El futuro de Cataluña

El último plan independentista: DUI 'blanda' y un proceso constitucional "participativo"

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Los acontecimientos se suceden a toda velocidad en Cataluña en los últimos días con la vista puesta en el pleno que celebrará el próximo martes el Parlament. Y, pese a que aún no está nada claro lo que finalmente ocurrirá, ahora mismo se aleja la opción de aprobar una declaración unilateral de independencia (DUI) taxativa, definitiva y sin vuelta atrás. Tanto el PDeCAT como ERC están muy divididos internamente al respecto, pero en su seno se debaten alternativas para evitar que el Estado aplique el artículo 155 de la Constitución y, a la vez, no recular en su objetivo independentista. Las opciones, aseguran las fuentes consultadas por infoLibre, son, a fecha del viernes, fundamentalmente dos: o bien aprobar una declaración de independencia que no entre en vigor de manera inmediata, o bien sacar adelante un texto sin efectos jurídicos. Lo que en círculos político se denomina, respectivamente, una "DUI en diferido" y una "DUI blanda".

En las últimas horas, tanto el frente independentista como el Gobierno central han rebajado sensiblemente el tono de sus declaraciones, aunque por ahora nada más se han producido gestos retóricos. Si el president Carles Puigdemont afirmaba el miércoles que la declaración unilateral de independencia sería "cuestión de días", este viernes el expresident Artur Mas reconoció en una entrevista en Financial Times que Cataluña aún no está preparada "para la independencia real". Por su parte, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, pidió este viernes "disculpas" a aquellas personas que recibieron "golpes" en las cargas policiales del 1-O, y el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, admitió que el Gobierno "siente" y "lamenta" las "consecuencias" de la acción policial.

No obstante, pese a esta rebaja de la tensión, sigue estando convocado para el próximo martes un pleno del Parlament de Cataluña en el que Puigdemont está citado para debatir sobre "la situación política actual". Aunque no está prevista, en un principio, ninguna votación, todas las fuentes consultadas dan por hecho que el bloque independentista alterará el orden del día para presentar un texto. "Es muy complicado que no se vote nada, porque la calle no está para muchas virguerías, y si el president no presenta algo, se le echan encima", admite un miembro del frente independentista, que recuerda, además, que la Ley de Referéndum que dio soporte legal a la consulta del 1-O establece un plazo de 48 horas para declarar la independencia una vez publicados oficialmente los resultados del referéndum.

Pero, aunque parece claro que algo se votará, no hay consenso sobre el contenido del texto. De los tres partidos que componen el bloque independentista, la CUP es la única que tiene claro cuál es su opción: una declaración unilateral de independencia "ineludible", "inaplazable" y sin caer en la "dilación, aplazamiento, ambigüedad" o "confusión", según señaló este viernes su diputado Carles Riera. Pero PDeCAT y ERC no están tan convencidos, y si bien los republicanos están consiguiendo mantener su debate más o menos soterrado, las divergencias entre los conservadores son públicas y se han hecho visibles en las últimas horas.

A la entrevista de Artur Mas se le suman el artículo firmado por el conseller de Empresa y Conocimiento, Santi Vila, pidiendo una "última oportunidad al diálogo" y evitar las "decisiones unilaterales", y también las declaraciones de la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, planteando la necesidad de encontrar un "punto medio". Fuentes del partido conservador consultadas sostienen que las tesis de Vila –de perfil más autonomista que independentista– son "minoritarias" dentro del partido y apuntan que, hoy por hoy, una declaración unilateral "parece la única opción", pero también admiten que la mayor parte del PDeCAT piensa en que esta declaración esté "condicionada".

Una tercera opción

"Necesitamos poder hablar de igual a igual con el Estado, y para eso la única opción que se contempla es una declaración unilateral de independencia, pero ésta puede estar condicionada a un proceso de mediación de tres o seis meses, o el tiempo que sea", explica un dirigente del PDeCAT. Es decir: se trataría de una independencia unilateral en diferido, en lugar de apostar por la vía dura de la CUP, que apuesta por dejar claro sin ambages que Cataluña es un estado independiente lo antes posible, pero que también permitiría a los secesionistas continuar con su hoja de ruta.

Pero fuentes no independentistas apuntan que, dentro de ERC y el PDeCAT, se contempla también una tercera opción: aprobar el próximo martes un texto sobre la independencia de Cataluña, pero sin valor jurídico. Una DUI blanda. La ventaja de esta opción es que dificulta al Gobierno de Rajoy poder recurrir al artículo 155 de la Constitución y hacerse con algunas de las competencias de la Generalitat. Las desventajas, a priori, son dos: la alternativa contaría con el rechazo frontal de la CUP, de algunos sectores del PDeCAT y ERC y de asociaciones como la ANC y, además, incumpliría la propia Ley de Referéndum catalana, que establece que el proceso de independencia debe iniciarse como tarde 48 horas después de la proclamación de los resultados del referéndum. Aunque hay que decir que dicha ley ha sido incumplida de forma reiterada por el Govern en el referéndum, la última vez este viernes cuando los resultados oficiales no los proclamó la Sindicatura electora como figura en el texto normativo.

"No tienen nada claro qué hacer el martes, y de hecho el pleno está convocado sin hacer mención a la independencia, sólo para debatir 'la situación política actual", apunta un dirigente no independentista, que está convencido de que "va a estar en juego incluso la opción que más fuerza tenía el jueves, que era aprobar la declaración de independencia en diferido", es decir, con una cláusula para que no entrase en vigor inmediatamente. Y es que estas fuentes están convencidas de que una declaración unilateral de independencia, aún cuando fuera blanda, provocaría la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno.

Lo que dice la ley de los independentistas

En cualquier caso, en lo que coinciden todas las fuentes consultadas es en que la decisión final sobre cómo actuar el martes se debatirá hasta el último momento. Sin embargo, al menos en teoría, la hoja de ruta independentista está establecida legalmente. Si se dan por válidos –como así está siendo– los resultados del referéndum del 1-O, la ley establece que "el resultado implica la independencia de Cataluña", y "a este efecto, el Parlament de Cataluña, dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados por parte de la Sindicatura electoral" –que está disuelta–, "celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de la independencia de Cataluña, sus efectos y acordar el inicio del proceso constituyente".

Qué gobiernos y qué políticas 'fabrican' independentistas

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Si se hace la declaración unilateral de independencia, el siguiente paso lo marca la Ley de Transitoriedad Jurídica, también aprobada por el Parlament hace semanas con gran controversia y anulada por el Constitucional. Esta norma establece que la primera acción una vez "celebrado el referéndum y en caso de resultado favorable de la opción independentista" pasa por que el Gobierno catalán active "un proceso constituyente" que se iniciará con una primera fase de "proceso participativo".

Esa primera fase debe durar seis meses, y en ella el Parlament y el Ejecutivo seguirán en activo, algo que daría oxígeno a Puigdemont y su Gobierno si finalmente se impone la opción de realizar una declaración de independencia que no entrase en vigor de manera inmediata. El proceso participativo comenzaría con "un proceso deliberativo a nivel sectorial y territorial", y posteriormente se convocaría un "Foro Social Constituyente formado por representantes de la sociedad civil y los partidos políticos" para debatir propuestas para la nueva Constitución catalana. Un grupo de expertos académicos elegidos por el Gobierno catalán tendría la responsabilidad de "asesorar" en esta primera fase deliberativa.

Este proceso participativo, sea cual sea la fórmula DIU por la que finalmente se inclinen los independentistas, será puesto en marcha por el Govern en las próximas semanas. O esos son al menos los planes, a la espera de la reacción de la Moncloa.

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