El debate de investidura

Sánchez traslada al PSOE que descarta la coalición porque no se fía de la reacción de Iglesias a la sentencia del 'procés'

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tendrán que ser muy imaginativos para llegar este martes a un acuerdo en la reunión que celebrarán en el Congreso de los Diputados (12:00 horas) de cara a la investidura si ninguno de los dos quiere dar la impresión de ceder a las demandas del contrario.

Es la tercera vez que se verán las caras desde las elecciones con convocatoria pública ante los medios de comunicación. La primera fue el 7 de mayo y la segunda el 11 de junio. En ambos casos ninguno de los dos dio por rotas las negociaciones pero tampoco se produjeron avances. Esta vez la diferencia viene de la mano del calendario: ya hay fecha para la votación de investidura. Será dentro de dos semanas y en caso de que Sánchez no logre más votos positivos que negativos se pondrá en marcha el reloj que, si nadie lo remedia, conducirá a la repetición de las elecciones el próximo mes de octubre.

La buena relación personal que los líderes de PSOE y de Unidas Podemos (UP) aseguran haber tejido en los últimos meses no ha logrado despejar la profunda desconfianza que les separa. Sánchez dejó claro este lunes que el recelo no ha disminuido: durante la reunión de la permanente de la Ejecutiva del PSOE confirmó a los principales dirigentes del partido que si descarta un gobierno de coalición con Unidas Podemos es porque no se fía de la reacción de Iglesias a una hipotética sentencia condenatoria de los dirigentes políticos y sociales procesados por su participación en los hechos que dieron lugar a la declaración unilateral de independencia de Cataluña de 2017.

En el PSOE todavía escuece la decisión de UP —que no esperaban— de no apoyar a finales de mayo en la Mesa del Congreso la suspensión de los diputados independentistas procesados, desmarcándose no sólo del PSOE sino del criterio de los servicios jurídicos de la Cámara.

La confesión del candidato socialista ante sus compañeros rechaza implícitamente la oferta que Iglesias le trasladó este lunes a través de varios medios de comunicación comprometiéndose, si hay gobierno de coalición, a someterse al criterio de Sánchez en asuntos tales como Cataluña o la política exterior. Y la decisión de la Ejecutiva socialista de cerrar filas en torno a la línea roja marcada por su líder —que UP no tenga asiento en el Consejo de Ministros— deja poco margen para encontrar un espacio común para el acuerdo.

Nadie quiere confesarlo abiertamente pero lo cierto es que el pesimismo empieza a extenderse en ambos bandos. En Unidas Podemos, según fuentes de esta formación consultadas por infoLibre, han recibido la propuesta de negociación programática como un nuevo gesto del PSOE ante los medios de comunicación en busca de un relato en vez de abrir negociaciones directas en busca de un acuerdo. De ahí que concluyan que Sánchez “da por perdida” la oportunidad de ser investido en el mes de julio.

La propuesta de negociación programática aprobada este lunes por la dirección socialista persigue precisamente, haciendo ver que el acuerdo sobre las medidas es posible, evidenciar que el único obstáculo es la insistencia de Iglesias en que Unidas Podemos tenga asientos en el Consejo de Ministros.

Iglesias, sin embargo, ha trasladado a su entorno que en la reunión de este martes intentará convencer al presidente en funciones de que acepte la entrada de representantes de UP en el gobierno.

Hablar de todo

El líder de Unidas Podemos quiere “hablar de todo”, esto es, de programa, de equipos de gobierno y de estabilidad parlamentaria y espera que los socialistas acaben cediendo algo, “aunque sea poca cosa”, porque según él hasta ahora quien realmente “no ha parado de ceder” ha sido su partido.

Del otro lado no opinan del mismo modo. En el PSOE sostienen que el que no se mueve es Iglesias y subrayan que Sánchez ha dado pasos en varias ocasiones: pasó de pretender un gobierno exclusivamente socialista a aceptar la entrada de dirigentes de UP en altos cargos de la administración y a ofrecer el nombramiento de independientes en el Consejo de Ministros propuestos por Iglesias.

Pedro Sánchez se prepara para intentar la investidura sobre la base de la oferta programática que acaba de trasladar a Unidas Podemos y que ha sido cuidadosamente seleccionada para que no suponga ningún escollo. En el PSOE creen cada vez menos probable que para entonces, dentro de dos semanas, haya un acuerdo sobre el formato del gobierno. Su objetivo es poner a UP en la tesitura de votar en contra de un programa que teóricamente comparten con el único argumento de que no tienen garantizados puestos en el Consejo de Ministros.

De hecho, la propia presidenta del PSOE, Cristina Narbona, insistió este lunes en esa idea al subrayar que si ambas partes no han empezado todavía a negociar sobre medidas concretas es exclusivamente por culpa de Iglesias.

La presencia de miembros de UP en el Consejo de Ministros sigue siendo la línea roja para ambas partes. El PSOE considera inaceptable que sus socios preferentes sean ministros. UP, en cambio, insiste en que es una condición sine qua non. Ellos tampoco se fían de los socialistas y creen que si no tienen presencia en el Gobierno, al más alto nivel, será mucho más difícil impedir que Sánchez desvirtúe los acuerdos entre ambas formaciones.

Si la investidura del 22 y 23 de julio falla, quedarán aún dos meses, hasta el 23 de septiembre, para buscar un acuerdo. Hasta entonces, todos los partidos —también PP, Cs y Esquerra— tienen margen para especular con la posibilidad de una repetición electoral que nadie admite querer y sobre la que ningún partido quiere asumir la responsabilidad.

Tanto Sánchez como Iglesias coinciden en la necesidad de formar gobierno cuanto antes. Ahora sólo falta que se pongan de acuerdo sobre cómo hacerlo.

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