El futuro de Cataluña

Puigdemont critica que el rey ignore a las "víctimas de la violencia policial"

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Daniel Ríos / Y. G. / F. V.

El president de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, compareció este miércoles a las 21.00 para ofrecer un mensaje institucional un día después de que hiciera lo propio el rey Felipe VI. Su discurso quiso ser conciliador, si bien Puigdemont dirigió en él duras críticas al jefe del Estado, de quien dijo que no puede "compartir ni aceptar" su mensaje porque ignoró a "los millones de catalanes" que discrepan con él y que fueron "víctimas de la violencia policial". Además, insistió en que las instituciones catalanas están decididas a "aplicar el resultado del referéndum" del 1-O.

El discurso de Puigdemont duró en torno a 10 minutos, en los que el president apareció de pie en una sala de piedra con una puerta entreabierta detrás y junto a una bandera catalana. En un momento dado, Puigdemont se dirigió directamente al rey en catalán para criticar su mensaje del martes. "Así no", le espetó el mandatario al monarca, a quien aseguró que había "decepcionado" a muchos ciudadanos que "esperaban una apelación a la concordia" y el "diálogo".

"El rey perdió ayer una oportunidad de dirigirse" a todos los ciudadanos, y "declinó" el "papel moderador" que le otorga la Constitución, sostuvo Puigdemont, que criticó que Felipe VI hizo "suyo el discurso y las políticas del Gobierno Rajoy, que han sido catastróficas en relación a Cataluña". Según el president, el rey asumió "un rol inadecuado que sólo busca allanar" las decisiones del Gobierno central.

El carácter conciliador que el president quiso imprimir a su discurso quedó reflejado en el fragmento que ofreció en castellano. "Quiero dirigirme a los ciudadanos españoles que han demostrado su compromiso con las reivindicaciones de los catalanes", planteó Puigdemont, que agradeció "el esfuerzo" de esos ciudadanos y aseguró que Cataluña no tiene "ningún problema con las identidades, las nacionalidades" ni "las culturas", así como que "quiere contribuir al desarrollo del Estado español".

Asimismo, Puigdemont insistió en la idea que ya planteó el domingo: el conflicto necesita "mediación" para ser solucionado, y por eso mostró de nuevo su "disposición" a este proceso, para el que aseguró que está recibiendo propuestas. El president pidió "que este conflicto se encarrile desde la política y no desde la policía", y aseguró que su Gobierno tiene la "puerta abierta siempre al diálogo y al respeto hacia el otro", aunque lamentó no haber "recibido respuesta positiva por parte del Gobierno del Estado".

Pero, eso sí, Puigdemont insistió en que en sus planes está declarar la independencia: "En los próximos días volveremos a enseñar la mejor cara de nuestro país" cuando las instituciones "tengamos que aplicar el resultado del referéndum", sostuvo, aunque también quiso hacer un llamamiento a la calma y pidió que las reivindicaciones sean "con civismo y en paz". "Estad muy tranquilos, lo que hemos hecho y lo que haremos es lo que otros pueblos ya han hecho y harán en el futuro, seguir un camino democrático", aseguró.

PP y PSOE piden a Puigdemont que vuelva a la legalidad

Desde el Gobierno, la reacción vino en boca de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría: "Puigdemont no sólo ha demostrado que es un dirigente que está fuera de la ley, sino que está fuera de la realidad. Causa sonrojo que Puigdemont le recuerde al rey cuáles son sus obligaciones constitucionales cuando estamos precisamente aquí porque el señor Puigdemont ha olvidado todas las suyas", defendió la mano derecha de Mariano Rajoy.

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Sin entrar a valorar la disposición del president a abrir un proceso de "mediación", Santamaría le reclamó que "respete a España, que respete a Cataluña, que respete a sus instituciones con el respeto que merecen y que respete, sobre todo a los catalanes, que no merecen ni ver ni vivir lo que están viviendo". "España es una democracia, esto no es una dictadura de pensamiento único. Y para los demócratas, que desde el rey hasta las instituciones europeas y el conjunto de las instituciones españolas llamen a la legalidad y a la cordura es una tranquildad", dijo, contraponiendo a "cada mensaje del señor Puigdemont": "Un viaje a ninguna parte". "Si el señor Puigdemont quiere hablar o negociar, o quiere enviar mediadores, sabe perfectamente lo que debe hacer antes: volver a la senda de la ley", zanjó Santamaría.

En nombre del PSOE, su secretario de Organización, José Luis Ábalos, tampoco hizo concesiones. Con "buenas palabras" y expresiones "ponderadas", dijo, el president ha intentado ocultar "los hechos": él es el responsable de lo ocurrido este domingo y de la "fractura social" que vive Cataluña. Lo que debería haber hecho es anunciar la desconvocatoria de la sesión plenaria del Parlament en la que tiene previsto declarar la independencia, así como la vuelta a la legalidad y a la Constitución. "Y, a partir de ahí, plantearse el diálogo e iniciar negociaciones". En vez de eso, concluyó Ábalos, Puigdemont ha mantenido "cierto cinismo político nada conveniente en este momento" para "eludir sus responsabilidades políticas y legales".

Quien mejor recibió las palabras de Puigdemont fue el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que fue muy duro con el discurso del rey del martes. Iglesias, que defendió en la jornada del miércoles la mediación internacional, aseguró que tienen pensado "seguir trabajando para que sea posible" esta intervención, y afirmó que "la sociedad en Cataluña y en España pide a gritos diálogo, paz y convivencia".

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