28A | Elecciones generales

La batalla de las tres derechas: críticas cruzadas con la mirada puesta en un pacto tras el 28A

Santiago Abascal, acompañado de algunos dirigentes de Vox, Pablo Casado, también con su equipo del PP, y Albert Rivera con personal de Ciudadanos.

Le gusten o no los resultados que arrojan las encuestas para el 28 de abril, hay algo que casi ninguna formación política pone en duda: el próximo Gobierno estará liderado por el socialista Pedro Sánchez –y los aliados que necesite hasta completar la mayoría absoluta– o por Pablo Casado, intentando reeditar un pacto a la andaluza.un pacto a la andaluza Es decir, sumando los escaños de Ciudadanos y de los ultraderechistas de Vox. También, reeditando la polémica foto de la madrileña Plaza de Colón, cuando las tres derechas se unieron para denunciar las "cesiones" del presidente del Gobierno a los nacionalistas catalanes.

En el bloque de la derecha, la campaña electoral que arrancó este viernes se juega en dos planos: el de las críticas a un Pedro Sánchez entregado a los nacionalistas. Y el de la pelea por el liderazgo de este grupo ideológico: críticas cruzadas con la mirada puesta en que el 28A puedan sumar escaños. Y formar Gobierno.

En el entorno del presidente del PP se declaran convencidos de que tiene serias opciones de ser presidente del Gobierno con el apoyo de Albert Rivera y Santiago Abascal. Insisten, eso sí, en la llamada al voto útil. "Cuanto más se concentre el voto en torno a Pablo Casado, menos posibilidades de que gobierne Sánchez", dicen. Esto es "clave", subrayan, en las circunscripciones que reparten menos diputados, aunque el último sondeo del CIS pone en cuarentena esta tesis.

Los conservadores no se creen los resultados de esta encuesta –obtendrían entre 66 a 76 actas–, consideran que están "bastante cerca" de los cien escaños y tienen claro que Vox ha llegado ya a su techo –entre 29 y 37 escaños, según el CIS–. El daño que el partido de Abascal puede hacer al PP es tan grande traducido en diputados que hasta Pablo Casado, que hace meses se cansaba de señalar que no iba a meterse con Vox porque eso implicaba atacar también a posibles votantes del PP, ya no tiene ningún problema a la hora de intentar dar a los ultraderechistas donde más puede dolerles: la falta de experiencia, la radicalidad de algunas de sus iniciativas y el haber vivido años a costa del PP.

infoLibre repasa las principales críticas que se dirigen PP, Ciudadanos y Vox.

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Hay muchas de las críticas que el jefe de los conservadores dedica a sus compañeros de la foto de Colón que van en pack. Como si Cs y Vox fuesen partidos gemelos. Estas van dirigidas, sobre todo, a destacar su falta de experiencia y de estructura territorial.

"Muchos quieren imitarnos, pero no les sale", diría en la clausura de la convención nacional del PP celebrada en Madrid el pasado febrero. "Creo sinceramente que aquellos que se fueron a buscar al PP fuera del PP no lo han encontrado y no lo van a encontrar", insistiría. "Venden humo", ha dicho ya en campaña sobre sus rivales.

El miedo a una alianza PSOE-Cs

El principal dardo que Casado lanza a Albert Rivera es el de la poca fiabilidad de Ciudadanos. De hecho, ha llegado a mostrarse convencido de que si dan los números, el partido naranja se echará en brazos de Pedro Sánchez dándole su apoyo para que siga instalado en la Moncloa. Esta idea la ha repetido el líder del PP en el grueso de sus actos públicos y entrevistas de los últimos días. Se trata de un duro golpe en la línea de flotación de Rivera si se tiene en cuenta que poco después de convocarse las elecciones generales, el partido aprobó que bajo ningún concepto pactaría con el PSOE. 

A los conservadores no le sirve que la decisión fuese votada en los órganos de Cs. Señalan que también en 2015 Rivera "se cansó" de decir que Sánchez no podía contar con ellos y el resultado de estas afirmaciones fue el bautizado como pacto del abrazo.  

