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28A | Elecciones generales

Cs asegura un mes después del pucherazo que sigue sin saber de dónde salieron los 82 votos falsos

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera en un acto público en Mérida.

Fernando Varela

“No lo sabemos”. Así de lacónico se mostró este martes el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, cuando fue preguntado por el origen de los 82 votos falsos que a punto estuvieron de alterar la voluntad de los afiliados del partido y elegir candidata a la Presidencia de Castilla y León a la preferida de Albert Rivera, la exdirigente el PP Silvia Clemente.

El pucherazo, que no se consumó porque el candidato alternativo, Francisco Igea, advirtió la manipulación de los votos y obligó al partido a modificar el resultado, salió a la luz hace un mes. Pero aunque Ciudadanos tardó apenas unas horas en constatar la manipulación y anular 82 votos atribuidos a Clemente, las cuatro semanas transcurridas desde entonces no han sido suficientes, según Villegas, para conocer quién está detrás del intento de condicionar la voluntad de los militantes del partido. O al menos cómo pudieron colarse esos sufragios en un sistema informático de votación supuestamente inviolable.

En el transcurso de una entrevista emitida por RNE, el número dos de Albert Rivera aseguró que lo único que Cs sí sabe “es que hubo unos votos que eran nulos”, y que “se tenían que haber contabilizado como nulos porque el sistema [informático] los detectó como nulos”. Según Villegas, “en el acta de resultados salían ya como nulos” pero “no se contabilizaron como tales al dar la información a los medios”.

A dos días del inicio de la campaña de las elecciones generales los dirigentes de la formación naranja no sólo aseguran desconocer qué pasó, quién está detrás del pucherazo, sino que en ningún momento han señalado deseo alguno de aclarar lo ocurrido, tal y como ha pedido en repetidas ocasiones el candidato por Castilla y León, Francisco Igea, o la plataforma de afectados por las irregularidades en las primarias de Ciudadanos, que hace dos semanas amenazaron con presentar una denuncia en los tribunales si el partido no aclaraba las dudas que planean sobre el procedimiento de voto telemático, que muchos afiliados consideran a estas alturas muy poco fiable.

Después de lo ocurrido en Castilla y León, hasta diez candidatos afirmaron haber detectado indicios de irregularidades en sus procesos de votación y pidieron explicaciones al Comité de Garantías. Es el caso de los perdedores de las primarias a la Presidencia de Madrid, Cantabria, Aragón, Canarias y Murcia, al cabildo de Gran Canaria, a las elecciones generales por Cádiz, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas y a la Alcaldía de València.

Las sospechas sobre las vulnerabilidades del sistema de votación por ordenador de Ciudadanos no se disipan, por más que su presidente, Albert Rivera, haya dado el asunto por “solventado”. La Fiscalía de Valladolid, a instancias de una denuncia anónima, ha abierto diligencias previas para esclarecer qué paso en la votación de las primarias para elegir al candidato a la Presidencia de Castilla y León.

Repetición de elecciones

En la misma entrevista, el número dos de la formación naranja reveló que su decisión de no apoyar al PSOE ni una investidura de Pedro Sánchez es “por activa y por pasiva”, de manera que no facilitarán que el candidato socialista sea elegido presidente aunque esta decisión obligue a repetir las elecciones.

La Constitución establece que si ningún candidato obtiene en el Congreso al menos mayoría simple en una votación de investidura en segunda vuelta en el plazo de dos meses contados a partir de la primera votación, “el rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones”.

Ciudadanos pretende personarse como "víctima" en la investigación sobre el pucherazo en sus primarias en Murcia

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Está posición es muy diferente de la que defendió Albert Rivera después de las elecciones de 2016 cuando llegó a un acuerdo con el PP y, para evitar la repetición de elecciones, insistió en pedir al PSOE que facilitase, al menos con la abstención, la investidura de Mariano Rajoy. Aquella decisión abrió una profunda crisis interna en el partido socialista que acabó con la dimisión de Sánchez y la formación de una gestora afín a la vieja guardia del PSOE y a la entonces presidenta andaluza, Susana Díaz, que aprobó abstenerse en la investidura de Rajoy y hacer posible así su reelección como presidente del Gobierno.

Si después del 28 de abril el PSOE no tiene mayoría con Unidas Podemos, el PNV y Compromís, y los independentistas catalanes —Esquerra y Junts per Catalunya— votan en contra de la investidura de Sánchez, sólo la abstención de, PP, de Cs o de Vox impedirá la repetición de elecciones. Salvo que las urnas decreten una mayoría absoluta para los partidos de derecha y extrema derecha, cuyos respectivos líderes dan por supuesto que pactarán igual que ha ocurrido en Andalucía.

Las relaciones entre los socialistas y el partido naranja están rotas, según reveló también Villegas en RNE. El secretario general de Ciudadanos explicó que, poco después de las elecciones andaluzas, que supusieron la salida del PSOE de la Junta por primera vez en casi 40 años, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se puso en contacto con él para establecer un canal de comunicación entre los dos partidos “porque no había ninguno”, Albert Rivera y Pedro Sánchez “no hablan” entre ellos. Este canal, sin embargo, no ha sido estrenado. El PSOE no lo ha utilizado para trasladar ninguna propuesta y si lo hiciera, advirtió Villegas, seria rechazada.

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