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El debate de investidura

Iglesias hablará de programa y formato del Ejecutivo cuando Sánchez elimine “la línea roja” de “un Gobierno monocolor”

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias conversan en dependencias del Congreso.

El fracaso de la reunión que celebraron este martes en el Congreso Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los líderes del PSOE y Unidas Podemos (UP), mete la legislatura en un callejón sin salida. El punto clave sigue siendo el mismo que hace dos meses: Sánchez no quiere a Iglesias y a sus compañeros de partido sentados a la mesa del Consejo de Ministros y UP lo considera irrenunciable.

Si ninguno de los dos se mueve, el debate de investidura que comenzará el próximo 22 de julio concluirá en una derrota para Sánchez. Y para aumentar la presión sobre Iglesias, en el PSOE dan a entender que no habrá segunda oportunidad. O el presidente en funciones es reelegido ahora o habrá que ir a nuevas elecciones el próximo mes de noviembre, argumentan.

Por primera vez desde las elecciones del 28 de abril, los socialistas hicieron bien visible su malestar. La portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, acusó a Iglesias de negarse a negociar un programa común con el PSOE y de estar más interesado en “los nombres para formar un gobierno” que en los contenidos. En el mismo sentido fuentes socialistas trasladaron a la prensa que Iglesias exigió en la reunión ser nombrado vicepresidente del Gobierno.

Unidas Podemos no sólo lo niega sino que fuentes de la dirección de Pablo Iglesias consultadas por infoLibre aseguran que lo que su líder pidió a Sánchez fue que “elimine la línea roja del gobierno monocolor”. Si lo hace, añadieron, UP está dispuesta a sentarse con el PSOE y hablar de todo, del programa y del formato de gobierno.

Y aunque la propuesta programática que los socialistas aprobaron el lunes les parece “una broma”, porque a su juicio ni siquiera recogen los acuerdos para Presupuestos, están dispuestos a que sea la base para hablar. Pero siempre y cuando Sánchez retire previamente su exigencia de formar un gobierno monocolor.

Ese es, según las mismas fuentes, el obstáculo que mantiene paralizada la negociación. Por eso, aseguran, no se ha hablado de puestos en el Gobierno, como filtró el PSOE. “No ha habido manera de hacer que Sánchez renuncie a tener como punto de partida que sea un Gobierno monocolor”, algo que UP considera un sinsentido y a lo que no está dispuesto a ceder.

El PSOE afirma, en cambio, que en las últimas cuatro semanas no ha hecho más que hacer propuestas y que Iglesias no ha respondido a ninguna de ellas: un acuerdo de programa, un acuerdo institucional que haría de Unidas Podemos su socio preferente, una comisión de seguimiento de los pactos y hasta una oferta para incluir en el Ejecutivo a independientes propuestos por Iglesias.

UP afirma lo contrario, que son ellos los que no han parado de hacer propuestas y que es el PSOE el que no sólo no se mueve sino que amenaza con ir a elecciones si Sánchez no sale elegido en la votación de julio. “Es una estrategia absolutamente suicida y equivocada”, sostienen fuentes de Unidas Podemos, aunque no les preocupa porque creen que “nadie la va a entender”. Los socialistas buscan el “desgaste” de Podemos confiando en que así acaben cediendo. Y eso no va a pasar, advierten.

El conflicto catalán

En la reunión de este martes, siempre según UP, Iglesias trasladó también a Sánchez su voluntad de que el conflicto catalán no suponga un problema para formar un gobierno conjunto, poniendo por escrito que será leal a la gestión que el presidente haga de lo que ocurra en Cataluña tras la sentencia sobre el procés y votará con el PSOE en las Cortes lo que el Ejecutivo decida. Una oferta que no convence a los socialistas, para quienes decir que el presidente es quien tiene el liderazgo de la posición del Gobierno de la nación no es más que “una obviedad”.

La dirección de UP sospecha que el PSOE planea utilizar la sentencia del procés para presionarlesprocés a ellos, y sobre todo a PP y Ciudadanos, para sacar adelante la investidura en septiembre, cuando la única salida sea ya la repetición de elecciones.

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Los de Pablo Iglesias, sin embargo, no creen que la solución se vaya a demorar hasta entonces. Se muestran convencidos de que acabará habiendo disensiones internas dentro del PSOE, sobre todo después de que Lastra elevase el tono contra ellos, y eso acabará forzando a Sánchez a ceder, apuntan.

Los socialistas, por su parte, se quejan de que Iglesias no quiera hablar de programa y le acusan de querer únicamente cerrar un compromiso para incluir miembros de UP en el Gobierno, entre ellos él mismo en calidad de vicepresidente. E insisten en que “ningún votante de izquierdas entendería una nuevo bloqueo” por parte de Unidas Podemos, en referencia al año 2016, cuando la formación de Iglesias votó en contra de la investidura de Sánchez después de que el líder del PSOE hubiese firmado un pacto con Ciudadanos. “Ojalá Iglesias no quiera, por segunda vez, impedir que haya un gobierno de izquierdas”, señalan fuentes del Gobierno.

Desde el PSOE insisten en su argumentario para justificar la negativa de Sánchez a formar un gobierno de coalición. “UP y PSOE no suman 176 diputados y hemos dicho que no queremos hacer descansar la legislatura en los partidos independentistas”. Por eso, sin renunciar a un gobierno progresista, “necesitamos llegar a un acuerdo que sume distintas sensibilidades”. “Lo que tenemos que hacer es sentarnos a negociar ese acuerdo de cooperación” y “si Pablo Iglesias prefiere hablar de personas y no de programa, la situación no va a cambiar en septiembre. No habría segunda oportunidad”, advierten.

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