Política

Miles de barceloneses celebran un Sant Jordi de tradición salpicado de reivindicación política

Una joven compra un libro en una de las paradas de las Ramblas de Barcelona durante la diada de Sant Jordi, la tradicional fiesta de la rosa y el libro.

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La Diada de Sant Jordi ha arrancado la mañana de este lunes en las calles del centro de Barcelona con miles de ciudadanos paseando, en una jornada salpicada este año por la reivindicación política en forma de rosas amarillas, aunque el rojo ha sido el color predominante del tradicional paisaje de paradas y transeúntes.

En un Sant Jordi de inicio de semana laboral tras dos años cayendo en fin de semana, algunas personas han iniciado la Diada comprando rosas de camino al trabajo, como ha explicado a Europa Press Conchi, una florista de plaza Catalunya que ha incluido rosas amarillas entre el surtido de este año: "Nos las piden mucho", ha dicho.

También se han visto en las paradas venta de lazos amarillos de fieltro junto a la habitual Senyera, como es el caso de la de Gisela, una florista que ha explicado que este año ha comprado más rosas de este color que en ocasiones anteriores, para reivindicar la libertad de los presos soberanistas.

No ha notado todavía "ninguna diferencia" con el año pasado Meritxell, una librera que no abrió el domingo y que ha empezado a tener compradores a primera hora, ante lo que ha destacado que el año anterior empezó más tarde a salir la gente a la calle, algo en lo que ha coincidido Lluís, que ha observado que tendrán más afluencia cuando los barceloneses salgan del trabajo.

Ha comprado dos rosas  —amarilla y roja— para regalar a una amiga Antoni, un hombre de Barcelona que ha paseado por las Ramblas la mañana de este lunes, entre maletas de turistas y otros curiosos, pocos con rosas en la mano.

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Rosas del Maresme

También ha comprado dos rosas para regalar a una amiga Carme, que ha destacado que se trata de una jornada "muy bonita, por las rosas y los libros" que le gusta disfrutar cada año paseando, y que en esta ocasión ha querido sumar reivindicación política, pero manteniendo el regalo de la roja, que ha buscado del Maresme, para ayudar a los productores catalanes.

Algunas librerías abrieron este domingo, hecho que aprovechó Dani, un trabajador que se ha hecho con más libros este lunes —"Soy comprador compulsivo"— antes de entrar a trabajar y regalar un par de rosas a amigas y compañeras de trabajo.

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