Rajoy apuesta por esperar a que los independentistas muevan ficha mientras el PP le pide buscar vías para frenar a Cs

Un día después de que las elecciones del 21D arrojasen una victoria por mayoría absoluta del bloque independentista, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dejó claro en una rueda de prensa en la Moncloa que el Gobierno no va a dar ningún paso. Ninguno más allá de ofrecer "toda su colaboración y toda su mejor voluntad de diálogo constructivo, abierto y realista" dentro de la ley al Govern que se constituya en Cataluña. Mientras en el otro frente, el de su propio partido, cundió el desánimo y la preocupación por no haber logrado capitalizar la aplicación del 155 y el importante avance de Ciudadanos.

Para el Ejecutivo, la pelota está, pues, en el tejado de los partidos que deben articular una mayoría en el Parlament que les permita, después, proponer un candidato o candidata a la investidura. En un tono despectivo hacia Carles Puigdemont, el presidente del Gobierno descartó que tuviese que reunirse con él. En todo caso, dijo, la interlocutora sería Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos y ganadora de las elecciones. Pero a nadie se le escapa que el bloque independentista es el que tiene todas las opciones de gobernar con los resultados en la mano.

De momento, Arrimadas ha renunciado a liderar los contactos para formar Gobierno.

Ni siquiera el mapa que arroja el 21D lleva a Rajoy a flexibilizar su postura sobre una reforma de la Constitución: "Si alguien quiere que se reforme la Constitución para suprimir la soberanía nacional o la unidad de España, es evidente que con el presidente del Gobierno de España no puede contar", avisó.

En el Gobierno insisten en que el presidente siempre ha estado dispuesto a hablar "con todo el mundo" en el marco de la ley y la Constitución. Y que así seguirá siendo. Pero ahora ponen el foco en el siguiente paso que ha de darse una vez celebradas las elecciones del 21D21D: la sesión constitutiva del Parlament. Convocarla es algo que la ley reserva al president de la Generalitat y, en el contexto actual de aplicación del 155 de la Constitución, esto corresponde a Mariano Rajoy. Como muy tarde, la constitución del Parlament se celebrará el 23 de enero. Y con este plazo como base, la primera votación para la elección del presidente de la Generalitat se convocaría para el 6 de febrero.

Las "provocaciones de los independentistas"

En el Gobierno señalan que la configuración de las listas de los independentistas con encarcelados y huidos a Bruselas como integrantes de las candidaturas complica el proceso para la conformación de Gobierno. Pero insisten en que se respetará la ley. "La política es la política, la Justicia es la Justicia", señala una de las fuentes consultadas que daba por hecho que el bloque independentista va a intentar mezclar ambas esferas. "Los políticos debemos someternos a la justicia como cualquier otro ciudadano y no es la justicia la que debe someterse a ninguna estrategia política", había dicho Rajoy a modo de aviso.

En la Moncloa señalan que son los diferentes partidos que han obtenido representación en el Parlament los que han de manejar la situación y hacer frente al hecho de haber incluido a encarcelados y huidos en las listas. Y vuelven a insistir, como ya lo hicieron en los días previos al 1-O, en que no van a caer en las "provocaciones" de los independentistas. Máxime, destacan, ahora, cuando han visto que sí alcanzan la mayoría absoluta.

"Hay que ir con pies de plomo", resume un miembro del Ejecutivo.

Malestar y desánimo en el Partido Popular

El batacazo electoral del PP de Cataluña (que vio mermada su representación de 11 a 3 diputados), la no rentabilidad en las urnas de la aplicación del artículo 155 y la renovada mayoría absoluta del bloque independentista han hecho que cunda la preocupación y el desánimo en las filas conservadoras. El propio Rajoy admitió que los resultados eran malos y que él, "como todos los militantes del partido", se sentía responsable del fracaso. Pero quiso también tranquilizar a los dirigentes regionales y municipales del PP con el mensaje de que lo que ha ocurrido en Cataluña con Ciudadanos no es para nada extrapolable a otras citas electorales.

