Extrema derecha

Insultos en las redes, pactos en el Parlamento: así es la relación entre Vox y Cs

Santiago Abascal y Albert Rivera, en la Fiesta Nacional de 2012.

Este jueves se consumó el primer acuerdo de la alianza de las tres derechas en Andalucía. Pese a que Vox se ha esmerado en los últimos meses y semanas en criticar e insultar a Ciudadanos y sus líderes y estos, por su parte, han tratado de desligarse de la ultraderecha incluso con muestras de desdén público, el pacto entre PP, Ciudadanos y la ultraderecha de Vox ha conseguido que el partido naranja accediera a la Presidencia del Parlamento de Andalucía, mientras que la formación extremista conseguía a cambio un puesto en la Mesa de la Cámara andaluza que no hubiera obtenido sin el acuerdo entre PP y Ciudadanos.

La relación entre Vox y el partido naranja es tan aparentemente incómoda como necesaria para sustentar la mayoría de la derecha en Andalucía. Y eso explica que hayan pactado pese a que buena parte del crecimiento de la formación de extrema derecha se ha sustentado en criticar la supuesta tibieza del PP y los presuntos vaivenes ideológicos de Ciudadanos. De hecho, en los últimos tiempos, el líder de Vox, Santiago Abascal, y la cuenta del partido en Twitter han criticado abiertamente y con dureza a Ciudadanos, mientras la táctica de la formación de Albert Rivera ha sido tratar de ignorar a los ultras.

Buen ejemplo de estas críticas públicas de Vox se produjo hace apenas unos días, cuando los líderes andaluces de Ciudadanos, Podemos e IU –Juan Marín, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, respectivamente– se reunieron en la estación de trenes de Jerez de la Frontera negociando la composición de la Mesa del Parlamento. El día de Navidad, cuando se publicó la información sobre esa reunión, Abascal denunciaba que Ciudadanos había decidido colocarles el "cordón sanitario" y prefería sentarse "con los comunistas aliados de Otegui [sic] y de Torra" que "con el partido de Ortega Lara".

 

De hecho, este mismo miércoles, el mismo Abascal cuyo partido consiguió este jueves un asiento en la Mesa del Parlamento gracias al acuerdo PP-Ciudadanos acusaba a Albert Rivera y su formación –a la que ha calificado como "de centroizquierda" en otras ocasiones– de "guerracivilismo". "Guerracivilismo es el vuestro, Albert Rivera, que queréis mantener las leyes del rencor en Andalucía. Y que os reunís con los amigos de Otegui en estaciones de tren. O estás con la Libertad o estás con los comunistas. Ahí no hay punto medio", denunciaba el líder de Vox en un tuit a raíz de unas declaraciones del presidente de Ciudadanos, que aseguró hace unos días que quiere huir de extremismos y metió en el mismo saco a "Vox, Trump, Bolsonaro, Farage, Le Pen y Podemos".

 

Apenas unos días antes, el 15 de diciembre, Abascal había criticado que Ciudadanos estuviera intentando atraer al PSOE a un pacto a tres bandas para hacer presidente al líder del PP andaluz, Juanma Moreno, con la intención de aislar a Vox. "Ciudadanos quiere un pacto con la corrupción y con el clientelismo en Andalucía, un pacto de impunidad y encubrimiento de los 36 años de latrocinio; un pacto con los que pactan con los separatistas, podemitas y proetarras. Cada uno se retrata con quien quiere", escribió entonces el líder de la ultraderecha. Y dos días antes, el 13 de diciembre, Abascal acusó a Rivera de "despreciar" a los votantes de Vox y de ser "lo mismo" socio "de Susana que de Libertas", la formación de ultraderecha con la que Ciudadanos se presentó a las elecciones europeas de 2009.

 

Cs trata de ignorar a Vox pero Valls rechaza pactar

Por el contrario, la estrategia de Ciudadanos desde las elecciones andaluzas del pasado día 2 de diciembre ha sido la de obviar a Vox en la medida de lo posible. De hecho, la cuenta oficial del partido naranja en Twitter apenas recoge tres declaraciones de sus líderes en relación a la formación de ultraderecha, entre las que se cuentan una de Juan Marín culpando a Susana Díaz y a "la política de negociar presupuestos en la cárcel del señor Sánchez" de la entrada de Vox en el Parlamento y otra de Albert Rivera pidiendo a Díaz su abstención "para que Ciudadanos forme un nuevo Gobierno".

 

Quien se ha expresado con mayor contundencia contra Vox y a favor de alcanzar pactos para alejar a la extrema derecha del poder es Manuel Valls, ex primer ministro francés y candidato apoyado por Ciudadanos a la Alcaldía de Barcelona. Este mismo jueves, Valls aseguró que "la irrupción de la ultraderecha en las instituciones, a pesar de que responde al resultado de las urnas, es una mala noticia para España y para Europa", si bien también comparó su peligrosidad con la de los "separatistas" y los "populistas de Ada Colau".

