Migración

Los datos desmienten que Europa asista a una oledada migratoria: las llegadas por mar a la UE caen un 50%

Fotografía cedida por la ONG alemana Mission Lifeline que muestra a varios inmigrantes rescatados en aguas internacionales del Mediterráneo a bordo del barco holandés 'Lifeline'.

"Todos no cabemos, así que hay que elegir". Esta frase, pronunciada por Attilio Fontana, el candidato de la Liga Norte para presidir la región de Lombardía, ya daba pistas sobre las intenciones políticas que tenía su partido en materia migratoria. La entrada en el Gobierno del país de su presidente, Matteo Salvini, como ministro del Interior, las confirmó. El 3 de junio, tan solo dos días después de jurar su cargo, Salvini se reafirmó: "No basta con reducir los desembarcos, hay que acelerar las expulsiones", dijo. Y apenas una semana más tarde puso en práctica estas palabras cerrando los puertos al barco Aquarius y, días después, al Lifeline

Las afirmaciones del partido xenófobo se basan en una idea clara: Europa, y en especial Italia, se está viendo desbordada por las llegadas de migrantes y refugiados. Los discursos de sus socios europeos y los titulares de muchos medios de comunicación van en la misma línea. Términos como "crisis", "oleada" o "efecto llamada" han sido algunos de los más leídos y pronunciados en las últimas semanas. Pero, ¿son acertados? Según los datos, no. 

Este jueves comenzó el Consejo Europeo que debatirá, como punto central, políticas comunes en materia migratoria. La división entre los que como Italia abogan por el cierre de fronteras y los que, como España o Francia, buscan otro tipo de soluciones, es evidente y se ha ejemplificado en las declaraciones de las últimas semanas. La migración está en el centro de la actualidad, pero según se puede comprobar mediante las cifras, Europa no se acerca a ninguna "crisis" ni a ninguna "oleada" de llegadas. Según las últimas cifras que maneja la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde el mes de enero y hasta el 24 de junio han llegado al continente 42.845 personas. El año pasado, en el mismo periodo, fueron 85.751, es decir, un 50% más

Pero si se observan las cifras de periodos anteriores, se constata que los datos han ido disminuyendo. Durante los 12 meses de 2017 llegaron a las costas de Europa 171.635 personas, mientras que en 2016 fueron 363.504, un 52,8% más. Pero la cifra más elevada es la de 2015. Fueron 971.289 personas las que cruzaron el Mediterráneo para llegar a Europa. Si contamos con aquellas que lo hicieron por tierra, el número de llegadas se eleva hasta superar el millón. Fue el año en el que la foto de Aylan Kurdi removió las conciencias de los Veintiocho. Al menos eso quisieron mostrar al exterior. En aquel momento establecieron las cuotas de acogida que, en el plazo de dos años, debían haber cumplido todos los Estados miembros, entre ellos España. Ninguno los cumplió. 

Según recuerda Daniel Rivas, miembro de Maydayterraneo, los motivos de estas preocupantes cifras tenían relación directa con los acontecimientos de la guerra de Siria, que había comenzado cuatro años antes. "En 2015 hubo batallas muy cruentas, como la de Alepo, que hicieron que se desplazara mucha gente hacia Grecia", explica. 

Se trata de una "especie de paranoia que no se corresponde con la realidad"

"Se observa que, realmente, lo que hay es un descenso en el flujo de personas que llegan a Europa", confirma Beatriz Perales, responsable de campañas de Amnistía Internacional España. Por este motivo, según critica, no es acertado hablar ni de "crisis" ni de "oleadas". "Lo que hay es una especie de paranoia con los flujos migratorios que realmente no se corresponde con la realidad", añade. Pero es que, además, según explica, ni en el año 2015, con las dramáticas cifras que se contabilizaron, se podía catalogar de la misma manera que se está haciendo ahora. Recuerda, de este modo, que durante estos 12 meses a Europa sólo llegó una pequeña parte de todo el número de personas que se desplazaron desde sus países de origen. 

Coincide con ella Eva Garzón, responsable de desplazamiento global de Oxfam Intermón. "Siempre hemos mantenido que, en realidad, lo que ha habido no ha sido nunca una crisis migratoria, sino una crisis de valores y una crisis de gestión", critica. En su opinión, desde los ejecutivos europeos se está gestionando "como un problema" algo que, por otro lado, es positivo. Y es positivo porque los desplazamientos de población nunca han tenido una consecuencia negativa sino, más bien, todo lo contrario. "La migración es un hecho que ha estado siempre presente, y todos los datos que tenemos es que es una oportunidad para dinamizar las economías y rejuvenecer las sociedades", sostiene. "Los números no son ni mucho menos alarmantes ni apuntan a un fenómeno que sea ingestionable", añade.

Por tanto, el discurso mantenido por muchos países europeos no se sostiene. Pero, ¿qué objetivo tiene? Según Rivas, tiene tres. "Por un lado, generar la sensación de que aquí no cabemos todos y fomentar el discurso de 'los de aquí primero'; por otro, atemorizar a la población y hacer que ésta no se pregunte quiénes son los culpables de las desigualdades; y, por otro, fomentar la industria de la represión y de la contención de la migración", explica. "Llegaremos a un punto en el que toda la industria de fronteras estará privatizada", consiguiendo un negocio imparable en la construcción de vallas o de concertinas. 

Y este discurso y comportamiento, además, y según lamentan los expertos consultados, otorga rédito político. "Salvini sabe que esto le está dando votos y acercando algunos socios europeos", critica Rivas. Se ha podido comprobar en los resultados de la segunda vuelta de las elecciones municipales italianas, donde la Liga Norte ha logrado arrebatar al Partido Democrático (PD) varias ciudades de las regiones de Toscana y Emilia. 

Las llegadas a España, en aumento

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No obstante, al contrario que las cifras de llegadas a Europa, se observa un incremento en el número de migrantes y refugiados que han llegado a España por mar. Desde el año 2015, el aumento ha sido notable. Sólo en lo que llevamos de 2018, han sido 13.462 personas, cuando en el mismo periodo de 2017 fueron 4.161. Y la dinámica, desde el año 2015, ha sido esa. Durante esos 12 meses, las costas de nuestro país recibieron a 3.845 personas, cifra que aumentó hasta las 8.162 durante 2016. 

Aun así, los expertos descartan que esto se deba a un efecto llamada. Las razones, más bien, se deben al cambio en las rutas migratorias explicado por el cierre de fronteras de otros países europeos. "El cierre de algunas rutas sólo ha fomentado la inmigración irregular y más muertes, por eso son tan importantes las vías legales y seguras", sostiene Perales. "Cuando se cierran unas puertas, los migrantes buscan otras porque se siguen moviendo igual", añade. Pero es que, además, a pesar del aumento, no se puede hablar de cifras inasumibles ni, al igual que en Europa, de "crisis". 

"Las cifras son perfectamente asumibles", coincide Garzón, que explica que los niveles de llegadas a nuestro país son "similares" a las que había antes de la fuerte crisis migratoria que hubo en 2015 y, además, "son los más bajos de los últimos cinco años". "No se está produciendo ninguna avalancha", añade. 

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