El futuro de la izquierda

Los escenarios que se abrirán en Podemos tras la consulta

Pablo Iglesias e Irene Montero, hace unos días en rueda de prensa.

Este lunes está previsto que Podemos haga públicos los resultados del plebiscito convocado entre sus bases para decidir si Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir desempeñando sus puestos de secretario general y portavoz en el Congreso, respectivamente, del partido. Los inscritos en la formación morada han podido votar entre el pasado martes y este domingo, y el propio Iglesias ha afirmado que, de no recibir el apoyo de un porcentaje notable de los mismos, tanto él como Montero se verían obligados a dimitir. El otro posible escenario, el de que obtengan los suficientes apoyos como para continuar, supondría un cierre de filas de la militancia de Podemos con sus líderes, pero los expertos afirman que el daño a la imagen de ambos no es tan fácil de solventar, y alertan de que la consulta ha podido extender el daño al propio partido.

Desde que se conoció, hace ya varios días, la compra de un chalé en la localidad madrileña de Galapagar por más de 600.000 euros por parte de Iglesias y Montero, tanto fuera como dentro de Podemos se desató una profunda polémica en la que multitud de dirigentes de la formación morada se han pronunciado tanto a favor como en contra de la decisión. Al entender que estaban siendo cuestionados, ambos dirigentes decidieron convocar una consulta a sus bases para que se pronunciaran sobre si debían "seguir al frente de la Secretaría General y de la portavocía parlamentaria de Podemos", y será este lunes cuando se conozcan los resultados.

Iglesias ha planteado que "una participación baja sería un fracaso" y les "obligaría a dimitir", si bien no ha concretado ninguna cifra a partir de la cual se entendería legitimado y el partido está echando el resto para fomentar que sus inscritos voten. Pero, dependiendo de los resultados de la consulta, se abren varios escenarios: Iglesias y Montero podrían dejar de liderar Podemos, lo que provocaría una importante crisis en el partido a menos de un año de las elecciones municipales y autonómicas, pero incluso en el caso de que siguieran la crisis abierta no tanto con sus bases más militantes sino con los votantes menos movilizados podría seguir abierta.

Así lo entiende el sociólogo Jorge Galindo, investigador de la Universidad de Ginebra, que interpreta que la "peor" situación para Podemos se produciría si "Iglesias y Montero ganan la consulta con un margen muy pequeño y con baja participación y, aun así, no dimiten". "Eso abriría una crisis de liderazgo en el partido, que lo fracturaría internamente y que podría llegar en el peor de los casos a lo que no ha pasado hasta ahora, que es que la crisis del líder arrastre al conjunto del partido". Y es que, para Galindo, quienes han sufrido daños por la polémica del chalé han sido Iglesias y Montero y no tanto Podemos, y "lo que han hecho con la convocatoria de la consulta es distribuir y socializar esos daños con la marca y el conjunto del partido".

Por ello, Galindo considera que el mejor escenario para Podemos tras la polémica del chalé pasaría por que un Iglesias al que entiende muy tocado no solo por esta crisis, sino también por la pérdida de atractivo de su imagen entre sus propios votantes, diera un paso al lado y abordase su "sucesión" mediante un proceso "al mismo tiempo abierto y controlado". "En este escenario, Iglesias entiende que su etapa como cara visible y próximo candidato de Podemos, no necesariamente como secretario general, ha terminado, y se abre un proceso de cambio para horizontalizar el partido que no se entendería como una crisis de liderazgo o como una confrontación a la que se resiste el líder, sino como un cambio que el líder avala y se produce de una manera funcional", apunta Galindo.

No obstante, Sandra León, profesora de Ciencia Política en la Universidad de York, discrepa en que una eventual dimisión de Iglesias y Montero pudiera beneficiar a Podemos. "Creo que el peor escenario que se presentaría este lunes se produciría si decidieran dimitir por no haber conseguido los apoyos suficientes, porque además lo harían en un momento terrible", considera la politóloga, que señala que Podemos necesita un "referente" con el que poder negociar y marcar posición en la moción de censura recién planteada por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. "Lo mejor para ellos, en el momento actual, sería que no hubiera un cuestionamiento de su liderazgo" para no generar inestabilidad en Podemos cuando el Gobierno se encuentra en una situación tan complicada. 

