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El juicio del 'procés'

Agentes de la Guardia Civil narran el acoso y escraches que sufrieron en Cataluña tras el 1-O

El tribunal que juzga el 'procés', durante la sesión de este jueves en el Supremo.

infoLibre

Agentes de la Guardia Civil han narrado este jueves en el juicio por el procés independentista en el Tribunal Supremo las situaciones de acoso y amenazas que sufrieron en Lleida y en el municipio leridano de Seu d'Urgell los días posteriores a la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Dos de ellos han relatado que fueron perseguidos por un individuo y otro dos han recordado los sucesivos escraches frente a los hoteles en los que se alojaban.

Los dos primeros agentes que han comparecido han contado, a preguntas del fiscal Jaime Moreno, que durante varios días, a partir del 3 de octubre, un centenar de personas se concentraron en las puertas del hotel Nice de Seu d'Urgell y que durante casi una hora estuvieron profiriendo insultos "en castellano y en catalán" contra su actuación el 1-O, portando pancartas y cacerolas. Ambos han recordado que en esta concentración también participaron algunos bomberos de esa localidad catalana, que llevaron un camión del cuerpo. "Escuché mucho ruido, sirenas y una cacerolada", ha afirmado uno de los agentes recordando el momento en el que se percató de que "una multitud" se dirigía hacia un hotel cercano donde estaban alojados compañeros y que después fueron hacia el suyo. Los manifestantes estaban "organizados, estructurados", han asegurado, aunque ninguno pudo ser identificado como miembro de alguna organización. Uno de los testigos, que grabó la concentración desde la ventana de su habitación sin que los manifestantes le pudieran ver, ha añadido que se llegaron a lanzar vasos y botellas de plástico a la fachada del edificio.

'Odio a la gente'

Ha sido el segundo de los agentes del Instituto Armado que ha declarado, el que ha lamentado "ese odio de la gente". De hecho, ha dicho que no llega entender el motivo de la sucesivas concentraciones cuando tanto él como sus compañeros hicieron "una intervención muy liviana y muy humana" durante el referéndum. "Donde no se pudo intervenir no se intervino para no causar un daño mayor", ha aseverado.

Asimismo, aunque el primer agente que ha comparecido ha dicho que no recuerda ver a ningún Mosso d'Esquadra intentando controlar la situación, el siguiente ha afirmado que sí vio a una pareja de la policía autonómica, que también fueron abucheados cuando intentaron identificar a uno de los manifestantes que estaba "alterado". Si bien, después ha apuntado que los concentrados empezaron a aplaudir y a cantar "esta es nuestra policía". Ante esta situación y por el "temor", el propietario del hotel Nice les comunicó que una vez finalizase la reserva no la renovaría por lo tuvieron que buscar otros lugares para alojarse como el Parador Nacional.

Perseguidos y grabados

Después ha sido el turno de otros dos agentes de la Guardia Civil que estuvieron destinados en Lleida entre el 26 de septiembre y el 6 de octubre. Han sido los que han relatado un episodio de acoso que les ocurrió al día siguiente del referéndum ilegal, cuando se encontraban dando un paseo, vestidos de paisano, por la ciudad al tener el día libre. Según han contado, un hombre los siguió y los grabó con su teléfono móvil y cuando ellos se percataron les empezó a proferir amenazas e insultos. "Nos dijo que nos iban a matar, que habían ganado la guerra, que éramos unos asesinos", ha explicado uno de los agentes a preguntas del fiscal Jaime Moreno.

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El individuo trató de incitar a otras personas que pasaban por la calle, señalando a los guardias civiles y acusándolos de haber "pegado" a la gente en su pueblo el día anterior. Los agentes optaron por volver al hotel e informaron a su superior, que les recomendó que interpusieran una denuncia en la Comandancia de Lleida. Esa misma noche, han explicado, un compañero les envió un enlace a una publicación de Facebook en la que aparecían las fotos que les habría hecho el individuo por la mañana junto a otras imágenes de los mismos guardias civiles en su intervención el 1 de octubre. Junto a las fotografías, esa persona había escrito un texto en el que afirmaba "estos animales no los quiero en mi país" y "las calles serían siempre nuestras", entre otras expresiones.

Insultos y pitadas

Sucesos similares se repitieron en Girona el día posterior al referéndum, según ha enfatizado otro agente de la Guardia Civil, que fue destinado allí para hacer "refuerzo de edificios públicos, la comandancia y la Subdelegación del Gobierno". Ha explicado que el día 2 se encontraba haciendo funciones de vigilancia, vestido de paisano, y que escucharon las sirenas de un convoy de vehículos de bomberos. Este testigo, el quinto de la sesión de este jueves, ha dicho que los ocupantes de estas furgonetas hicieron "peinetas" con el dedo, se daban "en la cara como si fueras un caradura", e indicaban hacia abajo con el dedo, además de insultarlos. Ha agregado que esta situación era "relativamente habitual" los días después del 1-O con coches particulares que pitaban.

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