Igualdad

Roles sexistas y niñas en un mundo rosa: Princelandia genera polémica con el estreno de su musical

Imagen promocional de Princelandia.

"Princelandia, un mundo mágico a la medida de todas las princesas". Así se presenta en su página web el Grupo Princelandia, un entramado de una treintena de franquicias que tiene su origen en Andalucía. Los servicios que ofrece incluyen fiestas de cumpleaños, baby showers y sesiones de spá, entre otros. Todo ello con una peculiaridad: están dirigidos principalmente a niñas de entre cinco y doce años con el objetivo de que se sientan como princesas. Aunque también se admiten niños en las instalaciones, los clichés no faltan: manicura, pedicura, maquillaje y peluquería, todo ello bañado de un intenso y repetitivo color rosa.

Princelandia aterriza ahora en el municipio sevillano de Tomares a través del estreno de un musical que se celebra este sábado y que irá aparejado de carpas temáticas con actividades propias de la empresa. La compañía se ha encontrado, en contra de sus previsiones, con una oposición clave en el pueblo: sus vecinos. Los habitantes rechazan que tanto el musical como los actos que se desarrollarán el sábado cuenten con la colaboración del Ayuntamiento, gobernado por José Luis Sanz (PP). Tal y como publicita en su página web, el Consistorio cede los Jardines del Conde del Ayuntamiento de Tomares para que sea en dicha localización donde se celebre el evento.

"No denunciamos que la empresa exista como tal, sino que desde una entidad pública se preste apoyo a este tipo de iniciativas". Habla una de las vecinas que ha organizado una recogida de firmas –entregadas el martes 10 de octubre al Ayuntamiento– para exigir el cese de la colaboración. En conversación con infoLibre, la mujer explica que la celebración "fomenta roles machistas, desigualdad de género y desigualdad social". Tras haber conseguido la movilización de "familias, asociaciones de padres y madres, consejos escolares y claustros", los habitantes de Tomares exigen que el Ayuntamiento no "tire piedras sobre su propio tejado" y "retire la colaboración". 

En un comunicado conjunto [consultar en este enlace], los vecinos resaltan que "respetando la iniciativa de empresas privadas" no quieren pasar por alto "el derecho a defender la apuesta por la igualdad" que en el municipio "viene impulsándose desde el Ayuntamiento". De acuerdo con ello, tildan de "contradicción" que ahora sea el mismo Gobierno municipal el que esté dando apoyo a una iniciativa que, consideran, "promueve el culto al cuerpo como fin último", así como la "segregación de niñas y niños por sexo" y los "roles machistas, donde las niñas son princesas sumisas y los niños príncipes rescatadores".

Según explican varios vecinos en declaraciones a este diario, "ahora parece que van a incluir actividades de fútbol y baloncesto" con el objetivo de mostrar que el evento no está dirigido exclusivamente a niñas, algo que bajo el punto de vista de los ciudadanos no es en absoluto solución al problema.

Los ciudadanos critican, además, la existencia de entradas VIP que permiten obtener, por un precio mayor –el precio mínimo es de 17,5 euros y el máximo de 33–, "servicios especiales" que fomentan, a su entender, la desigualdad social. Los privilegios otorgados a quienes opten por pagar un precio mayor engloban "fotos con cantantes, sesión de maquillaje y peluquería", tal y como publicita la propia empresa. El musical de Tomares será el pistoletazo de salida de una gira que se llevará a cabo el año que viene por todo el país.

No es la primera vez que Princelandia se ve envuelta en polémica. Durante el año 2014, recién aterrizada en Cataluña, colectivos feministas y juveniles se concentraron frente a los centros de Sabadell y Granollers (Barcelona) con el fin de denunciar los roles sexistas que perpetúa la empresa con su actividad.

 

"Mentiras, calumnias y difamaciones"

Joaquín Ortega es el director artístico del musical que presenta Princelandia y la voz a la que remite la empresa cuando es interpelada por este diario. La compañía, relata, se puso en contacto con él para crear el musical y "desarrollar otro producto desde la marca", con una "libertad absoluta en cuanto a guion", aunque puntualiza que él mismo se encarga de aplicar una "autocensura" a la hora de escribir: "Todo lo que a mí me gusta no lo puedo poner, por cómo está el panorama".

El director artístico de la obra arremete sin matices contra la movilización vecinal. "Ni han visto el musical, ni han leído el guion", señala, y además "no hay nada dañino en la marca Princelandia ni en el musical". Los vecinos, continúa, "han contado una historia que no sé de dónde han sacado" y que responde a toda una serie de "mentiras, calumnias y difamaciones". "Como sigan así", advierte, "van a acabar muy mal porque vamos a iniciar medidas legales". Lamenta que le estén "acusando de cosas horrorosas" y reitera: "Tengo dinero para diez abogados, no porque sea rico, sino porque me harto a trabajar".