También dibuja el PP al partido naranja como una formación alérgica al compromiso. A mojarse por los ciudadanos. Algo que hacen, según la interpretación del PP, para no "desgastarse". El mejor ejemplo para esta queja está en que Inés Arrimadas, siendo la candidata más votada en las últimas elecciones catalanas, no moviese un dedo para presentarse a la investidura.

La número uno del PP al Congreso por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, pretende ser para el PP una "antítesis" de Arrimadas, que también será candidata a la Cámara Baja.

El episodio de los fichajes también ha servido a Casado para intentar desgastar a Ciudadanos. Así, ha llegado a acusar al partido de Rivera de "instigar el transfuguismo" y luego vender como "regeneración y captación de talento" esos movimientos. Así se refería a los fichajes de Cs en caladeros de PSOE y PP, como el de la expresidenta de las Cortes de Castilla y León Silvia Clemente (que tuvo que retirarse tras el pucherazo descubierto en las primarias) o el exministro socialista José Corbacho. 

En contraposición, dibujó un PP al que no le hace falta "ir a pescar en caladeros ajenos ni llamar a personas de otros partidos" porque "tiene cantera de sobra" y personas con "talento" y "experiencia".

Una de las banderas de Casado para estas generales es la aplicación del 155 en Cataluña, asunto para el que necesitaría reunir la mayoría absoluta en el Senado, algo que, a día de hoy, está más que en duda. En este campo, el PP también tiene munición de desgaste contra Cs. Culpan a Rivera de que la extensión de la intervención de la autonomía de Cataluña se limitase a la convocatoria de elecciones.

Las ideas "radicales" de Abascal

No hay ninguna duda de que Pablo Casado ha endurecido el tono contra Vox en las últimas semanas. Si hace meses le costaba calificar al partido de Santiago Abascal de partido de ultraderecha, ahora no tiene problema a la hora de señalar que sus "ideas radicales" no conducirían a "nada bueno".

Como ya adelantó infoLibre la semana pasada y ha confirmado el propio Casado en una entrevista concedida a El Confidencial, en el PP creen que el partido, desde la llegada de su líder actual, recoge las principales demandas de aquellas personas que tienen en mente votar a Vox.

"¿Qué puede ofrecer Vox?", se preguntó Casado este miércoles en el Foro Deloitte-Abc. "Puede ofrecer no haber gestionado nada en su vida y tener unas ideas radicales que no conducirían a nada bueno", respondió en referencia a propuestas de Vox como lo de "llevar pistola" o la de crear "un tipo único del 22% en el IRPF".

Sobre las críticas de Abascal a Vox de "derechita cobarde", Casado ha pedido "respeto" a su excompañero de partido máxime cuando, según recordó, el líder del partido de ultraderecha ha estado "20 años en el Partido Popular" y "cobrando un sueldo del Partido Popular" hasta hace poco tiempo. Se refería a que cuando abandonó el PP de Euskadi fue acogido por un par de organismos de la Comunidad de Madrid con sueldos superiores a los 80.000 euros.

  Ciudadanos

Albert Rivera se presenta como la tercera vía frente al bipartidismo tradicional. Como la alternativa a PP y PSOE. Pero con la dificultad añadida de que parece haber descubierto todas sus cartas antes de que la noche electoral se conozca cómo pueden sumar los diferentes bloques. Así, Ciudadanos sólo pactaría con el PP, algo que no se creen ni socialistas no conservadores.

El pasado viernes, el partido naranja lanzó una campaña contra el líder del PP, acusándole de "tirar la toalla" ante el objetivo de echar a Pedro Sánchez de la Moncloa . Le llaman "Pablo Cansado".

