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El problema que tenemos es que después de lo que está callendo en los últimos años, y ya son muchos, sobre la insatisfacción de algunos grupos polñiticos vascos y catalanes con la actual estructura del Estado, debería ser este el que estuviera debatiendo y consensuando una estructura diferente, pero el PP y en general las derechas se han instalado en el inmovilismo y las izquierdas son incapaces de consensuar entre ellas y ofrecer alguna idea, por tantod dejan libre el camino a los nacionalismos para que sean ellos quienen lleven la iniciativa y todos los que no somos nacionalistas, terminamos por ir a remolque.
La izquierda española y aqui que se apunte quien quiera del estado, debe consensuar una idea de país, a mi me gustaría que fuera la República Federal Ibérica, pero si tenemos que conformarnos, de momento, con un Reino de España Federal, pues será algo mejor que lo que tenemos y será una idea a contrastar con las de los nacionalistas.
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Ocultar 1 RespuestasNo tengo nada en contra de la republica ni de la federación, pero si seguimos el argumento de base, ¿Qué pasará si algunas de las federaciones no esté contenta con el modelo federal? ¿A quién acusaremos de inmovilismo? Cuando todo va bien, los problemas dejan de existir y todos se apuntan al carro, pero cuando algo no nos gusta, esperamos que los demás hagan un esfuerzo por resolver nuestras quejas. Antes que autonomías, federaciones o repúblicas, deberíamos plantearnos si estamos en lo que estamos para lo bueno y lo malo, para colaborar y mejorar o para echar zancadillas a cada paso. Si la aceptación de un destino común no está clara, no importa cual sea la forma política, siempre habrán descontentos que intentarán que el sistema no funcione. Y aquí es donde se mueve el independentismo, no importa que hay, lo que queremos romperlo y separarnos. Otra opción se llamará como se quiera, queja, victimismo, amenaza, pero no será independentismo, porque su principal objetivo es romper la unidad existente para lograr la división y obtener una entidad propia. Si el independentismo tuviera otras propuestas, hace tiempo que las hubiesen presentado.
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Soy profundamente contraria a cualquier nacionalismo, me quedé en eso de "agrupémonos todos" y de ahí no salgo, pero negar la realidad no sirve de nada, existen sentimientos nacionalistas que tienen que tener cabida y cauces de expresión. El conflicto catalán ha puesto en evidencia las carencias legales y la falta de voluntad política para solucionarlas. Es necesario abrir caminos y legalidades para llegar a un Estado en el que todos los sentimientos tengan cabida y capacidad de expresión y decisión. No me gusta ningún nacionalismo, pero siempre defenderé el derecho a decidir. En base a esto no me queda más que estar de acuerdo con las declaraciones de Urkullu, aunque mucho tienen que cambiar las cosas en este país para poder llevarlas a cabo, la primera sería conseguir una democracia de verdad en vez de el simulacro que padecemos.
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Las formas, maneras, expresiones e incluso el contenido del discurso de Urkullu son las de un hombre de estado. Comparadas con las pavadas de Rajoy y Puigdemont llevan al desaliento institucional.
Desaliento institucional al que, a su vez, nos lleva el saber que detrás de esas palabras de Urkullu hay un movimiento étnico, cuya fuerza está en los sentimientos nacionalistas decimonónicos que buscaban y desafortunadamente siguen buscando un estado para su "pueblo, raza, estirpe, tradición" o como queramos llamarlo.
La historia ha demostrado hacia dónde nos condujeron y los resultados de esos movimientos de masas fundamentados en las diferencias étnicas, raciales, religiosas o culturales.
Tirar por la borda los avances de la ilustración, los valores de igualdad, fraternidad y libertad, los derechos del hombre, la democracia y el estado de derecho compuestos por ciudadanos libres e iguales ante la ley; no por pueblos, castas o etnias.
Tirar por la borda, digo, todos esos avances y el progreso de la humanidad y el concepto de estado moderno y volver al tribalismo reconociendo derechos a unos frente a otros porque han nacido en este valle y no en el de al lado es una BARBARIDAD.
Y aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El Sr Urkullu al final y a la postre utiliza los foros y herramientas del estado para solventar el "qué tal va lo mío y lo de los míos" y ¡claro! los suyos le siguen fieles para acrecentar sus beneficios. Lo malo es que más temprano o más tarde los "otros" se aperciben del negocio y el conflicto está servido.
Espero que Europa no reconozca el más mínimo de los derechos o privilegios a los pueblos o etnias que la habitan y sí se los reconozca a sus ciudadanos y los defienda de la "rebelión de las masas".
Mi respeto y saludo, como siempre, hacia los sentimientos, culturas, idiomas o creencias que cada uno llevamos dentro. No sé trata de eso; se trata del Estado: Unidad política superior independiente y soberana donde están representados ¡todos! los ciudadanos de un territorio. ¿Hablamos de Europa?.
