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La batalla por el liderazgo de la derecha

Ciudadanos busca marcar su propio espacio frente al PP y Vox a un mes de las elecciones andaluzas

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

Fernando Varela

El espacio político a la derecha del PSOE se agita. Después de varias semanas en aparente calma, durante las cuales la común coincidencia en la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez había subrayado las coincidencias, Ciudadanos ha comenzado a dar muestras de su interés por marcar espacio propio.

El primer paso lo dieron el lunes cerrando filas con el ex primer ministro francés Manuel Valls frente a las críticas que recibió de la formación ultraderechista Vox por haber defendido la necesidad de que los partidos constitucionalistas renuncien a pactar con populistas y extremistas, entre ellos el partido liderado por Santiago Abascal. Algo que Rivera no se ha comprometido a hacer, a diferencia de Valls, que quiere presentarse a la Alcaldía de Barcelona.

Tras unos días en los que la formación naranja optó por la tibieza a la hora de juzgar a Vox, —el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, llegó a decir que Ciudadanos respeta “profundamente” a formaciones como la liderada por Abascal, y se negó a ponerle “la etiqueta” de ultraderechista— el episodio de Valls y, sobre todo, el anuncio del líder ultra de que acudirá al acto que Cs ha convocado este domingo en Alsasua (Navarra) en defensa del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil dio pie a sus dirigentes a matizar esta posición. Y a acusar a Vox de mantener posiciones antieuropeas que no cuadran con la reivindicación europeísta que Cs quiere incluir en el acto de Alsasua y al que también acudirán dos altos cargos del PP, el portavoz ele el Senado, Ignacio Cosidó, y la presidenta del partido en la Comunidad Foral, Ana Beltrán.

Este aparente cambio en la estrategia de Cs se produce apenas cinco días después de que el barómetro del CIS asegurase que la formación naranja supera al PP en las preferencias de voto de los españoles y que se ha convertido en la segunda fuerza política del país, inmediatamente después del PSOE. Y sólo tres semanas después de que Vox demostrase su capacidad de convocatoria en un acto multitudinario celebrado en el pabellón madrileño de Vistalegre , otrora símbolo del respaldo social de los socialistas y, desde hace dos años, emblema de las asambleas de Podemos.

A la respuesta al partido de Abascal siguió la confirmación de una medida anunciada hace dos semanas: Ciudadanos ha permitido la tramitación momentánea de varias iniciativas que hasta ahora estaba bloqueando de común acuerdo con el PP en la Mesa del Congreso, entre ellas la que el Gobierno y sus aliados parlamentarios quieren aprobar para cambiar el techo de gasto de Mariano Rajoy e impulsar los presupuestos para 2019 que ha negociado Pedro Sánchez con Unidos Podemos.

Esta decisión, como Cs se ha preocupado de subrayar en las últimas horas, no facilita la aprobación de los presupuestos del Gobierno, ni siquiera la tramitación de la reforma legal necesaria para sortear el veto que la normativa otorga en estos momentos al Senado —la derecha tiene en su mano volver a congelar la iniciativa, esta vez prorrogando indefinidamente los plazos para presentar enmiendas al articulado—, pero sí ha servido para visualizar una diferencia con el PP que el partido de Pablo Casado ha tratado de explotar acusando a la formación naranja de haberse movido hacia “el centro izquierda” e incluso acusarles de pretender reeditar el pacto con el PSOE que en su día hizo presidenta de la Junta a Susana Díaz y que Cs ha prometido no repetir.

Rivera reafirma su oposición a los Presupuestos de Sánchez

El propio Albert Rivera tuvo que tomar la palabra varias veces a o largo del día para desmentir al PP y reafirmar su oposición contraria a los presupuestos de Sánchez. Es más: el líder del Cs se comprometió a bloquear en la Mesa del Congreso los Presupuestos que presenten el Gobierno y Podemos para 2019 si no respetan la senda de déficit del 1,3%, aprobada por la Cámara baja cuando Mariano Rajoy era presidente.

Y cargó, de paso, contra el PP por haber difundido el “bulo”, dijo, de que su partido había decidido "salir al rescate" de los Presupuestos del Gobierno. "Nosotros estamos donde estábamos", recalcó Rivera, según el cual las declaraciones del PP son el resultado de "los nervios por las encuestas". “Les recomendaría que no se equivoquen de adversario, el adversario es el sanchismo, Junqueras, la corrupción y machacar a la clase media y trabajadora", subrayó.

Lo cierto es que la decisión de Ciudadanos de permitir que la reforma del techo de gasto salga del limbo al que había sido sometida por este partido de común acuerdo con el PP —entre los dos controlan la Mesa del Congreso— es mucho más limitada de lo que el partido de Casado quiere hacer ver. La posición de Cs sólo permite que comience el trámite de totalidad —un debate general en el Congreso que facilita a los partidos fijar sus puntos de vista— pero no impide que la ley vuelva a quedar bloqueada en el trámite de enmiendas al articulado. Y aunque en esa fase Ciudadanos opte por permitir que siga su curso, en el mejor de los casos no completará su tramitación hasta primavera, demasiado tarde para los presupuestos que el Gobierno ha prometido enviar al Congreso el próximo mes de diciembre.

A pesar de ello, Pablo Casado, el líder del PP, no desperdició la oportunidad de marcar diferencias y poner en duda el compromiso de Rivera en la trinchera que la derecha ha cavado en la mesa del Congreso para impedir al Gobierno y a sus aliados tramitar siquiera su proyecto de presupuestos. Según él, el espacio político de su partido esta a salvo porque no tiene "la radicalidad de las propuestas de Vox” y Cs se ha "vuelto a resituar en su espacio electoral original: el centro izquierda".

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Casado evitó, una vez más, cuestionar las posiciones ultras de Vox, pero sí señaló lo que les separa. “No somos lo mismo. Ellos llevan mas de un lustro presentándose a las elecciones y ha quedado muy claro que no tienen unas propuestas útiles para los españoles", señaló.

En cuanto a Ciudadanos, el líder del PP celebró que, según él, hayan virado al centroizquierda, porque es una "necesidad" que España cuente con un partido "de centro izquierda, patriótico y constitucional”, sobre todo porque "el espacio del centroizquierda había quedado huérfano por la radicalización del PSOE". Lo que hace falta, subrayó, es una "optimización electoral" que permita "alcanzar una mayoría alternativa" en la que el PP sea "la fuerza hegemónica", informa Europa Press.

Las diferencias estratégicas que Ciudadanos ha empezado mostrar con el PP, y que este partido ha aprovechado a su vez para subrayar las discrepancias entre ambas formaciones, en ambos casos con la supuesta emergencia electoral de los ultras de Vox como telón de fondo, se produce en plena precampaña de las elecciones autonómicas andaluzas del 2 de diciembre en las que ambas formaciones aspiran a liderar la alternativa a la actual presidenta socialista, Susana Díaz.

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