El presidente de Vox, Santiago Abascal, dejó claro este miércoles que su formación no apoyará la configuración de ningún gobierno alternativo a la izquierda en autonomías y ayuntamientos
si PP y Ciudadanos no se sientan con la formación ultraderechista en una mesa de negociación.
"Sin Vox no hay alternativa a la izquierda", zanjó Abascal en una rueda de prensa en la que analizó el resultado de las elecciones generales del pasado domingo. El líder de la formación de extrema derecha aseguró que "no será difícil llegar a acuerdos con quien se siente a dialogar", pero apuntó que "será absolutamente imposible apoyar un gobierno
de quien ni siquiera se quiere sentar a hablar con Vox".
El partido, según ha explicado estos días, exige abrir conversaciones con todas las formaciones que puedan formar parte de ese gobierno,
excluyendo así la fórmula usada en Andalucía, donde el PP negoció por separado con la ultraderecha y con Ciudadanos. Si conservadores y naranjas van a formar parte del ejecutivo, ha planteado Vox, ambos se tienen que sentar con los de Abascal en una mesa de negociación, aunque si el gobierno estuviera formado en solitario por el PP, Vox se conformaría con llegar a un acuerdo con los conservadores.
Lo que no aclaró Abascal es si Vox exigirá formar parte de los gobiernos autonómicos en los que la formación es imprescindible para llegar a un acuerdo, como son la Comunidad de Madrid y Murcia, aunque sí cree que
tendrían el "derecho" de exigirlo. La decisión la tomará este jueves su Comité Ejecutivo Nacional, que además nombrará las personas encargadas de las negociaciones.
Por la boca muere el pez. El PP y Vox han contado, sin consultarlo, con que Ciudadanos les iba a regalar sus votos en Madrid. Es muy probable que haya intercambio de cromos, y el PsoE se quede con la comunidad a cambio de que Ciudadanos se quede con el ayuntamiento, con lo que Vox y PP se quedarían con dos palmos de narices, y Casado con un pié en la calle y con la leonera revuelta.
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