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Lo de Europa es tema aparte y da para mucho.
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Esa es una de las debilidades de la democracia. ¿Podemos impedir la libertad de decidir si está respaldada por un numero suficiente de personas porque creamos que el motivo es nocivo?, en caso de que así sea ¿quien establece que motivos son lícitos y cuales no?. Yo creo que ese camino nos lleva a algo todavía más perverso.
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La definición de motivo licito o ilícito de cualquier Estado Social y de Derecho está implícita en el Pacto Social fundacional y los Acuerdos Internacionales ratificados por ese Estado. En caso de duda serán los jueces que por rango normativo tengan atribuida la competencia y las apelaciones podrán llegar a los Tribunales Internacionales correspondientes. A su vez éstos podrán juzgar, incluso, delitos cometidos sin jurisdicción de fronteras, por ejemplo la Corte Penal Internacional.
Pruebe Vd a cometer un delito de genocidio aunque esté amparada por todos los votos de una determinada circunscripción o declare legal la esclavitud en esa misma circunscripción.
Respecto al "derecho a decidir" se ha explicado hasta la saciedad que en la democracia española ese derecho existe como "fundamental". El problema es: si una parte puede decidir por el todo e incluso si una parte, por numerosa que sea, puede decidir en contra de derechos fundamentales de los ciudadanos.
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2/2 El derecho a decidir no existe, existe el derecho a decidir según que cosas. En este país el derecho a decidir (políticamente hablando) se limita a introducir una papeleta en una urna cada cuatro años, a partir de ahí les otorgamos carta blanca a los elegidos para hacer y deshacer a su antojo; no existen mecanismos de control ciudadano ni mecanismos reales de participación (la ILP es un mecanismo tan viciado en su definición legal que lo mismo daría que no existiera) tampoco existen mecanismos de veto o de expulsión, ni siquiera existe un mecanismo para hacer que cumplan su programa electoral.
Pero es que, además, una vez elegidos los próceres que manejarán nuestras vidas durante cuatro años, ellos mismos son los que deciden el funcionamiento de los órganos, son ellos mismos los que legislan como deben funcionar las instituciones que representan y no necesitan la aprobación popular para hacerlo, así que ya procuran blindarse ante cualquier injerencia que pueda poner en peligro su estatus. Es el círculo perfecto. El mayor desastre del siglo XX se forjó en un parlamento democrático, no por el poder de las urnas, sino por el manejo torticero de los engranajes democráticos.
Las leyes, incluso la norma fundamental, se crean, se anulan, se interpretan y modifican al gusto del partido en el poder, las instituciones de las que nos hemos dotado son ineficaces en la práctica y lo que quieren hacernos pasar por democracia es el reflejo que vería una persona encerrada en la caverna platónica. Los ciudadanos no tenemos poder sobre las instituciones ni sobre las leyes ni sobre nuestros gobernantes, la soberanía nacional es una entelequia…. En este escenario, ¿usted cree que no debemos preocuparnos por quien establezca la licitud o ilicitud de los motivos que incidan en la capacidad de decisión?
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½ Entiendo lo que quiere decir y lo asumiría si viviéramos en un mundo perfecto con una democracia perfecta, pero no es el caso.
Lo implícito es subjetivo y por lo tanto manejable. Los derechos no son algo inamovible, cambian y evolucionan y de la misma manera que evolucionan pueden involucionar, lo estamos viendo continuamente. Las leyes se interpretan y la misma ley, según quien la interprete y según el grado de explicitud que posea, podrá decir una cosa o la contraria. El tema que nos trae aquí, el nacionalismo separatista, no tiene ninguna relación con los derechos fundamentales, ni con los recogidos en las diversas cartas internacionales ni con los recogidos en nuestra constitución, pero es que, además, los derechos fundamentales también son objeto de diferentes definiciones, matizaciones y modificaciones (por ejemplo, el derecho a la intimidad se ha visto modificado por la irrupción de internet y las redes sociales).
Quien piense que en España la Justicia es un poder independiente es que vive en otro mundo, en el de Yupi, o en Marte. Los acuerdos internacionales se vulneran continuamente sin consecuencias, los dictámenes y fallos de las diferentes instituciones mundiales o europeas son papel mojado y su continuo incumplimiento como mucho da lugar a multas que pagamos entre todos, convirtiendo todo el entramado institucional en mera palabrería por no decir chirigota, además de que los procesos son tan lentos y tan complejos en las formas y tan costosos, que provocan de hecho la inaccesibilidad para el común de los mortales (También podríamos hablar de quien y como se eligen a los miembros de los órganos europeos). La Corte Penal Internacional, probablemente la única institución efectiva, sólo tiene jurisdicción en casos de genocidio, guerra, agresión o lesa humanidad, todo lo demás queda fuera.
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