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El futuro de Cataluña

Puigdemont baraja tres opciones para responder al ultimátum

Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Carme Forcadell, el pasado día 10 en el Parlament.

El president de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, apura los tiempos para responder al requerimiento que le envió hace unos días el Gobierno central instándole a responder si había declarado la independencia o no. El Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy ofreció a Puigdemont un plazo para contestar que expira este lunes a las 10 de la mañana, y las fuentes consultadas explican que, dentro del PDeCAT, se valoran tres posibilidades: o bien negar que se haya declarado la secesión; o bien enviar a Rajoy un extracto textual de la declaración del president hace unos días ante el Parlament de Cataluña; o, en tercer lugar, asegurar abiertamente que se ha declarado la independencia.

Durante todo el viernes, Puigdemont estuvo manteniendo reuniones para abordar el contenido de la respuesta al requerimiento realizado por el Gobierno, que exigió por escrito al president que "confirme si alguna autoridad de la Generalitat de Cataluña ha declarado la independencia y/o si su declaración del 10 de octubre de 2017 ante el pleno del Parlament implica la declaración de independencia, al margen de que ésta se encuentre o no en vigor". "La ausencia de contestación y/o cualquier contestación distinta a una simple respuesta afirmativa o negativa se considerará confirmación", advertía el Ejecutivo en su misiva, en la que avisaba a Puigdemont de que no negar tajantemente la independencia de Cataluña implicaba la activación de los mecanismos para aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Las fuentes consultadas mantienen que lo más probable es que el president apure los plazos y responda al Gobierno central el mismo lunes. Pero la decisión sobre el contenido de esta contestación aún no está tomada, y las dudas, fundamentalmente, se encuentran dentro del PDeCAT. Fuentes de los conservadores catalanes sostienen que contestar que no se ha declarado la independencia "está prácticamente descartado", aunque admiten que un grupo "minoritario" defiende estas tesis dentro del partido. Según estas fuentes, son dos las alternativas con opciones: o dejar la interpretación en manos del Gobierno, o admitir a las claras que sí se declaró unilateralmente la secesión.

Básicamente, la primera opción consistiría en enviar a Rajoy "el fragmento literal del discurso" de Puigdemont el pasado día 10 en el Parlament, acompañado del documento que suscribieron tras el pleno los 72 diputados de Junts pel Sí y la CUP proclamando la independencia. Así, apuntan las fuentes del PDeCAT consultadas, se pretendería "forzar al Gobierno a que sean ellos quienes tengan que interpretar" si eso supone una declaración de independencia formal o no, es decir, volver a poner la pelota en el tejado del Ejecutivo. No obstante, el requerimiento del Gobierno es muy claro al respecto, y estas fuentes admiten que, con esa respuesta, el 155 sería una alternativa más que probable.

La segunda opción que baraja Puigdemont y debate el PDeCAT, sostiene un dirigente de los conservadores catalanes, pasa por "afirmar claramente que sí se proclamó la independencia, y explicar que está congelada a la espera de que se abra un diálogo". De igual forma, esa alternativa llevaría al 155, pero mostraría a un Gobierno catalán decidido a llegar hasta el final y apelaría a la "épica". Y eso, muy posiblemente, generaría una importante movilización contra la intervención del Ejecutivo central.

Pero otras fuentes parlamentarias, en este caso del bloque no independentista, no tienen tan claro que esta última alternativa tenga ventajas para los secesionistas. "Quedan días por delante para tomar la decisión, y no tiene sentido haber dado el frenazo que se dio el día 10 para ahora hacer algo que te lleve irremediablemente al artículo 155", sostiene un dirigente no independentista, que insiste en que "para tirarse a la piscina, Puigdemont lo hubiera hecho ya el martes, que era el día en el que se hubiera visibilizado toda la épica" del final del proceso de independencia.

Divisiones en el bloque independentista

En cualquier caso, ¿quién defiende cada posición? Varias de las fuentes consultadas coinciden en que el expresident Artur Mas representa las posiciones más moderadas ahora mismo dentro del PDeCAT con respecto a la respuesta del próximo lunes. En el extremo contrario se encontrarían dirigentes como el conseller de Presidencia, Jordi Turull, que se encontraría más cerca de las tesis defendidas por otros actores del bloque independentista, como la CUP o las asociaciones Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium.

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Las diferencias en el espectro separatista quedaron reflejadas este mismo viernes, cuando la CUP –que en ningún momento ha disimulado su decepción y descontento por la tibieza que mostró Puigdemont el pasado día 10 en el Parlament– envió una carta al president reclamándole que vuelva a la línea dura y declare cuanto antes la independencia. Responder de otra manera al requerimiento del Gobierno, argumenta la CUP, supondría "avalar todas y cada una de sus amenazas, su menosprecio y su represión".

En este sentido, la diputada anticapitalista Mireia Boyà exigió a Puigdemont que "no busque más subterfugios" y declare la independencia "para que la gente no se sienta perdida y engañada". Y en términos parecidos se expresó la ANC, que publicó el jueves por la noche un comunicado en el que instaba a Puigdemont y al Parlament a declarar la secesión, dado que no tenía "sentido" mantener la suspensión "habida cuenta de la negativa del Estado español a cualquier propuesta de diálogo". Su reacción recibió este viernes la respuesta de Mas, que recordó en una entrevista en TV3 que ni la CUP ni la ANC presiden el Govern y que quien tiene que decidir cómo responde al requerimiento es Puigdemont.

Por su parte, ERC ha mantenido un perfil bastante discreto en las últimas semanas. Pero, en los últimos días, varios de sus dirigentes se han decantado públicamente por seguir adelante y plantar cara al Gobierno, pese a la más que probable aplicación del artículo 155. Así lo hizo, por ejemplo, la consellera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Dolors Bassa, que apostó sin ambigüedades por "responder rápido y con el discurso y el texto firmado por los 72 diputados" el pasado martes tras el pleno del Parlament. Y el vicepresident, Oriol Junqueras, se mostró "totalmente de acuerdo" en Twitter con un mensaje del exconseller Ernest Maragall, que pidió al Gobierno de la Generalitat "asumir el riesgo de la libertad".

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