El dirigente se ha mostrado favorable a suscribir "pactos de Estado entre las fuerzas constitucionalistas que marquen distancias con los populistas de la izquierda, los separatistas y los ultras de la derecha más reaccionaria", y hace unos días sostuvo que "no podemos jugar ni con Vox ni con el nacionalismo ni con el populismo". Valls, de hecho, ha alertado de que la formación liderada por Abascal tiene el mismo "mensaje" que "la extrema derecha europea", y pidió "cabeza fría" y "moderación" a los suyos a la hora de alcanzar pactos en Andalucía.

"El francés de Cs", un "ventrílocuo" y un "cantamañanas"

Estas afirmaciones le han costado a Valls respuestas gruesas de los dirigentes de Vox y del propio Abascal, quien suele referirse a él despectivamente como "el francés de Ciudadanos". El pasado 22 de diciembre, sin ir más lejos, el líder de Vox retaba a Ciudadanos a forzar una repetición electoral en Andalucía si no querían pactar con la extrema derecha. "El francés de Ciudadanos dice que hay que repetir las elecciones en Andalucía porque Vox tiene la lepra. Está bien, que se lo expliquen a los andaluces, y que sepan que la culpa es de Albert y de su ventrílocuo francés. Nos veremos en las urnas", señalaba Abascal.

 

No es la única descalificación que ha recibido Valls por parte de Vox y sus dirigentes. Hace apenas unos días, Valls criticó en Twitter que la ultraderecha lamentara la llegada de más de 300 refugiados a España a bordo del barco Open Arms, a lo que Vox respondió insultándolo. "Querido cantamañanas, evidentemente funciona como un barco negrero. Barcos negreros eran los que realizaban el tráfico de esclavos, de África a América ¿Qué es lo feo, decir las cosas por su nombre o la complicidad de Open Arms-Soros con las mafias del tráfico de personas?", lanzó una cuenta oficial de Vox.

 

Abascal, además, ha acusado a Valls de pedir un "cordón sanitario" contra Vox que, a su juicio, es el mismo "cordón segregacionista" aplicado en Cataluña contra Ciudadanos y el PP. "Realmente no tienes ni idea de lo que pasa en España o tienes muy mala fe", aseguró en octubre el líder de la ultraderecha, que denunció que Valls quiere aplicarles la "guillotina" y sostuvo que Vox sufre desde su nacimiento "un cordón sangriento, a manos de las pistolas y bombas separatistas" del que el candidato de Ciudadanos sería "cómplice".

 

Rivera, "manso" y "becario del becario" para Abascal

Pero las críticas de Vox a Ciudadanos no comenzaron con la campaña de las andaluzas, sino que vienen de tiempo atrás y se centran, fundamentalmente, en denunciar la supuesta tibieza y la inconsistencia ideológica del partido naranja. Abascal y su partido han criticado "la nada que representa Ciudadanos", han tachado de "becario del becario" a Rivera por su admiración al presidente francés Emmanuel Macron, le han tildado de "manso" y ha asegurado que Ciudadanos tiene "complejitos" por ser de derechas y compite "con el PP para ver quién asume antes todas las imposiciones y mitos progres".

 

Abascal, además, ha denostado que Ciudadanos mantenga cualquier tipo de relación institucional con Podemos y el "totalitario Pablo Iglesias", y ha insinuado que los dirigentes del partido naranja tendrían que lavarse después de tocar a sus "amistades" de la formación morada. El líder de Vox, incluso, ha lanzado duras críticas contra Rivera por reivindicar la actitud del ex secretario general del PCE Santiago Carrillo ante el golpe de Estado del 23F. "Es penoso que, para defender la democracia constitucional, Albert Rivera tenga que reivindicar el nombre del genocida asesino de Paracuellos. Rivera es otro político más arrodillado ante la dictadura progre", sostuvo en el aniversario del golpe este año.

 

Cuando los "amigos" Rivera y Abascal compartían desfile

Por su parte, hace años Rivera –que se ha negado a calificar de ultraderechista a Vox– criticaba sin ambages a la extrema derecha europea y cualquier concesión electoral hacia ellos. Buen ejemplo de ello fueron las pasadas elecciones presidenciales francesas, cuando una buena parte de la militancia de la Francia Insumisa aseguró en una consulta que no votaría a Macron en su pugna en la segunda vuelta contra la ultraderechista Marine Le Pen. "La extrema izquierda prefiere no evitar que gane la extrema derecha. 'Cuanto peor mejor', una irresponsabilidad", afirmó entonces Rivera, que tampoco ha tenido reparo en tachar de "extrema derecha" a la Liga Norte italiana.

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Pero Rivera y Abascal no han tenido siempre tan malas palabras el uno para con el otro. De hecho, hace años, ambos dirigentes presumían de amistad públicamente, y en 2015 el líder de Ciudadanos deseaba "suerte" a Vox y aseguraba que su aparición era más "un logro" que "un problema". Abascal le ha felicitado cumpleaños a Rivera en Twitter –y este se lo ha agradecido–, e incluso ambos líderes acudieron juntos al desfile de la Fiesta Nacional –que Abascal llama con su antigua denominación el día de la "Hispanidad"– del 12 de octubre en 2012.

 

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