Aforamientos

La propuesta depende por completo del PP

El presidente del PP, Pablo Casado.

El PP tiene en su mano bloquear o, por el contrario, llevar a término la reforma de la Constitución para acabar con los aforamientos. La reforma de la Ley Fundamental exige que tanto el Congreso como el Senado reúnan una mayoría de tres quintos para sacar adelante cualquier cambio en los artículos que no afectan a derechos fundamentales o a la Corona, por lo que los 147 senadores que tiene el PP en la Cámara alta –que suponen el 55,2% del total de los escaños– podrían paralizar cualquier reforma constitucional si los conservadores así se lo proponen.

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Además, de la misma forma que el PP puede vetar cualquier reforma constitucional que no cuente con su apoyo, la suma de los escaños de PP y PSOE podría servir para impulsar en solitario la eliminación de los aforamientos propuesta por Sánchez sin necesidad de contar con ningún otro partido, si bien Unidos Podemos seguiría teniendo la capacidad de forzar unilateralmente un referéndum para ratificar la reforma. En el Congreso, los 134 escaños del PP y los 84 del PSOE suman 218 diputados, y la mayoría de tres quintos equivale a 210 escaños. En el Senado, la mayoría entre ambos es mucho más aplastante: la mayoría cualificada está en 160 senadores, y ambas formaciones suman 208 escaños.

Existe un segundo método para reformar la Constitución que resta capacidad de decisión al Senado, pero con el actual reparto de fuerzas, el resto de los partidos tampoco podrían aprobar con este procedimiento una reforma constitucional sin el concurso del PP. La propia Carta Magna señala que, si alguna de las dos Cámaras no reuniese una mayoría de tres quintos, el proyecto de reforma no decae automáticamente, sino que se tratará de salvar a partir de "la creación de una comisión de composición paritaria de diputados y senadores, que presentará un texto que será votado por el Congreso y el Senado". Este nuevo texto se sometería de nuevo a la votación de las dos Cámaras, y podría ser aprobado por dos tercios del Congreso siempre que en el Senado hubiera reunido, al menos, el apoyo de la mitad más uno de los senadores.

No obstante, estas cuentas tampoco salen sin el PP. Para empezar, los conservadores controlan holgadamente la mayoría absoluta del Senado, por lo que podrían seguir bloqueando cualquier reforma desde allí. Pero, además, sus 134 diputados en el Congreso suponen más de un tercio del total de la Cámara –que se sitúa en 116 escaños–, por lo que ni siquiera el voto favorable de todo el resto de los grupos podría superar el veto del PP.

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