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Desarrollo

Las ONG para el desarrollo esperan que los Presupuestos frenen la caída en picado de la cooperación

Pedro Sánchez llevará el proyecto de ley de Presupuestos Generales de 2019 al Consejo de Ministros este viernes, con el objetivo de iniciar su tramitación parlamentaria. Del documento, que deberá lograr el consenso de la mayoría, depende el futuro de sectores clave que llevan años reclamando fondos. Es el caso de la cooperación para el desarrollo. El futuro de las ONG y su labor en el exterior, denuncian, es todavía incierto y su situación pierde estabilidad sin unos presupuestos que la consoliden.

Andrés R. Amayuelas preside la Coordinadora de Organizaciones de Cooperación para el Desarrollo (ONGD). En conversación con infoLibre admite que todo pasa por ver el proyecto de los Presupuestos. Aunque por el momento no hay nada claro, Amayuelas se aferra a las diversas declaraciones de Pedro Sánchez respecto al desarrollo. "El 17 de julio en el Congreso el presidente explicó las líneas maestras y habla de la cooperación como uno de los elementos definitivos de la política exterior", recuerda. Algo similar hizo el líder socialista en noviembre del pasado año, durante el Foro de París por la Paz, cuando recalcó la necesidad de "ponerse en los zapatos de la gente que vive a miles de kilómetros y pensar que su suerte es la nuestra". Todo guiños, recalca el presidente de la organización, que si bien arrojan algo de luz a la labor de la cooperación, no terminan de ser suficiente para proporcionarle el aliento que con urgencia requiere.

Además, comenta, en noviembre de 2015 la Comisión de Cooperación en el Congreso aprobó por consenso una proposición no de ley en la que se plantea como objetivo alcanzar el 0,4% de la ayuda en el año 2020. "Que no se consigan hitos intermedios nos parece una falta de compromiso", lanza Amayuelas.

Objetivos y escenarios

La inestable situación de la cooperación tiene que ver con la falta de un horizonte claro. El documento pactado por el Gobierno y Podemos en octubre para los Presupuestos se abría señalando que "la voluntad política de un Gobierno se manifiesta siempre en sus Presupuestos, ya que son la principal herramienta para demostrar las prioridades de actuación que contribuyen al cambio social". Nada dice, sin embargo, relativo a la cooperación. "A nosotros nos parece un gran olvido", sentencia Amayuelas, y aunque repara en que el propio Pablo Iglesias "ha dicho que el acuerdo se centra en cuestiones para llegar a fin de mes, nos parece peligroso alimentar ese discurso de primero los de aquí".

En ese contexto, la Coordinadora de ONGD tiene claro sus objetivos. "Venimos reclamando desde el principio de la legislatura que al final de 2020 se llegara al 0,4% de la Renta Nacional Bruta (RNB) dedicada a cooperación", de manera que, estiman, los Presupuestos de 2019 deberían poder aspirar a un 0,35%. "Y siempre recordando la meta del 0,7 para el año 2030", objetivo de desarrollo sostenible marcado por la ONU en su Agenda 2030.

El mejor de los escenarios, por tanto, se correspondería con un aumento progresivo, año tras año, hasta alcanzar el 0,7 en 2030, aunque Amayuelas entiende que se trata de un propósito complejo. "En 2017 se dedicó un 0,19", por lo que alcanzar el 0,35 que proponen supone "casi multiplicar por dos".

Para la Coordinadora, el peor de los escenarios tendría que ver con un aumento de la partida que finalmente cayera en saco roto. "Sería un fracaso que se aumentara la partida en 200 millones de euros, que es muy poco, y ese dinero se destinara única y exclusivamente al mantenimiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)", denuncia Amayuelas. En su lugar, llama a reforzar las distintas herramientas, agentes e instrumentos de la cooperación como el aumento de la ayuda humanitaria o el apoyo a la educación para el desarrollo.

También recuerda que del presupuesto de 2017, 2.450,72 millones de euros, el Ministerio de Exteriores "sólo estaba gestionando unos 390 millones", mientras que las ONG, "el hermano pobre de la cooperación, están gestionando 59 millones de euros". Por tanto, entiende, resulta fundamental la "recuperación de partidas que se canalizan a través de ONG", como son los proyectos, la educación y la ayuda humanitaria.

Caída en picado de los presupuestos

La evolución presupuestaria de la aportación española para la cooperación ha ido experimentando un descenso progresivo en los últimos años. Según datos de la OCDE, el año 2009 fue el momento cumbre. Entonces España destinó el 0,46% de la Renta Nacional Bruta, y al año siguiente la cifra descendió al 0,43%. Fue en 2011, no obstante, cuando se produce la primera gran debacle de la aportación, quedándose en el 0,29%. En 2012, con Mariano Rajoy ya en la Moncloa, se sitúa en el 0,16% y durante los siguientes años no conseguirá alcanzar el 0,2%. De hecho, en 2015 llega a su nivel más bajo, el 0,12%. En 2016, gracias en buena medida a una operación puntual de cancelación de deuda con Cuba, la cifra asciende al 0,35%. Los Presupuestos Generales de 2017 fijaron la cifra en el 0,19% y los de 2018 apenas la elevaron hasta el 0,22%, aunque en base al último informe de Oxfam Intermón sobre la ayuda oficial al desarrollo, el Gobierno destina 1.900 millones de euros, el 0,17%.

En este escenario, Amayuelas recuerda también lo que califica como "ayuda genuina y ayuda inflada". Ésta última, explica, tiene que ver con todas las operaciones relacionadas con gastos en áreas que no contribuyen a generar beneficios en los países en desarrollo, como asistencia a refugiados dentro de la UE, condonación de deudas y reembolso de intereses de préstamos concesionales. "Lo ideal sería que no solo se aumentara la cantidad de dinero sino también la calidad", reflexiona el experto.

Al final, critica, la ayuda inflada pertenece a fondos que se contabilizan como oficiales "pero que no están yendo a los países que lo necesitan". La Coordinadora calcula que en 2018 un 10,5% de las ayudas fueron de esta tipología. La caída en picado de los presupuestos, no obstante y según la Coordinadora, contrasta con el compromiso ciudadano. Durante los años de crisis, recalca, la sociedad española "ha aumentado sus aportaciones a las ONG un 45%", de manera que la reivindicación a nivel presupuestario es también "una exigencia social que demanda la ciudadanía".

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