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Garzón estudia fórmulas para impedir que Llamazares sea candidato de IU en Asturias si mantiene su apoyo a Actúa

Gaspar Llamazares, en una imagen de archivo.

La brecha abierta entre el ex coordinador federal de IU, Gaspar Llamazares, y la actual dirección liderada por Alberto Garzón no deja de crecer. Pese a que hace unos días Actúa, el partido que lidera Llamazares, decidió oficialmente que se presentará a las elecciones de mayo de 2019, el dirigente sigue queriendo encabezar la lista de IU en Asturias para los comicios autonómicos, y esa intención no se ha visto alterada por la filtración de unos audios en los que Llamazares confesaba estar dispuesto a "desvestir un santo" –en referencia a IU– para vestir otro –su nuevo partido– y encabezar una lista para las elecciones europeas. Pero Garzón no tiene ninguna intención de permitir que eso ocurra, y la dirección cuenta con mecanismos estatutarios para evitar que el excoordinador lidere la plancha de IU en Asturias.

El último capítulo del choque interno se produjo el pasado lunes, cuando Llamazares anunció su decisión de dimitir de sus cargos orgánicos en IU a nivel federal —formaba parte de la dirección— denunciando una campaña de "linchamiento" y una "caza de brujas" en su contra, días después de que se filtraran sus polémicos audios. No obstante, pese a su dimisión, el dirigente mantiene su carné de afiliado a la organización, no ha dejado su puesto de portavoz parlamentario de IU en la Junta General del Principado de Asturias y, sobre todo, mantiene la intención de ser candidato de IU en las elecciones autonómicas en esa comunidad.

Así lo confirmó de nuevo el propio Llamazares este miércoles en declaraciones a La Sexta, donde se definió como "disponible" para ocupar ese puesto. Para ello, el dirigente tendría que ser elegido cabeza de lista en las elecciones primarias que la federación asturiana de IU tiene pendientes y para las que aún no hay fecha definida. En esas primarias, según marcan los estatutos de la organización, tienen derecho a participar tanto los afiliados como los simpatizantes de IU. Y la ratificación de las listas finales tras esas primarias no depende de la dirección federal, sino de la autonómica, por lo que una eventual victoria de Llamazares en esas primarias para la lista asturiana no podría ser bloqueada por la cúpula de Garzón.

No obstante, eso no significa que la dirección federal no tenga mecanismos para evitar que el excoordinador se presente a las elecciones autonómicas encabezando una lista de IU mientras apoya planchas de Actúa en otros municipios y comunidades y en las elecciones europeas, algo que lo situaría –según la dirección– "fuera del proyecto y la organización de IU". Tal y como recordó hace días Garzón, crear un partido para competir electoralmente contra IU es algo "muy grave" y está penalizado en los estatutos. Y, a través de esa vía estatutaria, la dirección federal podría imposibilitar a Llamazares su participación en las primarias.

El expediente y la posible suspensión cautelar

La semana pasada, la ejecutiva de IU decidió pedir por escrito al excoordinador que aclare si tiene pensado apoyar las candidaturas de Actúa a las próximas elecciones, y le dio plazo hasta la próxima reunión de la ejecutiva –que tendrá lugar el día 13 de enero– para responder. Según ha criticado Izquierda Abierta, la formación a través de la cual Llamazares participa en IU, el dirigente no ha recibido "requerimiento formal alguno para que aclare su posición". Pero, en cualquier caso, el próximo día 13 de enero el secretario de Organización, Ismael González, tendrá que presentar un informe proponiendo las medidas a adoptar, y si las aguas no vuelven a su cauce antes de esa fecha, la posibilidad de expedientar a Llamazares gana enteros.

La apertura de un procedimiento contra el dirigente no supondría su expulsión inmediata de IU, pero sí podría imposibilitarle participar en las primarias de la federación asturiana, aunque éstas no tengan fecha todavía. Como Llamazares forma parte de la dirección asturiana de IU, la ejecutiva federal es el órgano competente para iniciar contra él un expediente disciplinario, que se iniciaría con la elaboración de un escrito en el cual se establecerían formalmente las imputaciones de las supuestas faltas cometidas por el dirigente. Para ello habría un plazo de diez días, a los que habría que sumar otros diez días en los que Llamazares podría presentar alegaciones. Una vez transcurrido este intervalo, los instructores del proceso tendrían 20 días para formular sus conclusiones, y a partir del momento en el que las recibiera, la dirección tendría un plazo de un mes para decidir.

Las normas de IU consideran una infracción muy grave "concurrir en candidaturas electorales, o realizar de forma pública y notoria campaña en apoyo de las mismas, cuando éstas se presenten en competencia con las legalizadas por IU o sus organizaciones territoriales federadas", algo que precisamente es lo que pretende Llamazares: apoyar a Actúa en aquellos lugares en los que Podemos e IU concurran a las elecciones en coalición, una estrategia que el dirigente entiende equivocada y que ha criticado pública y repetidamente en los últimos meses. Y las infracciones muy graves, según los estatutos, pueden tener dos castigos: o "la suspensión de los derechos como afiliado por un periodo desde un año a dos años", o "la expulsión de IU".

Pero es que, además, el artículo 28 de los estatutos establece que "se aplicarán medidas cautelares de suspensión de militancia de manera automática" a los expedientados por apoyar de forma pública candidaturas que compitan directamente contra IU en las elecciones, sin que "en ningún caso" quede paralizado el proceso ordinario de instrucción del expediente disciplinario. Es decir, que si a Llamazares se le abriera un procedimiento sancionador por sus movimientos con Actúa, podría quedar automáticamente suspendido de militancia y, por ende, inhabilitado para concurrir a las primarias de IU en Asturias.

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Las primarias ni siquiera tienen fecha

En cualquier caso, esas primarias aún no tienen fecha fijada, pese a que la dirección federal de IU recomendó a las federaciones celebrar sus procesos antes de finalizar diciembre. Lo único seguro en Asturias es que la organización se presentará a las autonómicas con sus siglas y no suscribirá una coalición con Podemos, tal y como ratificaron sus bases el pasado junio en una consulta. Las encuestas sonríen a la federación asturiana, que podría ganar voto a costa precisamente de Podemos, por lo que liderar la lista de IU en esa comunidad es un caramelo para los críticos con Garzón, a quienes un buen resultado les serviría para cargarse de argumentos para criticar la estrategia de confluir con el partido morado.

Así las cosas, la de Llamazares no es la única candidatura crítica con la dirección federal que está encima de la mesa. Hace unos días, el coordinador de IU en Asturias, Ramón Argüelles, dejó caer en relación a la crisis abierta que "las organizaciones están por delante de las personas" y se mostró dispuesto a liderar la lista para las autonómicas si "la organización lo considera necesario". Y, por otra parte, Carmen Conde, concejala de IU en la localidad de Avilés, tiene pensado liderar otra candidatura mucho más afín a las tesis de la dirección de Garzón y crítica con las políticas –a su juicio– "cómplices y seguidistas" del PSOE realizadas por Argüelles y Llamazares.

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