Feminismo

El movimiento feminista se rearma contra la violencia sexual en los Sanfermines

Cientos de personas han homenajeado este lunes a Nagore Laffage en la plaza del Castillo de Pamplona en vísperas del décimo aniversario de su crimen.

Hace una década que Nagore Laffage fue asesinada tras negarse a mantener relaciones sexuales con un hombre y hace dos años que una joven era encerrada en un portal convirtiéndose desde entonces en la víctima de La Manada. Entretanto, los Sanfermines se han convertido a menudo en una suerte de cosecha de agresiones, abusos y comportamientos sexistas, que no siempre han trascendido pero sí han colmado la paciencia de muchas mujeres que buscan hacer de las fiestas un espacio seguro. Con la voluntad de expresarlo de esta manera se organizan los colectivos feministas de Navarra, que este lunes han dado el pistoletazo de salida a un conjunto de acciones para cambiar el tradicional rojo de las fiestas por el morado feminista.

Este lunes, el colectivo feminista Andrea - Lunes Lilas organizó, con el apoyo del Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra, un acto por el décimo aniversario del asesinato de Nagore Laffage en los Sanfermines de 2008. Tere Saéz, fundadora del colectivo y parlamentaria autonómica, explica en conversación con infoLibre que el acto fue pensado principalmente como recordatorio y homenaje a Laffage, insistiendo en que "fue asesinada, cosa que la justicia no reconoció" al hablar de "homicidio" y haber aplicado "atenuantes". De la mano de su familia y de las asociaciones feministas que batallan por no olvidar lo sucedido, "lo que se hace ahora es, en diez años de ausencia, ponerle nosotras las palabras", sostiene.

Representantes del colectivo realizaron además un balance sobre la situación actual y un recorrido por los avances alcanzados en la última década. Sáez identifica el escenario con una "botella medio llena". El principal logro del movimiento feminista, dice, es que las mujeres son ya conscientes de que "no tienen por qué aguantar" situaciones de acoso. También lo son, celebra, de su derecho "a una vida libre y a la libertad sexual". La violencia sexual, agrega, "estaba escondida" y en ese sentido las mujeres "han salido de manera colectiva del armario". Ellas tienen ahora, además, la capacidad de "distinguirla y de poder decir 'de esto ni hablar'".

A ello hay que añadir los "muchos hombres" que han participado en el debate sobre "qué son unas relaciones sexuales basadas en el deseo mutuo". Que aflore ese debate, opina la activista y parlamentaria, es de por sí un éxito y conduce a una necesaria revisión de la educación que han recibido todas las generaciones. Esto "ha hecho también que las instituciones se hayan puesto las pilas y que de manera general existan muchos más recursos", añade. Pero todavía las mujeres sufren una "justicia patriarcal" que, por otro lado, "hoy es evidente". 

La activista recuerda que si bien los actos cuentan con una vertiente "emotiva y reivindicativa", es importante asimismo defender la "parte festiva". El objetivo es también recordar que las mujeres tienen "derecho a la calle, la noche y la fiesta".

 

Trabajo de base

Las acciones feministas continuarán el miércoles, en la Plaza de los Ajos, donde se realizará una manifestación nocturna a partir de las 22:00 horas para "reivindicar la noche", organizada por el grupo feminista Farrukas. El día 6 de julio, ya en la víspera de los Sanfermines, las organizaciones feministas llamarán a llevar las manos pintadas de rojo y un pañuelo morado. El sábado día 7 todos los actos oficiales tendrán algún indicativo "en color morado y el nombre de Nagore o su imagen", explica Sáez.

Para el día 10, las organizaciones feministas están "negociando celebrar una especie de 'chupinaza' de mujeres". El tradicional chupinazo, relata Sáez, "es muy masculino y las mujeres únicamente destacan por ir con las camisetas mojadas". La idea consiste, dice, en que ellas se conviertan en el sujeto protagonista. El mismo martes 10 tendrá además lugar el Feministok Fest, un conjunto de actividades y actuaciones de tinte feminista que se extenderán a lo largo del día.

A juicio de Sáez, Pamplona cuenta con "los mejores protocolos" para evitar las agresiones sexistas, "de los más trabajados y que además funcionan de manera transversal", de modo que "todo está absolutamente coordinado" y llega de la institución a los comercios y bares de la zona. Una de las novedades de este verano es que, para evitar volver a repetir una de las polémicas que se produjeron el pasado año, el Ayuntamiento de Pamplona ha prohibido la venta de camisetas y chapas con mensajes sexistas.

