Educación

La comunidad educativa rechaza la propuesta de incorporar nuevas asignaturas al currículo escolar

Imagen de archivo de un aula escolar.

Una asignatura obligatoria sobre la Constitución española. Es una de las propuestas lanzadas el lunes por Ciudadanos en materia de educación. Pero el de Albert Rivera no es el único partido que, con la campaña electoral a la vuelta de la esquina, ha planteado la creación de nuevas asignaturas en las aulas. Isabel Serra, candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid, planteó en marzo una asignatura sobre feminismo que Pablo Iglesias ha hecho suya y ha plasmado en su programa para los comicios generales. El PSOE ha respondido que el camino a seguir pasa por recuperar Educación para la Ciudadanía y aunque el PP no cuenta con proyectos recientes, el pasado año, con Mariano Rajoy aún al frente del Gobierno, trabajó por una asignatura que cultivara el conocimiento en materia de seguridad y defensa en los centros. La comunidad educativa, no obstante, advierte sobre la saturación que ya padece el currículo escolar y se inclina por reproducir modelos más próximos al finlandés.

La propuesta de la formación naranja, trazada por el propio Albert Rivera, plantea una materia troncal que trataría de enseñar el "Estado social, la economía de mercado, los principios de la Constitución y los estatutos de autonomía". Tras el anuncio, el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quiso recordar que "había una asignatura que se llamaba Educación para la Ciudadanía y que la derecha utilizó como caballo de batalla y consiguió hacer desaparecer". Aquella materia ya "incorporaba la enseñanza de la Constitución igual que los derechos fundamentales", sentenció.

Podemos, por su parte, lleva en su programa la propuesta de crear una asignatura de feminismos. Los contenidos feministas, dice la formación morada, "serán transversales a lo largo de toda la educación y se creará una asignatura de feminismos en la educación pública, para lo cual se contará con la comunidad educativa".

Si bien el Partido Popular no incluye en su programa electoral la creación de ninguna nueva asignatura, en marzo del pasado año el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Educación tejieron lo que denominaron Proyecto de Conocimiento de la Seguridad y la Defensa en los centros educativos de la etapa Primaria. A nivel curricular, incluía diez unidades didácticas "a fin de que se mejore en el conocimiento de la seguridad y la defensa nacional, así como en la concienciación del alumnado sobre los aspectos relacionados con éstas".

"Sobrecargar al alumnado"

La propuesta de crear una asignatura específica no ha sido, en términos generales, bien recibida por la comunidad educativa. No creen que se ajuste a las necesidades de un alumnado que, por otro lado, asume una sobrecarga curricular. Implantar nuevas materias además de las ya existentes conlleva "sobrecargar a los alumnos", sostiene Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa). Su apuesta tiene que ver con otro enfoque: "Trabajar ciertas materias, como igualdad, coeducación o convivencia, de manera transversal y sin la necesidad de crear una asignatura específica".

Con la representante de los padres coincide el representante de los alumnos. Carles López, presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), explica en conversación con infoLibre que "la educación tiene que ser una herramienta para formar transversalmente al estudiante". Rechaza, en este sentido, "entrar en una guerra de nombres por las asignaturas sin hablar de contenidos". Es fundamental, por tanto, trabajar sobre los contenidos e incluir otros nuevos, pero "cualquier reforma tendrá que tender a la racionalización de un currículo que es excesivamente largo", advierte.

Rafael Feito, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), sitúa las propuestas de los partidos en el apartado de "ocurrencias de campaña electoral". Feito se reconoce "reacio" a la implantación de nuevas asignaturas y lo justifica explicando que "el currículo es sumamente excesivo". El sociólogo comparte la idea de integrar diferentes conocimientos y sensibilidades de forma transversal en todas las materias, aunque también recuerda que Educación para la Ciudadanía ya intentaba cubrir esa necesidad. En todo caso, el catedrático reitera la importancia de introducir una perspectiva de género o conocimientos sobre la esfera política y las leyes, "pero plantear una asignatura específica por cada problema que surja es una barbaridad", afirma.

La unanimidad entre las fuentes consultadas la ratifica César Coll, catedrático de Psicología Evolutiva en la Universitat de Barcelona (UB). Al otro lado del teléfono, el docente sostiene que "en esta discusión hay que diferenciar la relevancia de los contenidos de la propuesta curricular de las asignaturas". Y es que "no hay duda de que es importante que estos contenidos se trabajen y se conozcan", pero "que eso se convierta en asignatura es un error", sentencia. El motivo más evidente, relata, es que "el horario no es un chicle", de manera que "no puedes añadir cosas sin quitar otras".

Coll reflexiona sobre las propuestas de los partidos y coincide en su vínculo con la campaña electoral. "Es un clásico", comenta. Aunque le resta peso. "Si estudiamos propuestas similares en los últimos 20 años, veremos que luego no se concretan", observa.

Nuevo escenario

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Añade Coll otra conclusión. Hoy día, dice, "en este nuevo escenario, es evidente que las cosas no se aprenden sólo en las escuelas y a través de la educación formal", sino que "hay muchos temas de relevancia social que se tienen que trabajar de otra manera". Introduce en este punto un nuevo modelo: "Cada vez más, la organización curricular pasa por trabajar en torno a situaciones reales, problemas, proyectos que por definición son interdisciplinares". Se refiere, el catedrático, a una nueva tendencia a "organizar el conocimiento pero no alrededor de las materias tradicionales ni las asignaturas clásicas".

El paradigma de esta nueva tendencia es, de nuevo, un país pionero en materia educativa: Finlandia. En su última reforma curricular de 2015, el país impulsó un modelo que superaba la concepción clásica de las asignaturas y trabajaba en lo que denominaron aprendizaje basado en fenómenos. "A partir de situaciones reales, se estudia cómo abordar determinados problemas, qué conocimientos hacen falta y trabajarlos", explica Coll. No se trata, por tanto, de "negar los conocimientos, sino de entender que el acceso pasa por una funcionalidad en términos reales". Y siempre a través de "metodologías de indagación, de proyectos, del aprendizaje basado en casos, en la vida del alumno", con el objetivo de "formarle para que pueda actuar de manera competente". Para el catedrático, caminar en el sentido opuesto supone "no entender el sino de los tiempos y estar al margen de las tendencias pedagógicas".

También Carles López remarca esta tendencia y apuesta por "avanzar hacia una educación por competencias y la racionalización del currículo educativo". Llama, para ello, a iniciar un "proceso de reflexión" y a que todos los agentes trabajen por "ponerse de acuerdo". "Llevamos muchos años hablando de la racionalización del currículo, pero la estructura educativa no ha cambiado sustancialmente desde los noventa", lamenta.

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