Memoria histórica

El nieto de Blas Infante: "Lo busco porque es mi abuelo, no porque sea el padre de la patria andaluza"

Estanislao Naranjo, nieto de Blas Infante, este martes tras presentar la documentación en la oficina de memoria histórica de Sevilla.

A las 11.30 horas, aprovechando un descanso de trabajo en su despacho de penalista, Estanislao Naranjo se plantó este martes en la oficina de la memoria histórica del Ayuntamiento de Sevilla, en pleno centro de la ciudad. En una carpetilla llevaba su partida de nacimiento, que acredita que es hijo de Alegría Infante, de 82 años, y la partida de nacimiento de la propia Alegría, que demuestra que es hija de Blas Infante, el fundador del andalucismo moderno, mártir de la autonomía, declarado por el Parlamento "Padre de la Patria Andaluza", asesinado por los falangistas en agosto de 1936.

Naranjo, de 52 años, llevaba también el libro de familia, el acta de defunción su abuelo y una resolución expedida por el Ministerio de Justicia que lo reconoce como familiar de víctima. Con todo ello bajo el brazo subió en ascensor a una sala donde lo recibió sonriente la funcionaria del servicio Lidia Acosta. Infante dejó allí sus papeles, cambió amablemente impresiones con la funcionaria y se llevó, para rellenar en casa con calma, el formulario del Ayuntamiento para dar la descripción de la víctima y facilitar su búsqueda e hipotética identificación. La propia trabajadora municipal admitió que, siendo su abuelo quien era y dado el conocimiento existente sobre su figura, realmente podía no ser necesario rellenar un formulario de datos generales, pero le pidió que lo hiciera de todos modos. "Queremos tratar a todos igual, sean quienes sean", dijo. Naranjo respondió: "Por favor, no somos más importantes que nadie".

Naranjo formalizó su petición de que se le tomen muestras de ADN a él mismo y a alguna de sus dos hermanas, si se considera necesario. Su deseo es que, si aparecen los restos de su abuelo en la fosa de Pico Reja, que se excavará este año, puedan ser identificados y entregados a la familia. Se cree que allí hay más de 1.100 personas enterradas, de un total de más de 4.000 en los ocho enterramientos colectivos del cementerio de Sevilla. "Tengo interés en buscarlo porque mi madre quiere. Aunque soy yo el que está aquí, es más por mi madre, que así lo ha dicho", afirmó. Naranjo insistió varias veces en que el impulso de su búsqueda era familiar. No pretende elevarla a la categoría de acontecimiento político. "Lo busco porque es mi abuelo, no porque sea el padre de la patria andaluza", afirmó. En todo caso, dijo, si el hecho de que Blas Infante pueda estar en la fosa contribuye a que se dote de más fondos a la excavación, "bienvenido sea". La Junta, el Ayuntamiento y la Diputación han reclamado al Gobierno que se involucre en los trabajos.

Una oportunidad

El paso al frente de Naranjo convierte la intervención en la gigantesca fosa de Pico Reja, en el cementerio de Sevilla, en una oportunidad de localizar, exhumar e identificar a Infante, fusilado en agosto de 1936 y cuya familia ejerce todavía como referente del andalucismo histórico. En Andalucía se conmemoran cada año el día de su nacimiento (5 de julio de 1985) y el de su muerte (11 de agosto de 1936). El enclave donde fue asesinado, en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona, junto al Cortijo Gota de Leche, es considerado "lugar de memoria" por la Junta de Andalucía. El relieve del notario de Casares como símbolo de Andalucía es máximo, lo cual hace más sangrante aún que se encuentre –supuestamente– en una fosa común desde hace más de 80 años, sin que jamás hasta ahora se hubiera hecho el menor amago de excavar.

Esa inacción terminó. La fosa de Pico Reja es actualmente objeto de una ambiciosa intervención, impulsada por el Gobierno local (PSOE) con el apoyo de Participa e IU. El enterramiento ya ha sido delimitado. Tiene una superficie de 700 metros cuadrados. Ahora toca abrir la tierra y exhumar los cuerpos, previsiblemente lo largo de 2018. Después, si es posible, identificarlos. La tarea de hallar e identificar a Infante será muy difícil, admiten los investigadores conocedores del enterramiento. En la fosa puede haber restos de fusilados, muertos de hambre, pobres a los que se enterraba gratuitamente...Todo mezclado. No en vano, la fosa se abrió en 1925 para beneficencia. A eso se suman los problemas por el tiempo transcurrido, que ha supuesto las lógicas modificaciones del terreno. En Pico Reja se acumulan los restos de más de 1.100 personas, según las investigaciones históricas realizadas. La propia funcionaria, muy prudentemente, le comunicó a Naranjo que las tareas de excavación, exhumación e identificación serán complicadas. En absoluto el éxito está garantizado. Naranjo ya lo sabía. Lleva años metido en reivindicaciones, dando la batalla –hasta ahora en vano– por la anulación de la condena post mortem de Infante.

El formulario que debe rellenar Naranjo sirve para conocer los datos fundamentales que pueden ayudar a identificar a una víctima: objetos personales que llevara (un anillo, por ejemplo), características físicas, rasgos distintivos... El Ayuntamiento pretende realizar las pruebas de ADN a los familiares interesados antes de verano, si bien aún no hay un calendario establecido. Los resultados serán enviados al banco de datos de la Universidad de Granada, a la espera de que empiecen a rescatarse restos.

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Primeros hallazgos

Los primeros trabajos en Pico Reja han supuesto una sorpresa incluso para sus promotores. Su dimensión, 700 metros cuadrados, es cuatro veces mayor de lo previsto. Han aparecido, sólo con trabajos superficiales, restos de seis cadáveres, al menos dos de ellos con impactos de proyectil. Junto a estos restos óseos han sido localizados una medalla de carácter religioso y un colgante de cristal de bohemia, al parecer de la Segunda República Checoslovaca (1938-1939). Gracias al hallazgo, se deduce que después de la represión inmediatamente posterior al golpe de Estado de julio de 1936, la fosa común de Pico Reja fue usada para arrojar los cadáveres de represaliados más tardíos. Ello dificulta aún más el hallazgo de Infante, fusilado el 11 de agosto del 36. Es imposible saber los restos de cuántas víctimas más tiene encima. Muchas, seguramente.

Blas Infante tuvo cuatro hijos: Luisa, Luis (ambos fallecidos), María de los Ángeles y Alegría. Estanislao Naranjo, abogado de 52 años, y sus hermanas Angustias y María Jesús, maestras de 56 y mellizas, son hijos de Alegría Infante, de 82, la menor de los cuatro hijos. Es la rama de la familia más interesada en la identificación. Y es la que este martes ha echado a rodar oficialmente la reclamación de su búsqueda.

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