Cuatro ministros asisten a los actos de la Legión en la Semana Santa malagueña

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y sus homólogos de Justicia (Rafael Catalá), de Interior (Juan Ignacio Zoido) y de Educación (Íñigo Méndez de Vigo), así como dos exministros (Miguel Arias Cañete y Cristina Garmendia) y numerosas autoridades locales y autonómicas asistieron a los actos de la Legión junto a la Congregación de Mena en el jueves de la Semana Santa de Málaga. 

Nunca antes había habido tanta representación gubernamental en el evento, en el que los legionarios desembarcan en el puerto de la capital de la Costa del Sol para trasladar la figura del Cristo de la Buena Muerte hasta su sede, en la Iglesia de Santo Domingo, desde donde sale en procesión cada Jueves Santo. Los cuatro miembros del Gobierno entonaron incluso el himno de la Legión.

Cospedal, como titular de la cartera de Defensa, presidió el acto en el que el buque Contramaestre Casado de la Armada Española desembarcó en el puerto de Málaga. Los legionarios han desfilado, como es habitual en este día, por el centro de la ciudad hasta llegar a la iglesia, donde otro nutrido grupo de autoridades tanto nacionales como locales esperaban a los militares. 

Los ministros, a diferencia de la Legión, no acaban de desembarcar en Málaga. El pasado miércoles, Zoido participó en un acto con el Cuerpo Nacional de Policía en el que recibió la medalla de la Cofradía de Jesús El Rico. Esta misma cofradía contó con la visita de Catalá en el acto tradicional de liberación del preso indultado. Ambos coincidieron con Cospedal y con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la salida de los tronos de las Cofradías Fusionadas. Todos se hicieron la foto y todos participaron de la salida de las imágenes, ya sea tocando la campana o levantando las figuras, en el caso del titular de Justicia. 

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La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, tras dar los primeros toques de campana al trono del Cristo de Animas de Ciego de las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga.

España es, según dicta la ley, un Estado aconfesional, donde ninguna religión es la oficial, aunque no se descarta la cooperación entre la Iglesia y los poderes públicos. "Ninguna confesión tendrá carácter estatal", reza el artículo 16.3 de la Constitución Española.