"Todo el dispositivo y el protocolo son muy buenos", insiste Sáez, quien sin embargo no niega que "eso quiera decir que evitemos la violencia sexual". Las agresiones sexistas, dice, "son mucho más grandes y fuertes de lo que habíamos verbalizado" y el 8M lo que ha hecho ha sido "sacarlo a la luz".

Precisamente parte de ese protocolo tiene su origen en la plataforma Gora Iruñea! Se trata de una iniciativa fruto de un proceso participativo realizado con las comisiones de fiestas de los barrios de la ciudad y con la Federación de Peñas de Iruñea. Así lo explica Zurine Altable, miembro del grupo anti-agresiones del colectivo. En declaraciones a este periódico, la activista señala que en dicho proceso fueron valorados los elementos que tenían las fiestas como entorno de agresiones sexistas y fueron ideados mecanismos "que podían hacerles frente". Tras el proceso, fue acordado un protocolo que se pone en marcha en todos los barrios y en Sanfermines. Su estructura consta de tres ejes: prevención, guía para hacer frente a una agresión y protocolo de respuesta.

El primero se basa en una campaña con "un mensaje claro contra las agresiones sexistas", además de formación articulada en torno a "talleres de empoderamiento para mujeres y de desempoderamiento para hombres", tales como "autodefensa feminista y trabajo de la masculinidad". En cuanto a la guía, el grupo feminista establece unas pautas "muy sencillas sobre qué hacer si creemos que una mujer está siendo agredida". También cuentan con un teléfono de denuncia (699 68 76 87), no asistencial, cuyo objetivo es "recoger todos los datos de las agresiones de diferentes intensidades". Las activistas también hacen guardias de 24 horas y dan información sobre los servicios existentes en caso de agresión.

Finalmente, el protocolo de respuesta se conjuga en torno al activismo en redes sociales para las agresiones de menor intensidad y alrededor de movilizaciones para aquellas más graves. "El protocolo se trabaja y pone en marcha en todos los locales de las peñas y en los locales que gestionan los diferentes colectivos populares en Sanfermines", explica Altable.

 

Cartel contra las agresiones sexistas.

Altable estima que los Sanfermines, por ser unas fiestas mundialmente conocidas, se han vendido "durante muchos años" bajo la idea del "todo vale". Como consecuencia, la mayoría de las personas que disfrutan de ellas lo hacen "desde ese concepto de ciudad sin ley". Sin obviar todo el trabajo por hacer para sepultar esa creencia, la activista celebra que "gracias al trabajo de muchos colectivos, cada vez son más los espacios seguros para las mujeres" y la respuesta colectiva es más sólida. Las fiestas, además, ofrecen la oportunidad de presentarse "como una ventana al mundo perfecta para socializar un mensaje e ir calando desde el feminismo".

Sanfermines feministas

Sáez reflexiona sobre el modo en que la corriente feminista, que en el último año ha pisado el acelerador, se verá reflejada en las populares fiestas. "Lo vemos en todos los sentidos, en la calle, en la ciudadanía, que está muy sensibilizada", afirma. Las mujeres, dice, están "hartas de vivir con culpa y vergüenza", así que es el momento de "expresar su derecho a estar en las calles". La mayor diferencia de este año respecto a otros, estima la activista, es que "si pasa algo, quien lo viva va a notar esa mano de ayuda clarísima a su lado".

El Punto de Información sobre agresiones sexistas reparte 20.000 guías y 40.000 'manos rojas' en San Fermín

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Altable coincide en que el grado de concienciación social en torno a la violencia contra las mujeres está aumentando con el paso de los años. Lo cierto es que en Pamplona "es un caldo de cultivo que el movimiento feminista se ha encargado de alimentar durante años y que floreció a partir del año 2013". La respuesta de la ciudad, dice la activista, "es contundente y ejemplar". Si bien "hace muchos años" que las feministas son conscientes de las agresiones en los Sanfermines, "ahora se ha conseguido que todas y todos sientan una responsabilidad, que no miren para otro lado y que se impliquen de una manera u otra".

El impacto del movimiento feminista "se dará en los Sanfermines" de este año, vaticina Altable, aunque confiesa no saber de qué manera. "Esperamos que todo el trabajo realizado por el movimiento feminista en coordinación con el movimiento popular siga adelante, sea respetado y se fortalezca año a año", agrega.

Si bien reconoce que "todavía queda mucho por hacer", Altable celebra ir "por el buen camino". La fórmula, dice, consiste en poner "mecanismos en marcha para que las mujeres puedan ser partícipes" y disfrutar de unas fiestas que también son suyas.

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