Ciudadanos

El ascenso de Cs en las encuestas: dudas y certezas sobre la amenaza para la hegemonía del PP en la derecha

Albert Rivera, junto a Inés Arrimadas, Begoña Villacís y José Manuel Villegas.

Son días de vino y rosas para Ciudadanos, al menos en lo relativo a los sondeos. El partido liderado por Albert Rivera ha sabido subirse a la ola provocada por la crisis territorial en Cataluña y, en los últimos meses, se ha disparado en las encuestas superando a Unidos Podemos en muchas de ellas e, incluso, llegando a competir por el primer puesto con el PP y el PSOE. Es cierto que, en el pasado, las casas demoscópicas han sobrestimado el voto a Ciudadanos, pero los expertos consultados por infoLibre creen que el partido naranja está creciendo y apuntan que podría poner en peligro la hegemonía del PP en la derecha. No obstante, la capacidad que tenga Ciudadanos de mantenerse fuerte cuando el nacionalismo no sea el principal tema en la agenda o de evitar las apelaciones del PP al voto útil son incógnitas que rodean un ascenso que, por ahora, sólo es palpable en los sondeos.

Ciudadanos comenzó a crecer en las encuestas a raíz del agravamiento de la crisis en Cataluña, y su ascenso se vio reflejado en el triunfo que consiguió en las elecciones autonómicas en esa comunidad. Pero no sólo ha ganado apoyos allí: en el conjunto de España, Ciudadanos mantiene una tendencia ascendente y, hace apenas unas semanas, tanto Metroscopia (El País) como GAD3 (Abc) realizaron sendas encuestas en las que el partido naranja aparecía como la primera opción en intención de voto de cara a unas elecciones generales. En esos sondeos, quien más sufre el desgaste es el PP, aunque Unidos Podemos también sigue bajando y se sitúa como cuarta fuerza.

Los expertos consultados lo tienen claro: el brusco ascenso de Ciudadanos lo ha facilitado "la ventana de oportunidad" que ha supuesto "el conflicto catalán". Así lo explica Jorge Galindo, investigador de la Universidad de Ginebra, que afirma que el partido de Rivera está recogiendo los réditos de haber mantenido una posición "firme" frente al independentismo entre "votantes favorables al statu quo, al Estado de las autonomías, o incluso entre aquellos a quienes no les importaría una mayor centralización". "Ciudadanos crece entre votantes algo más escorados a la derecha, pero también sigue teniendo votantes en el centro y el centroizquierda", señala igualmente Galindo, que además llama la atención sobre la capacidad que parece estar teniendo el partido de "evitar el clásico dilema de que, cuando la cuestión territorial está al alza, quien gana votos en Cataluña los pierde fuera".

Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid y expresidente del CIS, coincide con este análisis a la hora de explicar el ascenso de Ciudadanos. El partido de Rivera, señala, "ha conseguido generar un enganche identitario" para aquellos votantes descontentos con el enconamiento de la situación en Cataluña, y el trasvase de voto no solo procede del PP, sino que también afecta al PSOE, plantea Vallespín, que afirma que si los socialistas no están perdiendo voto en el cómputo general es porque asumen parte de las pérdidas de Podemos. Ciudadanos, señala igualmente, también se ha beneficiado de forma secundaria de otros dos fenómenos: la "fatiga de muchos votantes del PP con la corrupción" que ahora ven una alternativa clara en la derecha y "el hecho de que Podemos no se considere una amenaza" que puede llegar al gobierno.

Pero el hecho de que el fulgurante ascenso de Ciudadanos se haya visto impulsado por la crisis en Cataluña puede ser un arma de doble filo, ya que cuando el foco se desplace a otros asuntos, la formación podría caer. "Esa es la gran pregunta, si el crecimiento es sostenible o no", asevera Galindo. Y es que, para el politólogo, "a Ciudadanos se le plantea un dilema difícil, porque tiene todos los incentivos para que Cataluña se mantenga como un asunto polémico" pero, a la vez, les conviene mostrarse como un partido que no torpedea los acuerdos con el PP. "Ahora se enfrentan a la negociación presupuestaria y tienen que decidir si ponerse firmes y mantener su posición actual o comportarse como antes" y negociar, señala el politólogo.

Galindo afirma que es "pronto" para valorar si el partido naranja puede "fidelizar" el voto que está ganando, pero también señala que Ciudadanos tiene dos dificultades para ello. "La primera es que el eje izquierda-derecha vuelva a primar, y por tanto la ventana de oportunidad que le ha abierto el eje nacional se reduzca", señala el politólogo. Y la segunda tiene que ver con la posibilidad de que "exista algo de espejismo en el voto del centroderecha a Ciudadanos que reflejan las encuestas y que, cuando llegue la hora de la verdad, estos votantes vuelvan a coordinarse en torno al PP", apunta Galindo. Para ello, señala, "bastaría con que en ese momento el PP se encontrase algo por delante de Ciudadanos en las encuestas".

