El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y último candidato a presidir a la Generalitat,
Jordi Sànchez, empleó este lunes su comparecencia ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que le había citado para comunicarle su procesamiento por rebelión, para
reprochar al instructor su falta de objetividad en la redacción de su último auto, en el que éste utilizaría el término "sufrimos" al hablar de las consecuencias del
procés: "
No se puede ser juez y víctima".
A lo largo de este trámite procesal, que se extendió durante más de una hora, Sánchez contestó únicamente a su abogado defensor para extenderse en sus reproches, y según las mismas fuentes habría manifestado las dudas sobre la falta de imparcialidad mirando fijamente a los ojos del magistrado, para
acusarle directamente de no actuar con independencia. Al finalizar su intervención, Llarena le contestó que con respecto a estos temores
su defensa puede recurrir ante la Sala de Apelaciones del alto tribunal, como ya ha hecho.
Sànchez también manifestó que considera que la causa abierta en el Supremo no es una causa individual contra determinadas personas sino
una causa general contra una colectividad, la independentista. También destacó que durante los últimos meses para la actuación de ANC "siempre ha habido contactos con el Gobierno" de la Generalitat y que "especialmente" los mantiene el consejero del Interior, el también procesado por rebelión
Joaquim Forn.
Yo pido piruletas para los secesionistas porque "sólo han subvertido el orden institucional y las propias resoluciones legales del parlamento de Cataluña ". ¡Pobriños!
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