El nuevo escenario político

La izquierda cree que la victoria de Casado le favorece por su discurso de derechas y porque alienta la batalla del PP con Rivera

Pablo Casado, presidente del Partido Popular.

Fernando Varela

La victoria de Pablo Casado en las primarias internas del Partido Popular completa, impulsada por la emergencia de los nuevos partidos, la metamorfosis del escenario político español: el relevo generacional y la rebelión frente a las élites que comenzó en el PSOE se extiende al PP.

Siete años después del 15M, la protesta ciudadana que sirvió de punto de inflexión a la transformación del mapa de partidos nacido de la Transición, el relevo al frente del Partido Popular completa el cambio que comenzó con el ascenso de Podemos y Ciudadanos y se consolidó con el relevo al frente de la secretaría general del PSOE.

Pablo Casado, el nuevo presidente del PP, tiene sólo 37 años. Albert Rivera tiene 38 y Pablo Iglesias 39. Pedro Sánchez, el líder de los socialistas españoles y desde hace poco más de un mes presidente del Gobierno, es el mayor de los cuatro y sólo tiene 46. El relevo generacional en la política española es un hecho, así como la transformación del sistema de partidos: el PP ha abrazado el sistema de primarias para elegir a sus líderes, que estrenó en España el PSOE y que se convirtió en una de las señas de identidad de los partidos emergentes. Y tanto en el PP como en el PSOE han resuelto la pelea interna por el liderazgo con una rebelión frente a las élites orgánicas: Sánchez, imponiéndose a los barones, al felipismo e incluso a los herederos del zapaterismo, conjurados para expulsarle de la dirección. Casado emergiendo a contracorriente para disputar —y ganar— el control del PP al marianismo de Rajoy, hegemónico en la sede de Génova desde hace 14 años.

La llegada de Casado despeja las incógnitas abiertas por la retirada de Rajoy en vísperas de un intenso calendario electoral que pondrá a prueba el respaldo de los ciudadanos a esos cambios. La izquierda —PSOE y Podemos— cree de que el relevo de Rajoy por Casado escora el PP hacia posiciones más extremas y hace mucho más visible un discurso ideológico de los conservadores. Fuentes de ambas formaciones consultadas por infoLibre aseguran que, sobre todo, servirá para poner el foco de la opinión pública sobre la pugna entre Casado y Rivera por el liderazgo de la derecha. Dos dirigentes casi de la misma edad, que hasta se parecen físicamente, de estilo similar, decididos a abrazar las banderas más tradicionales del liberalismo y la derecha, especialmente en materia territorial, y con referencias internacionales idénticas —los dos se reconocen en la nueva derecha francesa liderada por Emmanuel Macron—, pugnando por el mismo espacio político. La batalla está garantizada.

En ese contexto, el PSOE y el Gobierno esperan una dura oposición por parte del PP y Cs, compitiendo entre sí por mostrarse como alternativa. Y eso, señalan desde las filas de Sánchez, también favorece una polarización del voto y una previsible movilización de la izquierda en torno a los socialistas.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero mostró hace unos días sus preferencias por la candidata derrotada, Soraya Sáenz de Santamaría. Lo hizo, eso sí, pensando en lo mejor, en su opinión, para los intereses del país. Porque en el PSOE es una opinión generalizada que, como partido, puede tomar ventaja electoral si enfrente tiene a un PP más extremado. Será más sencillo, aseguran, dar una respuesta nítida y articular el debate público haciendo frente a la imagen “más rancia” del PP y todo lo que representa el aznarismo, reencarnado en Pablo Casado.

Claro que, las mismas fuentes de la izquierda están también convencidas de que Casado, una vez confirmada su victoria interna, tratará de moderar el discurso y poner el énfasis en los valores más centrados de su partido, sabedor de que sólo así estará en condiciones de disputar las elecciones con posibilidades de éxito. “Lo lógico es que a partir de ahora intente centrar el discurso, matizarlo, e intentar no derechizarlo tanto como en la campaña interna”, razonan. Pero aun así consideran que es poco probable que el PP supere pronto la división, de manera que, en todo caso, ha sido “el mejor resultado posible” para PSOE y Unidos Podemos, sostienen dirigentes de ambas formaciones.

Ciudadanos, el gran perdedor

De lo que la izquierda está convencida es de que el gran perdedor del congreso del PP ha sido Albert Rivera. Casado encarna los valores de la nueva derecha que estaba defendiendo el líder de Ciudadanos. Sus iconos son también la renovación, la modernidad, el liberalismo y las posiciones duras en materia territorial, el aborto o los derechos de las personas LGTBI. No en balde su objetivo es recuperar el voto que se fue hacia la formación naranja desde que Rivera agita las banderas clásicas de ls derecha, especialmente en relación con el debate territorial.

El responsable de Organización de Podemos, Pablo Echenique, lo tiene claro, y así lo expresó en declaraciones a diferentes medios: “Hay que dar la enhorabuena a los fundamentalistas homófobos de Hazteoír y a José María Aznar. Y creo”, añadió, “que hay que dar el pésame a Albert Rivera y a Vox. Hasta hace unos años en España era un lugar común que afortunadamente no teníamos ningún partido de extrema derecha y hoy hay tres: dos grandes y uno pequeño”.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, optó por una enhorabuena plana: “Felicito a Pablo Casado por su elección, así como a los compromisarios que le han escogido", se limitó a anotar en su cuenta de Twitter. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también a través de esta red social, fue implícitamente más incisivo al subrayar que al nuevo líder del PP le queda “tarea por delante”. Mientras tanto, dejó caer, “el Gobierno seguirá trabajando por el crecimiento económico, el empleo digno, la conquista de nuevos derechos y libertades y la reconstrucción del Estado del Bienestar". Poco después, La Moncloa confirmó que Sánchez y Casado mantuvieron en la tarde del sábado una “cordial” conversación telefónica en la que se emplazaron mutuamente a mantener una reunión en persona en los próximos días.

Más dura fue la vicesecretaria general del PSOE y portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Andriana Lastra, quien lamentóque el PP no haya hecho durante su Congreso “la más mínima crítica” a sus años en el Gobierno. “Hemos visto la derecha de siempre, la derecha corrupta”, subrayó.

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Es la misma idea que, a falta de una declaración más explicita por parte de Rivera, desarrolló el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas. El nuevo líder del PP, aseguró Villegas en un acto en Alicante, representa el “continuismo” y es “más de lo mismo”. “Estamos ante el PP de siempre, el viejo PP, el PP de la corrupción, de la parálisis y de las no reformas”, aseguró.

“La única novedad que aporta” la elección de Pablo Casado es que ahora el PP es “un partido dividido, fracturado por la mitad”. “No ha habido debate ideológico”; “sólo se hablaba de sillas y de ‘quítate tú, que me pongo yo’ entre dos proyectos continuistas. Han tenido que elegir entre el portavoz de la ejecutiva de Rajoy y la vicepresidenta de Rajoy; entre continuismo y continuismo; entre pasado y pasado”, subrayó.

El nuevo rival de Rivera, concluyó Villegas, “es una persona que su única experiencia es ser militante de carrera dentro del PP, no se le conoce experiencia fuera de ese partido”. Y era además “la persona que defendió públicamente a los corruptos del PP, que defendió públicamente la política del PP de no afrontar esa corrupción y no hacer limpieza”.

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