Por su parte, Vallespín llama la atención sobre una circunstancia que no se está destacando en los sondeos: la posibilidad de que Ciudadanos se esté comportando como un "partido refugio" para ciudadanos descontentos con el resto de opciones. "Su voto aún no es sólido", y afianzarlo es el reto del partido naranja, apunta el experto, que no obstante se muestra inclinado a pensar que la formación "no se va a deshinchar" aunque Cataluña deje de acaparar los titulares. "Creo que se agradecerán los servicios prestados, por decirlo de alguna manera", pero Ciudadanos va a tener un hueso duro de roer en los tradicionales feudos del PP: "los católicos, las personas mayores y el mundo rural", recuerda Vallespín.

Una alternativa viable en la derecha

En cualquier caso, el PP tiene motivos para estar preocupado, porque el partido naranja le puede abrir una importante vía de agua si aprovecha su fortaleza actual para mostrarse como una alternativa en la derecha sin los problemas de corrupción que cercan a los conservadores. De esa posibilidad advierte Sandra León, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de York, que explica que está comprobado que los votantes "están dispuestos a cambiar su comportamiento si un determinado número de personas también lo hace".

La clave para Ciudadanos, sostiene León, es conseguir alcanzar el "umbral" en el que los votantes del centroderecha y la derecha lo consideren un partido "viable" para alcanzar el Gobierno. Es entonces cuando podría, incluso, producirse un trasvase masivo de voto del PP al partido naranja, explica la politóloga, que señala que "este tipo de procesos masivos nadie los espera y no se pueden detectar". No obstante, para ello Ciudadanos "necesita diferenciarse del PP, y eso es difícil cuando está apoyando al Gobierno", aunque tiene una ocasión para hacerlo aprovechando los casos de corrupción. "La corrupción puede ser una gota fina para el PP, porque hay veces que los cambios no se producen no porque el electorado no quiera, sino porque no ve una alternativa viable y fuerte, y Ciudadanos puede situarse como esa alternativa", reflexiona León.

"Ahora Ciudadanos tiene todos los incentivos para ser intransigente [con el PP] para abrir una segunda ventana de oportunidad por el centroderecha con el tema de la corrupción", coincide Galindo, que apunta que las revelaciones sobre el caso Gürtel que se están conociendo en los últimos días podrían beneficiar al partido. "Lo que pasa es que la corrupción es muy volátil como determinante del voto en España: aunque en teoría tiene mucho sentido, en la práctica va a ser difícil" que Ciudadanos pueda aprovecharla, advierte Galindo. Y es que "el votante de Ciudadanos quiere al mismo tiempo una postura firme contra la corrupción y favorecer la estabilidad económica", por lo que no apoyar los presupuestos del PP podría ser contraproducente para la formación naranja.

Vallespín, por su parte, señala otro peligro que Ciudadanos genera al PP: la posibilidad de que exista una fuga de cargos de segunda línea a las filas naranjas. "Ciudadanos tiene un problema, y es que más allá de Albert Rivera o Inés Arrimadas, tiene pocas personas relevantes que ofrezcan confianza al electorado para que los elija como cargos públicos", apunta el politólogo. Pero esa cuestión, señala, podría resolverse si la formación consigue fichar a algunos militantes del PP descontentos con la actual dirección del partido. "Si de repente seis o siete dan el salto a la vez, podría recordar al electorado lo que le ocurrió a UCD, y entonces el PP tendría serios motivos para preocuparse", alega Vallespín.

Las banderas que Ciudadanos intenta arrebatar al PP

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¿Podría aprovecharse la izquierda?

De confirmarse las proyecciones de las encuestas, sería la primera vez desde el restablecimiento de la democracia en España en que el voto en el centroderecha y la derecha se divide entre dos partidos con un peso muy similar. Y eso podría provocar "una competición soterrada entre ambos partidos" a la hora de negociar –algo similar a lo que ocurrió tras las elecciones del 20D y el 26J en la izquierda, recuerda la experta–, lo que podría pasarles factura porque "cada vez que uno pensara en moderarse, el otro podría tener la tentación de aprovecharlo" y presentarse como el guardián de las esencias de su espectro político.

Galindo también desarrolla este argumento y afirma que, "si la división en la derecha se mantiene en dos mitades más o menos iguales", la izquierda se puede beneficiar de las dificultades de PP y Ciudadanos "a la hora de cerrar acuerdos" de la misma forma "que el PP se ha beneficiado de que Podemos y PSOE no hayan llegado a un acuerdo de gobierno o para la moción de censura". Y, además, el PP ya no podría aprovechar el impulso que el sistema electoral facilita a los grandes partidos, dado que se habría convertido en una formación de un peso "mediano" y que no tendría una clara ventaja sobre el resto.

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