Se escuda, además, en que en su escuela "el 99% de los alumnos son gais y hay muchas lesbianas", por lo que asegura estar "acostumbrado a tratar" con ellos y ser una persona "tolerante".

Ortega insiste en el corte político de la iniciativa ciudadana. Aunque él asegura que "viene de Podemos", los vecinos han desmentido tal afirmación en declaraciones a este periódico. "Otra mentira más", responde el responsable del musical. "Sólo quieren atacar, mentir y hacer daño", subraya, para a renglón seguido añadir: "Ellos no me van a implantar a mí sus doctrinas comunistas porque no me da la gana". 

Lo cierto es que el asunto ha trascendido al ámbito político, y el grupo parlamentario de Podemos en Andalucía ha emitido un comunicado en el que considera "inaceptable que las instituciones públicas promocionen negocios privados que se lucran profundizando roles abiertamente sexistas". En el documento, la formación morada no se revela como responsable de la iniciativa ciudadana, si bien se suma a sus peticiones y respalda sus denuncias.

El Ayuntamiento de Tomares, por su parte, no ha dado respuesta a las preguntas planteadas por este periódico.

Sexismo y segregación

Las quejas de los vecinos coinciden con la valoración que realizan las expertas es cuestiones de igualdad consultadas por infoLibre. Pilar López Díez, especialista en comunicación y género, considera que dichas actividades "fomentan dos estereotipos perjudiciales: las niñas como objeto sexual, a través de las sesiones de maquillaje y cuidado personal, y las niñas como cuidadoras".

López Díez resalta que, aunque el musical comienza a las 20:00 horas del sábado, las cuatro horas previas, tal y como indica el cartel promocional, sirven para "someter a las niñas a las expectativas de género: maquillarse, pintarse las uñas de manos y pies... es decir, sexualizarlas, lo que implica colocarlas en el punto de salida para adaptarlas, convenientemente, a las necesidades que el patriarcado fomenta en los hombres".

A su entender, "es tan perfecta la adaptación que la empresa promueve para las niñas", que en los tres minutos y medio del vídeo promocional se repite hasta tres veces una parte del estribillo que dice: "Cuidar de ti, de los demás, con nosotros tú lo aprenderás". Una "muestra clara de su intencionalidad". Con Princelandia, prosigue la experta, "las niñas aprenderán a hacer realidad su sueño: cuidar de los demás", algo que "fomenta el sexismo" y la división de niños y niñas en base a los cuidados.

Marta Monasterio, miembro de la organización Pandora Mirabilia, incide en que "la cultura y el ocio son parte de los canales de  socialización", que "en pleno siglo XXI siguen enseñando que las mujeres y los hombres somos y debemos ser diferentes, y también desiguales". Aunque insiste en que Princelandia no es "responsable de las desigualdades", destaca que "sí supone un canal que contribuye al fomento de roles, estereotipos y mandatos de género muy restringidos, muy diferenciados y que además, generan mucho dolor". Si eres niña, añade, "el rosa, la belleza y la delicadeza", es decir, "para las niñas también la fragilidad, la presión por el físico, la vulnerabilidad, en total desequilibrio con los niños".

En este sentido, el hecho de "perpetuar a las niñas en su rol de princesas y fomentarles el interés por la belleza, la dieta, los desfiles de moda, la presión de la mirada ajena, supone también encasillarlas y negarles la oportunidad de poder imaginarse de otra manera". El mensaje que abandera la empresa, además, "también supone transmitir a los niños que sus amigas se preocupan por esas cosas, apartándolas por tanto de otros muchos espacios de la vida donde poder desarrollarse".

El papel que deben cumplir las instituciones es, a juicio de ambas expertas, "no colaborar en absoluto con este tipo de empresas". Por el contrario, las administraciones públicas "deben fomentar el acceso y la difusión de relatos culturales igualitarios, basados en la diversidad humana y las relaciones de buen trato". 

Alternativas feministas

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La otra cara de la moneda la ocupan las muchas propuestas que desde la coeducación, el arte, la cultura y el ocio comienzan a desarrollarse. "Propuestas que muestran mujeres, hombres y personas diversas que se salen de sus roles tradicionales de género, que muestran referentes inspiradores", relata Monasterio, quien añade que "no se trata de inventarse lo que no hay, sino de mostrar la misma realidad, que es muy rica y muy diversa".

La propia Pandora Mirabilia, de hecho, trabaja en la iniciativa Un cuento propioUn cuento propio, un proyecto de audiocuentos infantiles que nace con la intención de aportar personajes y relatos distintos, además de visibilizar la historia de las mujeres y ofrecer nuevos referentes a niñas y a niños.

Desde las instituciones el trabajo en materia de igualdad dirigido a la infancia también va en aumento. Ayuntamientos como el de Murcia, Zaragoza o València, entre otros, han promovido campañas para fomentar un modelo de ocio cimentado sobre criterios de igualdad, e incidiendo en la necesidad de desarrollar juegos y juguetes que den la espalda a todas las formas tradicionales de sexismo.

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