A puerta cerrada con la cúpula del PP, y después en rueda de prensa desde la Moncloa, Rajoy insistió en que los ciudadanos no votan igual en unas elecciones autonómicas que en unas generales. Ningún dirigente tomó la palabra para llevarle la contraria. En el Comité Ejecutivo Nacional del PP sólo hablaron él y el candidato Xavier García Albiol, que un día antes, según adelantó la agencia Efe, había puesto a disposición del partido su cargo, algo que Rajoy no aceptó al considerarlo una decisión precipitada. Pese al silencio, el malestar en los cuadros del PP no se ha marchado.

Dirigentes del PP consultados por este diario piden al presidente del Gobierno una "profunda reflexión" sobre los resultados del 21D y sobre los motivos del ascenso de Ciudadanos. Esta fue, precisamente, la expresión que empleó la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP y miembro del PP de Cataluña, Andrea Levy, en una entrevista que concedió a primera hora de la mañana en RNE.

"No se puede comparar..."

"Puede que no sea del todo extrapolable una cita autonómica en Cataluña a una cita electoral en otras partes de España. Pero el mensaje que queda en los ciudadanos es que el partido de Albert Rivera nos ha comido una parte importante de la tarta y es para preocuparse. Ciudadanos no es lo mismo ahora que hace tres años. Son más conocidos, han tenido mucha presencia en los medios, en el Congreso... No se puede comparar el minuto uno de Ciudadanos con la situación en la que está ahora el partido de Rivera", valora un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.

En un sentido similar, un diputado nacional considera que a los electores, "cuando van a votar, les gusta votar por la opción que creen que va a ser la ganadora" y el 21D ha dado a Cs "un empujón considerable por mucho que Albiol dijese que la victoria les iba a durar cinco minutos".

Feijóo no culpa a Ciudadanos

Tampoco en el PP se comparte de manera unánime la forma en la que el candidato Albiol y la dirección nacional del partido reaccionaron a los resultados: echando en cara a Ciudadanos su campaña por el "voto útil". A micrófono abierto discrepó el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que gobierna en su comunidad con mayoría absoluta.

Según señaló a su llegada al Comité Ejecutivo, su partido no puede echar la culpa a nadie por el "muy mal resultado". "Tiene un enorme mérito, es la primera vez en la historia de la autonomía catalana que ha ganado un partido no nacionalista", dijo poniendo en valor la victoria de Ciudadanos.

Así, destacó el "mérito" de Arrimadas, "una excelente candidata y una justa vencedora" y consideró que el resultado del PP les debe hacer reflexionar y tomar decisiones, pero "con sosiego". "Los catalanes sabían que la única posibilidad de que hubiese un gobierno presidido por un partido constitucionalista era votar a Ciudadanos", añadió.

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Albiol: ¿El candidato idóneo?

También hay dirigentes conservadores que ponen el foco en que quizá Albiol no era el candidato idóneo para este contexto y que había que haber aprovechado para buscar otro perfil de cabeza de lista que pudiese competir mejor con Arrimadas. "A toro pasado es muy fácil hablar. Xavi ha pagado el pato de la gestión del 155, del camino recorrido hasta llegar a aplicarlo y otros se han beneficiado de esas mismas medidas", añade un diputado en defensa de Albiol. La misma fuente mantiene que desde el PP de Cataluña también se podría reprochar a la dirección nacional del partido el "abandono de los últimos años".

En lo que coinciden todas las fuentes consultadas, más allá de extrapolaciones o no extrapolaciones a la esfera nacional, es en que es necesario que el PP se tome en serio a Ciudadanos porque ha quedado demostrado que compiten por un sector muy similar del electorado que, al menos en Cataluña, ha encontrado más atractiva la oferta de Rivera.