Giro a la derecha en Andalucía

PP y Cs tumban el último intento de alejar a Vox de la memoria histórica en el Parlamento andaluz

Juanma Moreno, felicitado por el líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, en el pleno de investidura.

Vox toma posiciones en el Parlamento andaluz. Tras lograr presencia en la Mesa de la Cámara gracias a PP y Cs y votar a favor de la investidura de Juanma Moreno a cambio de un acuerdo de gobernabilidad que le da la llave de la legislatura, el partido de extrema derecha liderado en Andalucía por Francisco Serrano ha cosechado su cuota en las comisiones parlamentarias. Si alguna vez hubo algo parecido a un cordón sanitario, ya es sólo un recuerdo difuso. Tras fracasar el PSOE y Adelante Andalucía en su intento de última hora por evitarlo, la formación ultraderechista se coloca en la presidencia de la comisión de Cultura, con competencias en memoria histórica. Su principal referente en Andalucía, Francisco Serrano, propagador de la teoría de las denuncias falsas en violencia de género, será portavoz de la comisión de Igualdad, lo que le da juego en el combate contra la "dictadura" feminista, su obsesión política. Vox da otra pista de sus prioridades con su primera iniciativa registrada, en defensa del adecentamiento de la Barriada Bazán, en San Fernando (Cádiz), un barrio obrero construido originalmente para los trabajadores del astillero militar Bazán, hoy castigado por el desempleo y el deterioro, estragado especialmente por las drogas en los años 80.

Las comisiones son espacios temáticos de debate y decisión. Aunque el protagonismo político y mediático suele corresponder al pleno, las comisiones consumen buena parte del trabajo en el día a día de los parlamentarios. Cada una de ellas tiene un presidente, un vicepresidente y un secretario. A pesar de que en los días pasados ha circulado la idea de que presidir una comisión te da las competencias en esa materia, no es así. Los presidentes de comisión, con unas funciones estrictamente delimitadas por el reglamento del Parlamento, ordenan el debate, establecen ciertas prioridades y aceptan o no determinadas interpelaciones en el contexto parlamentario. Poco más. Su labor suele pasar desapercibida. No obstante, el reparto de las presidencias tiene calado político porque responde a un acuerdo entre los tres partidos que conforman la mayoría derechista de esta legislatura.

Los presidentes de cada comisión, así como los portavoces de los grupos en las mismas, cobrarán un complemento de 508,46 euros; los vicepresidentes, 345,27 euros; y los secretarios, 182,08 euros, lo que se suma al sueldo que perciben como diputados autonómicos. Vox no quería quedarse fuera. Y no se ha quedado fuera. Ha hecho valer de nuevo sus 12 diputados. La formación liderada por Santiago Abascal se ha hecho con la secretaría de las comisiones de Fomento y RTVA, la vicepresidencia de la de Empleo y la presidencia de la de Cultura.

Con su presidencia de comisión Vox se sitúa al frente de la mesa con competencias en memoria histórica. Delicada elección, al ser Vox un partido contrario a las políticas de memoria y cuyo líder culpa al PSOE de haber iniciado la Guerra Civil. En su acuerdo de legislatura con el PP, Vox ha pactado derogar la Ley de Memoria Democrática, aprobada sin votos en contra, y sustituirla por una "ley de concordia". El diputado por Málaga de Vox Eugenio Moltó declaró a Sur que no considera que el franquismo fuera una dictadura. La propia presidenta de la comisión de Cultura, Ana Gil, ha exaltado a Primo de Rivera en Twitter, donde se ha mostrado contraria a la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, según publicóEldiario.es.

El intento postrero del PSOE y Adelante Andalucía de frustrar la elección como presidenta de la parlamentaria de Vox Ana Gil y poner en su lugar a una representante del grupo que aúna a Podemos e IU se topó con las matemáticas. Es decir, con la rígida división en bloques izquierda-derecha con la que arranca esta legislatura. De los 18 miembros de la mesa, los diez de PP, Vox y Cs votaron a favor de Gil; los ocho de PSOE y Adelante Andalucía votaron a favor de otra candidata, María Gracia González.