La campaña estaba integrada por seis vídeos sobre Casado. En uno de ellos, dos amigos hablan de política en el vestuario después de haber jugado un partido de fútbol. Ante de las dudas que expone uno de ellos sobre su voto, el otro responde: "Tú imagínate. Minuto 90, pitan penalti, todo el público en contra, te juegas un mundial. ¿Quién pide tirar el penalti, Rivera o Casado?", señala, y él mismo responde: "Pues Rivera, tío, lo tira Rivera, ese no se arruga. Mira Cataluña, ¿se arrugó? No, se los comió con patatas. Vamos, se los merendó. Y ese sí que era un penalti chungo". Casado mientras, añade la propaganda de Cs, estaba "escondidito en el vestuario". "Si está cansado, va arrastrando los pies, ¡parece Pablo Cansado!".

También han lanzado mensajes, vídeos y tuits en los que marcan diferencias con el PP en materia de aborto, eutanasia, o lucha contra la corrupción.

No dar protagonismo a Vox

"Es legítimo que las plantee, pero mi propuesta es no darle más protagonismo a los partidos que hacen propuestas como que haya pistolas en cada casa o que pueda haber tiroteos en los colegios o que los gays sean considerados enfermos", aseguró Rivera sobre el partido de Abascal en una entrevista concedida a Antena 3 a principios de abril, en la que también afirmó que "el populismo está creciendo en todos los rincones". Estas palabras provocaron el enfado del líder ultraderechista.

La semana pasada, en una entrevista concedida a laSexta, Rivera aseguró que su preferencia era formar un gobierno con el PP y sin Vox, pero no descartó su apoyo. "Siempre que no me condicionen mis políticas", añadió. Es lo mismo que lo ocurrido en Andalucía, donde los votos del partido de Abascal fueron necesarios para que PP y Cs gobiernen en la Junta de Andalucía.

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En Vox consideran que vivimos "un panorama de falta de libertades, de discordia social y de centrifugación de España". Y que hacia ellos están dirigiendo la mirada muchos españoles. Como "la última oportunidad de cambiar las cosas". Y creen que son esa "última oportunidad" por "la inacción de los grupos políticos en el Parlamento frente al proceso de independencia de Cataluña, la llegada al poder de Pedro Sánchez mediante pactos con los enemigos de España, y la concatenación de acciones perjudiciales para nuestro país por parte del PSOE y sus socios de Podemos y nacionalistas". 

Abascal no ha tenido en ningún momento dudas sobre la estrategia a seguir respecto a PP y Ciudadanos, los partidos con los que ha pactado en Andalucía y a los que pretende arañar el mayor número de votos.  

Como si fueran eslóganes, el partido de ultraderecha ha calificado al PP, partido del que formó parte, de "derechita cobarde" por ese eterno debate entre los conservadores de si el partido encarna los principios y valores tradicionales de la derecha. Es un mensaje que escuece mucho en Casado y su entorno, que se consideran herederos del "PP verdadero", del PP de las esencias. En este contexto hay que entender la reacción de José María Aznar a estas palabras: "A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde"

Los ataques llegan en determinados momentos a verdaderos exabruptos, como cuando este domingo el jefe de la extrema derecha habló del "penoso espectáculo" de un PP que se "arrodilla" ante EH Bildu.

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En Vox tampoco gustó nada que Casado señalara que Rivera podría ser un buen ministro de Exteriores de un Gobierno que él presidiera. "La derechita cobarde, que ha preservado el nefasto legado de Zapatero, quiere ahora como ministro de Exteriores a un señor que no cree en la soberanía de España y quiere disolverla en una federación internacional", diría Abascal en su cuenta de Twitter.

Otro eslogan, este para Ciudadanos, es el de la "veleta naranja", en alusión a los cambios de opinión del partido de Rivera.

Hace unos días, tras escuchar a Rivera en una entrevista concedida a Antena 3 criticar algunas de las propuestas de Vox, Abascal recurrió a Twitter para atacarle: "Tú sí que estás enfermo, Carlos Alberto. Eres una mentira con patas. Ya sabemos que tus amos (Macron y Soros) te han ordenado atacarnos. Pero como solo se te ocurran esas mentiras tan burdas te van a echar. Que no sirves ni para difamar. Caricato".

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