Un debate de fondo que no queda solventado

León tampoco está de acuerdo en que la polémica solo haya dañado por el momento a Montero e Iglesias y no a Podemos. "Claro que afecta a la credibilidad" del partido, porque "uno de los pilares sobre los que Podemos elaboró su discurso es, además de las propuestas programáticas, una forma diferente de hacer política", razona la politóloga, que apunta que el partido morado ha hecho bandera desde que nació de "parecerse a los ciudadanos". "Y esta compra pone en cuestión esa idea de la representación descriptiva", plantea.

Galindo y León coinciden en que la consulta, tenga el resultado que tenga, no resuelve por sí misma un debate de fondo en Podemos que va más allá de la compra del chalé. Para el experto, lo más probable es que la consulta termine con un "escenario intermedio" en el que "Iglesias se mantiene en la cabeza del partido y aplaza la decisión sobre pasar a un segundo plano público: el partido no se acabaría de abrir, pero tampoco se vislumbraría una crisis profunda", señala. Pero León señala que, aunque Iglesias y Montero se mantuvieran en sus puestos, la polémica "va a dejar huella y refleja que existe un debate pendiente en Podemos sobre el tipo de representación política que quiere proyectar el partido". "La consulta solo posterga el debate sobre si hay que revisar dónde se pone el listón" y "sobre si se puede representar a los votantes sin ser igual que ellos", resume.

Pero, si esta polémica queda marcada en el historial de Podemos, ¿puede provocar un distanciamiento con sus votantes? Galindo asegura que la consulta puede suponer un cierre de filas de la militancia del partido con sus líderes, pero también plantea que "la crítica a la incoherencia" que supone haber rechazado en el pasado que los políticos vivan en casas similares al chalé que han comprado Iglesias y Montero "es la que más puede calar entre los votantes no militantes y la que tiene más recorrido". "La crítica de 'si estábais denunciando esto, por qué ahora lo hacéis, aunque me parece bien que os compréis lo que queráis con vuestro dinero', es la que más recorrido tiene. Y aunque la polémica se cierre dentro del partido, esa incoherencia va a permanecer ahí", alerta el sociólogo.

¿Afectará a la intención de voto?

Iglesias y Montero obtienen el 68% de apoyo en la consulta

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No obstante, Galindo no cree que la polémica del chalé "vaya a tener un coste particularmente grande en términos de intención de voto para Podemos: los votantes no pasan de un partido a otro o se quedan en casa tan fácilmente". "A pesar del intento de Iglesias y Montero de compartir el daño con el partido, esto les afecta a más a ellos más que a Podemos, y aunque es posible que veamos un pequeño bajón en las encuestas, no será algo ni grande ni que se vaya a mantener, porque las razones que llevan a un 20% de la población a votar a Podemos van mucho más allá de lo que puede dañar la incoherencia de sus líderes", resume.

Por el contrario, León no está tan segura de que los efectos negativos en la intención de voto de Podemos vayan a ser tan pequeños. "Cuando surgieron, las encuestas reflejaban que los electorados de Podemos y Ciudadanos tenían en común estar muy preocupados por la clase política y los políticos en general", explica la profesora. "Y, aunque en Ciudadanos ese perfil se ha difuminado, el electorado de Podemos sí que lo mantiene, y eso puede afectar a su potencial voto", a lo que se une el hecho de que Iglesias haya visto perjudicada su imagen afecta más a un partido que "sigue teniendo una fuerte simbiosis con su líder".

Para Galindo, la que sale más perjudicada de toda esta polémica es Montero, no Iglesias. La portavoz parlamentaria, opina el sociólogo, "era una persona con trayectoria política y mediática ascendente, que se entendía que no había alcanzado ni mucho menos su máximo potencial", pero "ahora mismo, este escándalo y sobre todo cómo se ha gestionado le puede hacer más daño a ella que a alguien como Iglesias, que había ya alcanzado su cénit y empezado a decaer tanto en valoración del público como en la apreciación por parte de los líderes de opinión y los medios".

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