en torno a las fuerzas de seguridad, como consecuencia de las cargas policiales contra quienes querían votar pero también como resultado de las presiones aa las que están siendo sometidos los agentes de la policía y de la guardia civil para que abandonen Cataluña, no ha hecho más que empeorar la situación.

En un gesto hacia los socialistas catalanes, Sánchez dio este martes instrucciones concretas para que la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, en vez de limitarse a pedir explicaciones al Gobierno por las cargas policiales, como los socialistas habían anunciado el lunes, tramitase una iniciativa que, con toda probabilidad, culminará con la reprobación en el Congreso de los Diputados de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. El PSOE obvia al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y tira por elevación contra la número dos del Gobierno, coordinadora de la estrategia del Ejecutivo para impedir el referéndum.

Por encima de ella sólo está Mariano Rajoy, al que el PSOE salva en la práctica, al menos de momento, para no minar su capacidad de respuesta frente a las autoridades catalanas si estas consuman, como han anunciado, sus planes para declarar la independencia.

Pero la dirección socialista tampoco quiere que las críticas a las cargas policiales, de las que responsabiliza exclusivamente al Gobierno, se entiendan como un reproche a los agentes involucrados, a los que ha defendido en todas sus comparecencias públicas. Para subrayarlo, el propio Sánchez publicó una anotación en Twitter en la que criticaba con dureza las movilizaciones que tratan de expulsar a policías y guardias civiles de Cataluna y que, en algunos casos, han forzado su salida de varias poblaciones. “Es intolerable el acoso que están padeciendo quienes velan por nuestra seguridad. Toda nuestra solidaridad con la Policía y la Guardia Civil”, escribió el secretario general del PSOE.

De la dificultad de los socialistas a la hora de construir una posición sostenible da idea que, a los poco minutos, Sanchez recibió, también por Twitter, una significativa respuesta de un alcalde del PSC: “El acoso intolerable es el que está recibiendo la población civil. Como militante socialista te emplazo a que presentes una moción de censura”, escribió Ignasi Giménez Renom, regidor del municipio barcelonés de Castellar del Vallés, haciéndose eco del malestar con el que están viviendo muchos cargos institucionales socialistas la decisión del Gobierno de recurrir a la represión y no a la negociación para frenar a los independentistas.

Barreda tensa la cuerda

Claro que del otro lado también hay socialistas tensando la cuerda. Este martes fue el diputado del PSOE y expresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el que discrepó públicamente de Sánchez cuestionando la reprobación de la vicepresidenta del Gobierno, informa Europa Press. Barreda, que también preside la Comisión de Defensa del Congreso, admite que el Ejecutivo de Mariano Rajoy “gestionó muy mal” el operativo para impedir el 1 de octubre, pero a pesar de ello considera que hay que apoyarlo “frente a la desobediencia, deslealtad y rebeldía antidemocrática de la Generalitat”, especialmente cuando los policías y los guardias civiles desplazados a Cataluña están siendo “acosados”.

Implícitamente, Barreda acusó a Sánchez de ser equidistante entre el Gobierno español y “quienes quieren proclamar unilateralmente la independencia”. Y criticó abiertamente que la decisión de reprobar a Santamaría no fuese consultada con los diputados.

En medio de estas dos posturas, Sánchez cree que tiene poco margen de maniobra, más allá de intentar poner el foco en la irresponsabilidad y la inacción del Gobierno, del que ya nadie espera la respuesta negociada que el PSOE le exigió este lunes. La dirección socialista mantiene que es Rajoy el que tiene que mover ficha, porque es él no solo el que ha creado esta situación sino el que está al frente del Gobierno.

Mientras tanto, y a la espera de lo que hagan Carles Puigdemont y el propio Rajoy, los socialistas mantiene abiertas líneas de comunicación con todos los interlocutores posibles. Su intención es ir tomando decisiones en función de cómo discurran los acontecimientos, siempre con la vista puesta en la defensa de la legalidad y en la necesidad de buscar una negociación política que dé paso a una solución pactada.

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