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La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

La XIII Legislatura

La mayoría absoluta inalterada en el Congreso no afecta a la investidura, pero a Sánchez aún no le salen las cuentas

La decisión de la Mesa del Congreso de mantener la mayoría absoluta de la Cámara en 176 diputados a pesar de que cuatro parlamentarios —tres de JuntsxCat y uno de Esquerra— han sido suspendidos y no pueden ejercer su derecho a voto no afecta a la suma que el candidato socialista, Pedro Sánchez, necesita en la segunda votación en el Congreso para ser investido presidente.

En ese caso a Sánchez le basta con tener más votos a favor que en contra y eso es independiente de la decisión adoptada este miércoles por la Mesa. PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís y PRC sumarán, de apoyar todos al candidato socialista, 173 votos. En contra estarán, previsiblemente, PP, Ciudadanos, Vox, Esquerra, JuntsxCat, EH Bildu y Coalición Canaria, que suman en conjunto en estos momentos 171 diputados. Si se confirman estos dos bloques, todo apunta a que la investidura dependerá de la que hagan los dos parlamentarios de UPN, cuyo líder ya se ha mostrado dispuesto a respaldar la reelección de Sánchez a cambio de que el PSOE facilite un gobierno de la derecha en Navarra, como adelantó infoLibre el sábado. Si votan a favor, Sánchez conseguiría la Presidencia con 175 votos a favor y 171 en contra. Si se abstienen, también lograría la reelección, en ese caso con 173 síes y 171 noes. Si no hay acuerdo y votan en contra, Sánchez perdería la votación porque en caso de empate —173 a 173— su propuesta de investidura decaería.

El órgano de gobierno del Congreso tomó su decisión sobre la mayoría absoluta siguiendo las recomendaciones del informe que encargó la semana pasada a los servicios jurídicos de la institución tras la suspensión de Oriol Junqueras (ERC), Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull (los tres de Junts per Catalunya).

La conclusión de los letrados fue que no debía moverse la mayoría absoluta de los 176 escaños actuales porque su suspensión no altera el número total de diputados: siguen siendo parlamentarios aunque no puedan ejercer como tales.

En este momento son tres las incertidumbres que escapan al control del PSOE y que condicionan la viabilidad de la investidura de Pedro Sánchez:

  La estrategia de Puigdemont

Los cuatro diputados independentistas suspendidos pronto serán tres: Oriol Junqueras renunciará antes de la investidura a su escaño en el Congreso para acreditarse como diputado en el Parlamento Europeo. El líder de Esquerra ya ha pedido permiso al Tribunal Supremo, que le está juzgando en relación con la declaración unilateral de independencia de Cataluña, para acudir a recoger su credencial y acatar la Constitución el próximo 17 de junio.

Su previsible sustitución por otro diputado republicano, que sí tendrá derecho a votar, aumentará a 172 el bloque de votos contrario a Sánchez (PP, Cs, Vox, ERC, JXCat, EH Bildu y CC), uno menos que el previsible bloque a favor (PSOE, UP, PNV, Compromís y PRC). En esa situación seguirán siendo decisivos los parlamentarios de UPN.

No obstante, si JutsxCat, el grupo formado bajo el liderazgo de Carles Puigdemont, cambia de estrategia, tiene en su mano la posibilidad de bloquear la investidura. Si los tres diputados de esta formación renuncian a sus escaños, son sustituidos por parlamentarios con plena capacidad y suman sus votos al bloque del ‘no’ a Sánchez, el candidato socialista no saldría elegido porque los contrarios a su investidura —las derechas y los soberanistas— sumarían 175 diputados, los mismos que los partidarios —con el concurso de UPN— y la propuesta decaería al no haber más votos a favor que en contra.

  La decisión del PNV

La posición de los nacionalistas vascos, cuyo respaldo a Sánchez se ha dado por supuesto desde las elecciones, puede cambiar en función de lo que ocurra en Navarra.

El Partido Socialista de Navarra (PSN) está intentado liderar un gobierno de izquierdas con Geroa Bai —la coalición de la que forma parte el PNV en la comunidad foral—, Podemos y la marca local de IU, pero no suma suficientes escaños. Necesita la participación —o al menos la abstención— de EH Bildu y tanto el PSOE como el PSN aseguran que esa es una línea roja que no piensan traspasar. El partido de Arnaldo Otegi ya ha dejado claro, a su vez, que no facilitará lo que pretenden los socialistas navarros a menos que se sienten a negociar con ellos.

La posibilidad de que el PSN acabe facilitando un gobierno de la derecha —la coalición Navarra Suma, integrada por UPN, Cs y PP—, aunque sea absteniéndose, disgusta a los nacionalistas vascos. Algunos dirigentes, como el responsable del partido en Gipuzkoa, Joseba Egibar, ya han condicionado la investidura de Sánchez a lo que hagan los socialistas en Navarra.

  Las abstenciones

Si laOperación Navarra no fragua, la investidura de Pedro Sánchez dependerá de que la inevitabilidad de una repetición electoral debilite el bloque del ‘no’ y acabe haciendo que alguno de los partidos contrarios a la reelección del candidato socialista se abstenga. Algo parecido a lo que ocurrió en 2016 cuando el PSOE evitó una tercera repetición electoral absteniéndose en la investidura de Mariano Rajoy, una decisión a la que se opuso frontalmente el propio Sánchez.

El PP, el Gobierno e incluso el PSOE ya han sugerido a Ciudadanos que opte por esta solución para evitar una repetición electoral pero su presidente, Albert Rivera, la ha rechazado a pesar de que en años precedentes la había defendido para evitar la disolución anticipada de las Cortes. Este mismo miércoles Ciudadanos ha sugerido que el PSOE debería abstenerse en Navarra para facilitar un gobierno “constitucionalista” y libre de la influencia de nacionalistas e independentistas pero al mismo tiempo ha negado la posibilidad de obrar del mismo modo en el Congreso.

Tampoco parece probable, al menos en estos momentos, una abstención por parte de los partidos soberanistas (ERC, Junts y EH Bildu), sobre todo a la vista de la decisión de Sánchez de apostar por una solución que le permita alcanzar la reelección sin apoyo del independentismo.

La líder de Coalición Canaria, Ana Oramas, reiteró a su vez este miércoles, después de acudir a las consultas con el rey, que su partido votará en contra de cualquier gobierno en el que Unidas Podemos tenga influencia, sea a través de una coalición o mediante cualquier clase de acuerdo programático.

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