21D | Elecciones en Cataluña

La patronal catalana aviva el miedo a una mayoría independentista

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría , habla con el presidente de la patronal catalana, Joaquim Gay de Montellá, y su número dos, Ramón Adell.

La incertidumbre sobre lo que ocurrirá a partir del 21D ha movilizado al poder económico catalán, inquieto ante la posibilidad de que el bloque independentista consiga apoyo social suficiente como para repetir el pulso al Gobierno central e intentar, una vez más, hacer realidad la independencia de Cataluña.

La patronal catalana, Foment del Treball, pidió este viernes expresamente a los partidos políticos catalanes que proporcionen “estabilidad política y seguridad jurídica” y abran, después del 21D, un diálogo “sincero” con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Su presidente, Joaquim Gay de Montellà, aprovechó el tradicional encuentro con los medios de comunicación antes de Navidad para reclamar acuerdos, al igual que hacen patronal y sindicatos cuando se sientan en una mesa de negociación y sellan pactos. “Si no hay capacidad, para qué los queremos”, se preguntó.

En su opinión, hay que buscar una solución que garantice el encaje “sólido” de Cataluña en España. El Gobierno, ha aventurado, podría hacer una oferta en varias materias que finalmente sería avalada en las urnas por los catalanes.

Las elecciones, subrayó, tienen que servir para “dispersar la inestabilidad y la inseguridad [jurídica]” creada en los últimos meses y que ha llevado fuera de Cataluña a más de 3.000 empresas.

El Gobierno que surja de las urnas tiene que combinar “diálogo, negociación y pacto” y actuar en el marco “de la legalidad y de la Constitución”. Tras el 21 de diciembre debe abrirse un espacio de entendimiento y de estabilidad porque “no buscar caminos de diálogo sería una irresponsabilidad”.

No es la primera vez que la patronal catalana trata de influir en el resultado de las elecciones. En 2015, apenas unas semanas antes de la votación, promovió un manifiesto en el que los empresarios definían el proceso secesionista, entonces ya en el programa de JuntsxSí y la CUP, como una “circunstancia que genera tensión y máxima preocupación desde la perspectiva económica y empresarial". El nuevo Gobierno, argumentaban entonces, tendría “la responsabilidad de gobernar para todos los ciudadanos” y, por tanto, debería “crear y mantener las mejores políticas económicas, sociales y culturales que garanticen el progreso y bienestar”.

Incluso Cecot, la asociación de empresarios considerada más próxima a los nacionalistas, ha pedido en los últimos días a los partidos políticos “diálogo”. Y Pimec, la organización que representa a la pequeña y mediana empresa, también de la órbita soberanista, aunque no partidaria de las vías unilaterales, ha reclamado “volver a la estabilidad política”. Su presidente, Josep González, ni siquiera está seguro de “que las empresas que se han marchado de Cataluña vuelvan”. El diálogo entre Cataluña y España, subrayó esta semana, “ya no es una opción, es una obligación”.

Los pronunciamientos de la patronal se apoyan en los diferentes informes que en las últimas semanas predicen problemas para la economía catalana (y española) si el independentismo consigue apoyo suficiente para seguir impulsando su objetivo desde las instituciones. Este mismo viernes el Banco de España rebajó al 2,4% la previsión de crecimiento del PIB en 2018 y al 2,1% la de 2019, una décima menos de lo estimado inicialmente, en ambos casos, como consecuencia de la “incertidumbre asociada a la situación de Cataluña”, pese a la mejora de las perspectivas de los mercados exteriores.

“Ojalá se aprenda la lección”

El director de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), Santiago Carbó, llegó a afirmar que las fugas de depósitos en Caixabank y Sabadell tras el referéndum de independencia del 1-O y la posibilidad de que Cataluña se independizara de España fueron “un shock” y expresó abiertamente su deseo de que “ojalá” se aprenda “la lección”, en referencia a lo que los ciudadanos voten el 21D.

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Funcas calcula un desplome importante del crecimiento de la economía catalana en 2018 que podrá alcanzar los 3.000 millones de euros, al pasar del 3,1% este año a apenas un 1,7% el próximo ejercicio.

También BBVA Research rebajó dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española para 2017, hasta el 3,1%, y en tres décimas la de 2018, hasta el 2,5%, por el impacto de la incertidumbre derivada de la crisis política en Cataluña.

Hasta el Consejo de Expertos Económicos del Gobierno de Alemania, conocido popularmente como “los cinco sabios”, ha advertido de que en caso de que se prolongue la incertidumbre relacionada con las tensiones políticas en Cataluña el crecimiento de la economía española se vería afectado negativamente.

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