Las cuentas para 2019

PSOE y Podemos confían en que el independentismo facilite los Presupuestos

El president de la Generalitat, Quim Torra.

Una vez suscrito el pacto para presentar un proyecto conjunto de Presupuestos Generales del Estado entre el Gobierno y Unidos Podemos, comienza la segunda etapa para su aprobación: recabar el apoyo de PNV, ERC y el PDeCAT. Para que las cuentas para 2019 salgan adelante es necesario el voto favorable de los nacionalistas vascos y, al menos, de ERC, mientras que el PDeCAT tendría por lo menos que abstenerse en la votación. Sabedores de su importancia, los independentistas catalanes han insistido en los últimos días de que no piensan aprobar las cuentas del Gobierno si éste no presiona a la Fiscalía para retirar las acusaciones a los políticos encarcelados por la celebración de la consulta ilegal del 1-O. Pero tanto el Ejecutivo como Unidos Podemos están convencidos de que, en los próximos meses, llegarán a un acuerdo para desbloquear la negociación.

Nada más hacerse público el acuerdo para los Presupuestos, PNV, ERC y el PDeCAT se pronunciaron al respecto. Los nacionalistas vascos se mostraron dispuestos a pactar un proyecto de cuentas y aseguraron estar "a la expectativa" para firmar un acuerdo "factible y razonable", y apostaron por que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trate de "acabar la legislatura" sin adelantar elecciones. Por el contrario, las palabras de ERC y PDeCAT no fueron tan amables. El portavoz de los republicanos en el Congreso, Joan Tardà, sostuvo este domingo que su formación no negociará "nada si el Gobierno español no insta a la Fiscalía a retirar las acusaciones" contra los políticos encarcelados, mientras la vicepresidenta del PDeCAT, Míriam Nogueras, aseguró que su grupo votará "no" si no hay "movimientos".

 

Por su parte, y al igual que han hecho los independentistas, el Gobierno y Unidos Podemos también han tomado sus posiciones de partida de cara a la negociación. El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, descartó este lunes que las conversaciones con otros partidos vayan a servir para modificar su pacto con el Ejecutivo, y recordó que el acuerdo está "firmado" y, por tanto, se debe "garantizar que se cumplan las medidas" que contiene. Y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, aseguró que "este gobierno tiene muy clara la autonomía de la Fiscalía y la independencia del Poder Judicial" y que no puede presionar al Ministerio Público para que cambie sus posicionamientos sobre los políticos catalanes presos.

Así las cosas, las posiciones parecen muy alejadas. Y, sin embargo, las fuentes del Gobierno y de Unidos Podemos consultadas por este diario son optimistas sobre la posibilidad de que los Presupuestos para 2019 terminen saliendo adelante con el apoyo de ERC y, al menos, la abstención del PDeCAT. El razonamiento es simple: a ninguno de los actores con voz en las conversaciones le interesa prorrogar las cuentas de 2018, elaboradas por el PP, y además los independentistas catalanes tendrían complicado explicar en Cataluña que no aprueban las medidas contenidas en el pacto.

El dinero destinado a Cataluña

El Gobierno y Podemos así lo defienden tanto en público como en privado. Este lunes, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que le costaría "creer que una formación política que ponga en el centro a las personas no vaya a aprobar los Presupuestos", mientras Echenique afirmó, por su parte, que considera "muy difícil que el PDeCAT, ERC o el PNV vayan a explicar que no se sube el salario mínimo, no aumentan las pensiones o no se mejora la ley de dependencia" por no apoyar las cuentas. Y fuentes del Ejecutivo se muestran confiadas en que los independentistas catalanes puedan "separar" discursivamente la aprobación de los Presupuestos de sus reivindicaciones sobre los presos.

Fuentes de Unidos Podemos consultadas por este diario abundan en el mismo argumento. "No hay puntos dentro del acuerdo que sean imposibles de asumir para nadie, pero es que además la aprobación de los Presupuestos supondría que llegaran a Cataluña un mínimo de 2.200 millones de euros, y la Generalitat no se puede permitir el lujo de perder eso porque no tiene un duro", resume gráficamente un dirigente, que además recuerda que quien está al frente de la consejería de Hacienda es el vicepresident Pere Aragonès, mano derecha del encarcelado Oriol Junqueras y actualmente líder de ERC, un partido que –a diferencia del sector del PDeCAT liderado por Carles Puigdemont– lleva tiempo intentando abrir vías de distensión con el Estado.

De la misma forma, fuentes de En Comú Podem se muestran convencidas de que la posibilidad de que "la Generalitat cuente con más recursos" será un fuerte incentivo para que los independentistas negocien. "Todos entendemos que los presos se utilicen como chantaje para la negociación, pero eso solo tiene sentido hacerlo si luego te sientas a negociar", reflexiona un dirigente, que apunta que a PDeCAT y ERC les conviene tratar de conseguir sacar tajada de las conversaciones de cara a unas eventuales elecciones anticipadas en Cataluña.

Estas fuentes, además, recuerdan que PDeCAT (diluido en Cataluña en Junts per Catalunya) y ERC se encuentran ahora mismo en minoría en el Parlament por la negativa de Puigdemont y otros tres diputados nacionalistas a ser sustituidos tras su inhabilitación por parte del Tribunal Supremo. Y eso implica que ganarse el favor de los comuns –que cuentan con ocho parlamentarios en la cámara catalana– puede ser clave para que los independentistas saquen adelante iniciativas e incluso sus propios presupuestos autonómicos. "La prioridad de [el president Quim] Torra es buscarnos a nosotros, y en parte la posición que adopten en Madrid va a depender de cómo se vean en el Parlament", aventura un dirigente de los comuns.

Cinco medidas pactadas por Gobierno y Podemos que no se pondrán en marcha con los Presupuestos

Cinco medidas pactadas por Gobierno y Podemos que no se pondrán en marcha con los Presupuestos

La división interna en Junts per Catalunya

Y es que la batalla que mantienen en el seno del independentismo ERC y Junts per Catalunya también será clave a la hora de encarar las negociaciones sobre las cuentas de 2019. Obviamente, ninguno de los dos partidos puede dar la impresión ante su electorado de que cede fácilmente su voto favorable a Sánchez, pero a la estrategia de distensión que lleva tiempo poniendo en práctica ERC se le suma la división interna en Junts per Catalunya, donde el sector menos próximo a Puigdemont –que controla por un estrecho margen el aparato del PDeCAT– no comparte la posibilidad de dar un portazo a la posibilidad de negociar las cuentas.

Un buen ejemplo de dicho cisma interno se ha dejado ver en los últimos días. Si el domingo la vicepresidenta del PDeCAT y diputada en el Congreso, Míriam Nogueras –muy cercana al expresident–, aseguraba directamente que su formación votaría no a los Presupuestos si no había "movimientos" por parte del Gobierno, este mismo lunes el portavoz de la formación en el Congreso, Carles Campuzano, señalaba que "no se debe" pedir al Gobierno que influya a la Fiscalía en su posicionamiento sobre los políticos catalanes presos. Campuzano, de hecho, criticó que "hoy por hoy" el Ejecutivo no se haya puesto en contacto con el PDeCAT para hablar de las cuentas del año que viene, pero también afirmó que en el pacto hecho público la semana pasada hay "cosas" que comparten "y pueden resultar interesantes".

Más sobre este tema
stats