A lo largo de los seis primeros de 2018 murieron en España 226.384 personas mientras que nacieron 179.794, es decir, que el crecimiento vegetativo --la diferencia entre alumbramientos y defunciones--
continúa su tendencia negativa en -46.590 personas, y supera al del mismo periodo del año anterior (-32.132), según los datos provisionales de la Estadística del Movimiento de la Población, publicada por el
INE este martes 11 de diciembre.
El número de nacimientos continúa a la baja por
décimo año consecutivo, sólo interrumpida esta tendencia en el año 2014. Concretamente, de enero a julio de 2018 respecto a los mismos meses de 2017 se han reducido los nacimiento en un
5,8%, lo que se traduce en
11.168 bebés menos. El número de alumbramientos de madre extranjera supuso el
20% del total frente al 18,8% del año pasado.
Mientras, en este periodo fallecieron en España 226.384 personas, un
2,1% más que en el primer semestre de 2017. Este aumento se debió, fundamentalmente, a la alta mortalidad registrada en el mes de enero.
Este es el auténtico drama de este país por más milongas que nos intenten colar. Un drama hijo de la precarización del trabajo y padre de la inmigración (inevitable por necesaria).
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Totalmente cierto. No hay políticas sociales ni medidas de urgencia que palíen esta preocupante situación.
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