Normalización de Vox

Este lunes se eligieron los presidentes, vicepresidentes y secretarios de todas las comisiones. Todas las presidencias salvo la de Cultura salieron por unanimidad. Han quedado cuatro en manos de PSOE (33 diputados), cuatro para el PP (26), tres para Cs (21), dos para Adelante Andalucía (17) y una para Vox (12). El PP acusó al PSOE y Adelante Andalucía de haber acordado con PP, Ciudadanos y Vox todo el reparto de presidencias, vicepresidencias y secretarías la semana pasada, para luego echarse atrás cuando la elección de Vox para Cultura tuvo repercusión mediática y revuelo en las redes sociales. Los grupos liderados por Susana Díaz y Teresa Rodríguez lo negaron y afirmaron que este reparto les llegó ya cerrado y no tuvieron margen. El PSOE asegura que ofreció al PP que Vox cambiara la presidencia de Cultura por la de Fomento, pero la oferta fue desoída. 

Aunque Vox y Ciudadanos siguen sin reconocerse como socios en Andalucía, el papel de la formación ultraderechista –con cuyo líder Albert Rivera compartió foto el domingo en Madrid– está cada vez más normalizado. Se observa en cada hito negociador. Francisco Serrano (Vox) ha anticipado una reunión "en los próximos días" con el presidente, Juanma Moreno, para planificar el cumplimiento de las medidas acordadas con el PP. Cs, que tras las elecciones pedía cuentas al PP por reunirse con Vox, ahora no pone pegas. El portavoz de Ciudadanos, Sergio Romero, afirmó este lunes que su partido no asistirá a la reunión del PP con Vox, pero no pone ninguna objeción a su celebración. Si se abordan temas que están en el acuerdo del PP con Cs, "evidentemente lo vamos a tomar como algo bueno", dijo Romero este lunes, en referencia a las medidas de "reducción fiscal", eliminación de "chiringuitos", "regeneración democrática"...

¿Qué dice la ley andaluza de memoria que Vox ve "totalitaria" y el PP quiere "mejorar"?

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Dimisión en Hacienda

La legislatura ya ha echado a andar, aunque no está siendo un arranque fluido. Ahora los consejeros del Gobierno PP-Cs tendrán que comparecer en el Parlamento para anticipar su agenda, con lo que se irá viendo la letra pequeña de sus planes. A partir de la semana que viene comenzará la actividad parlamentaria pura y dura. La primera iniciativa presentada por Vox defiende la "urgencia" de "un plan de readecuación" de las viviendas de la Barriada Bazán, en San Fernando. Hace falta, según el partido ultraderechista, "un gobierno fuerte que exija e implique a otras administraciones públicas para poder dar vida a esta zona olvidada de la mano de Dios y en la que viven muchas familias de la ciudad”. Así comienza la andadura legislativa de la ultraderecha en el sistema autonómico español. Francisco Serrano, que tras su intervención en el pleno de investidura ha dejado la portavocía del grupo en manos del diputado por Córdoba Alejandro Hernández, ha señalado que sus prioridades en el arranque de la legislatura son el recorte de la llamada "administración paralela" y la "bajada de impuestos". "Queremos que se haga lo más rápido posible", afirma.

Pero lo cierto es que el arranque del nuevo Gobierno está siendo titubeante. El disputado reparto de competencias está retrasando la definición del organigrama completo. También se complicó la elección de un portavoz del Gobierno, hasta hacer recaer la responsabilidad en el consejero de Presidencia y hombre fuerte del PP en el Gobierno, Elías Bendodo, mano derecha de Moreno. Además el Ejecutivo ya ha sufrido su primer sobresalto. Nada menos que una baja, aunque oficialmente sin motivos políticos. Ha sido en un departamento clave. El consejero de Hacienda, Industria y Energía, Alberto García Valera (PP), ha presentado su dimisión alegando motivos de salud, concretamente una patología cardíaca detectada a raíz de un desvanecimiento. Su sustituto es el diputado del PP por Ceuta en el Congreso de los Diputados Juan Bravo. Tomará posesión este martes. García Valera, de 47 años, ha durado veinte días en el cargo.  

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