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El futuro de Cataluña

El Gobierno confía en obtener el apoyo del PNV a los Presupuestos tras el 21-D

Mariano Rajoy recibe en la Moncloa a Íñigo Urkullu en su primera entrevista como lehendakari, el pasado 30 de enero de 2013.

Cuando la aplicación del artículo 155 de la Constitución para "restaurar la legalidad" en Cataluña parecía el pasaporte de Mariano Rajoy hacia un final prematuro de la XII Legislatura, el hecho de vincular esta herramienta a unas elecciones autonómicas inmediatas ha vuelto a insuflar aire al jefe de los conservadores.

El pasado viernes, además de destituir a todo el Govern, con Carles Puigdemont a la cabeza, el presidente se sirvió de la autorización dada por el Senado para aplicar el 155 para disolver el Parlament y convocar elecciones en Cataluña el 21 de diciembre (21D). Este nuevo escenario permite a los conservadores ser más optimistas respecto a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018 una vez que los catalanes hayan votado. La clave es el PNV, que en las últimas semanas se ha negado a sentarse a hablar con el Gobierno sobre las cuentas públicas para el próximo ejercicio al no compartir la respuesta del Ejecutivo a la situación en Cataluña. En el Gobierno creen que puede haber un viraje en la posición de los nacionalistas vascos.

Las cuentas en vigor salieron adelante a finales del pasado mayo con el apoyo del PP y sus socios electorales y de Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Para no prorrogar el actual presupuesto, el de 2018 tendría que haber sido aprobado en el último Consejo de Ministros de septiembre.

Este lunes, el presidente del Gobierno reunió al Comité Ejecutivo Nacional del PP para fijar las prioridades de la formación para los próximos meses. Un año después de su investidura, pidió a los suyos que se vuelquen en Cataluña y en trabajar para lograr sacar adelante las cuentas públicas. 

El jefe de los conservadores no habló de partidos concretos con los que buscar alianzas para los Presupuestos. Pero la opinión más extendida en su equipo es que debe insistirse en aquellas fuerzas con las que se trabajó para las cuentas vigentes. Y es que son conscientes de que es "muy complicado" que el Partido Socialista, además de estar respaldando a Rajoy en todo el proceso catalán, vaya a acercarse en este otro campo.

Un mensaje de "confianza"

"Hay que tener unos Presupuestos consensuados, fundamentalmente con los partidos con los que lo hicimos para 2017. Sería un mensaje muy positivo de confianza y credibilidad, y nos colocaría en una situación inmejorable para llegar al objetivo de 20 millones de personas ocupadas", dijo en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Nacional el coordinados general del PP, Fernando Martínez-Maillo.

El número tres del PP aseguró desconocer cuál es la posición del PNV después de que el lehendakari, Íñigo Urkullu, se implicara la semana pasada en la búsqueda de una salida en Cataluña en forma de convocatoria electoral por el propio Puigdemont. Una operación que se frustró. "El que conoce las conversaciones que haya mantenido con Carles Puigdemont es Urkullu, él sabrá hasta dónde llegó y el grado de cumplimiento del diálogo que tuvieron. Habrá sacado sus propias conclusiones", indicó.

Otros miembros del PP consideran que es posible que, tras intentar mediar en busca de una solución para Cataluña, Urkullu haya concluido que "Puigdemont no es de fiar". Y que, por tanto, esto acabe derivando en un acercamiento al Gobierno de cara a los Presupuestos.

Martínez-Maillo consideró que sería bueno que en la negociación sobre las cuentas públicas prevalezca el interés general de los ciudadanos y recordó que hay compromisos para Euskadi acordados e introducidos en los Presupuestos de 2017 pensados para tener una continuidad en 2018.

En el PP recuerdan que el PNV también necesita aprobar sus cuentas en Euskadi, algo para lo que podría necesitar el voto de los conservadores vascos.

Los acuerdos de 2017

En el acuerdo firmado el pasado mayo entre Rajoy y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, por el que el Grupo Vasco acabó apoyando los Presupuestos, se incluyó una rebaja en el cupo –lo que Euskadi paga al Estado por prestaciones que realiza este en su territorio– de 500 millones de euros y un acuerdo en materia de infraestructuras –3.380 millones para la alta velocidad– que situaba la puesta en funcionamiento de la "Y" ferroviaria vasca en 2023.

Junto a la rebaja, el Gobierno accedió a devolver al País Vasco 1.400 millones de los 1.600 que reclamaba el PNV por las liquidaciones pendientes desde el año 2007 hasta 2016. Un pago a realizar en los próximos 5 ejercicios. El impacto que el acuerdo en conjunto, sin contar las inversiones ferroviarias, podría tener en las cuentas de 2017 escercano a los 4.000 millones.

Precisamente a estas cuentas aludió el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, este mismo lunes en un acto en Bilbao. Según sostuvo, aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 sería "una buena noticia" también para los ciudadanos vascos. Así, animó a que pese a las "discrepancias, presiones y tensiones fruto de la situación política", se actúe "de una forma inteligente y responsable" para conseguir "la máxima estabilidad". El ministro señaló que Rajoy mantiene "la mano tendida" y su disposición a "la máxima colaboración" con las distintas fuerzas políticas para alcanzar un acuerdo presupuestario para el próximo ejercicio, que cree "posible" y que ve "absolutamente necesario", informa Europa Press.

"Nadie duda de los beneficios para los vascos" que supuso el acuerdo alcanzado entre el Gobierno central y el PNV en los presupuestos de 2017, dijo De la Serna. Aunque admitió que "es cierto que puede haber ciertas discrepancias, presiones y tensiones fruto de la situación política", subrayó que "también es cierto que es necesario actuar de una forma inteligente y responsable para conseguir, entre todos, la máxima estabilidad" para España y para el País Vasco.

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Los tiempos

Las fuentes consultadas mantienen que nunca se ha dejado de trabajar para lograr sacar adelante los Presupuestos de 2018, pero que esperan que las negociaciones se aceleren en las próximas semanas. Creen que la forma en la que el Gobierno está aplicando el 155, con "eficacia" y "prudencia", es un punto a favor de cara a lograr el apoyo del PNV. Ya el pasado septiembre, desde el PNV se advirtió a Rajoy de que una reacción "exacerbada" en Cataluña podría poner en riesgo a las cuentas públicas. El distanciamiento de los nacionalistas fue mayor tras la actuación policial el 1-O. "Vamos a empezar a negociar. No podemos darnos por vencidos. Va a ser complicado. Pero el PNV necesita tiempo para acomodar una respuesta", admite un dirigente conservador. El grueso de las fuentes consultadas creen que ese tiempo nunca llegará antes del 21D.

Pasa salvar las cuentas, el PP necesita la mayoría absoluta del Congreso (176 escaños), lejos de los 134 diputados que componen su grupo parlamentario. Con su socio de investidura Ciudadanos (32 escaños), Foro Asturias (1), UPN (1), PAR (1) y Coalición Canaria (1), los conservadores están todavía a 6 escaños de la mitad más uno de los parlamentarios. Para las cuentas en vigor esos seis diputados fueron los 5 del PNV más Pedro Quevedo de Nueva Canarias.

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