Un total de
235 migrantes murieron o desaparecieron al cruzar el Mediterráneo intentando alcanzar España en lo que va de año, según los datos del proyecto
Missing Migrants de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) consultados por Europa Press y actualizados a 29 de mayo. Así, la cifra de muertes en los cinco primeros meses de 2018 ya
supera las que se registraron durante todo 2017, cuando el total anual de fallecidos fue de 224 personas.
Según los datos esta organización, la cifra de muertos en lo que va de año
cuadruplica a la que se registró en el mismo periodo del año pasado, cuando en la ruta del Mediterráneo occidental la OIM contabilizó 59 fallecidos.
El número de muertes en la ruta marítima hacia España está aumentando notablemente en comparación al año pasado, a pesar de que la cifra global de fallecidos tratando de alcanzar Europa por vía marítima en lo que va de año
se ha reducido más del 60%. En 2017 se registraron 1.725 fallecimientos de migrantes intentando llegar a costas europeas desde el 1 de enero hasta finales de mayo, mientras que este año la OIM lleva contabilizadas 655 muertes.
También
se ha reducido más de la mitad el número de migrantes que han llegado al continente este año. La cifra contabilizada desde enero hasta el 28 de mayo de 2018 asciende a 30.300 personas, frente a las 71.875 que lograron llegar a las costas de España, Italia, Chipre y Grecia, durante el mismo periodo del año pasado. Concretamente, según la organización, han llegado a España 7.507 personas por vía marítima.
Aumento de llegada de pateras
El
Ministerio del Interior contabilizó la entrada de
6.012 migrantes en 262 embarcaciones a las costas españolas hasta el 15 de mayo de 2018, según datos consultados por Europa Press. Así, la llegada a España de personas por vía marítima ha experimento un
aumento de casi un 70% con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando entraron 3.559 migrantes en 169 embarcaciones.
Excepto Canarias, todos los accesos por mar –las costas de la península y baleares, Ceuta y Melilla– han experimentado un aumento en los primeros cuatro meses y medio de 2018 con respecto a 2017. De hecho, las llegadas a
Ceuta han crecido un 342% y a Melilla un 149%.
Se da la circunstancia de que, de acuerdo a datos oficiales de Interior, el
2017 fue un año récord en llegadas de pateras: 22.103 personas en 1.280 embarcaciones.
Por otro lado, el número de entradas por vía terrestre este año ha sido casi
un 10% menor que el del año anterior. Hasta el 15 de mayo de 2018 se ha contabilizado la llegada de 2.233 inmigrantes a través de las fronteras de Ceuta y Melilla, mientras que en el mismo periodo de 2017 entraron 2.475 personas.
En total, la entrada de personas a través de todas las vías irregulares ha experimentado un aumento en los cuatro primeros meses y medio de 2018 en comparación al mismo periodo del pasado año. En este ejercicio, un total de
8.245 migrantes llegaron a España, un 36,6% más que en los cuatro primeros meses y medio de 2017, cuando alcanzaron el país 6.034 personas.
Es horrible que consintamos lo que está pasando , sin manifestarnos en contra de la indiferencia para con los refugiados , por parte de este gobierno,
( No solo , no cumplen con lo que se habían comprometido) que encima ponen trabas a los que sí quieren acoger , como es el caso de la Comunidad Valenciana con Mónica Oltra, la alcaldesa de Barcelona ; Ada Colau y la alcaldesa de Madrid ; Manuela Carmena .
A éste gobierno los refugiados le importan un bledo ( no votan) dónde está el cristianismo que tienen, solo lo usan para darle prebendas a la Iglesia, (en un Estado aconfesional )Pasaremos a la historia como unos desalmados.
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Tenemos una tragedia constante a nuestro alrededor, vidas perdidas en el mar o en los nuevos campos de concentración que eufemísticamente llamamos "de refugiados". Los nazis los llamaban "de trabajo". Libramos una guerra lejos de nuestra zona de confort, hemos configurado el mundo sobre los intereses de occidente, creado países a nuestra conveniencia, colocado y derrocado gobiernos según tocaba, admitido y alentado gobiernos asesinos, nos hemos aprovechado y seguimos aprovechándonos de las materias primas y de la mano de obra, dejando hábitats desolados y economías destruídas. Somos traficantes de armas y de vidas. Nuestra bandera de la civilización está cubierta de sangre. Cientos de miles de personas intentan escapar del hambre, del miedo y de la guerra y les dejamos morir delante de nuestros ojos. Algún día Occidente tendrá que rendir cuentas y, al aire de lo que dice Azalea, muchas veces pienso que ójala exista ese dios que alimentan estos cristianos nuestros de mantilla y procesión, de a dios rezando y con el mazo dando y mientras tanto me lo voy llevando, porque debe tenerles preparado un infierno muy especial.
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