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Eutanasia

Un millón de firmas en el Congreso para que los partidos no se olviden de la muerte digna

Ángel Hernández, que ayudó a suicidarse a su mujer, frente al Congreso de los Diputados.

Los ciudadanos vuelven a colocar el debate sobre la eutanasia en la agenda política. Con la sociedad cada vez más concienciada y con los últimos casos de muerte digna grabados a fuego en la mente de media España, este viernes se han presentado en el Congreso de los Diputados más de un millón de firmas sobre esta cuestión. Una parte importante, 600.000 rúbricas, fueron recabadas por el médico Marcos Hourmann para exigir a la Fiscalía que no presentara cargos contra Ángel Hernández, el madrileño que ayudó a su mujer a poner fin a años de sufrimiento por culpa de la esclerosis múltiple y cuyo caso se encuentra ahora en un juzgado de violencia de género. A estas firmas hay que sumar las 374.000 logradas por Txema Lorente, que no pudo cumplir la promesa de ofrecer un final digno a su esposa –enferma de alzhéimer– cuando ya no les reconociera y que no ha parado de moverse para pedir la despenalización de la eutanasia y el suicidio médicamente asistido. En la misma dirección van las otras 99.000 firmas conseguidas por Asunción Gómez-Bueno, la viuda de Luis de Marcos.

La sociedad española, como se encargan de recordar las organizaciones a favor del derecho a morir dignamente, siempre ha ido un paso por delante de la política en esta materia. Y sólo hay que mirar las encuestas para darse cuenta de ello. Uno de los primeros sondeos en los que se abordaba este asunto fue elaborado en 2009 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en el que se recogía que el 73,6% de la ciudadanía se mostraba a favor de regular por ley la eutanasia, frente a solo el 10,3% que lo rechazaba con “total seguridad”. Casi una década después, los apoyos al derecho a morir dignamente se han incrementado ligeramente. Según datos del barómetro Ipsos sobre neurociencia y sociedad, en 2018 un 85% de la población se mostraba a favor de la regulación, de los que el 49% dijo estar convencido. La última encuesta publicada hasta la fecha, la del Sociómetro del Gobierno Vasco, desvela que un 85% de los habitantes de esta región quieren que se recoja por ley el derecho a una muerte digna.

La presentación de las firmas, explican sus promotores en conversación con infoLibre, busca principalmente mantener la presión sobre los partidos para evitar que los compromisos adquiridos caigan en el olvido. Gómez-Bueno se muestra convencida de que esta legislatura va a ser “la definitiva”. “No podemos dejar de confiar, porque si lo hago mi vida deja de tener sentido. Lo vamos a conseguir tarde o temprano, tardando poco o mucho, pero lo vamos a conseguir”, apunta la viuda de Luis de Marcos, que señala que “sus señorías van muy por detrás de la sociedad” y que “el hecho de que una persona pueda disponer del final de su propia vida” es algo que debería estar “por encima de cualquier ideología”. Gómez-Bueno, que explica que despenalizar la eutanasia “no obliga a nadie a aplicarla”, recuerda que la mayor parte de los españoles están a favor. Algo que apoya, incluso, el 74% de los votantes conservadores, de los que un 35% se muestran totalmente convencidos, según se recogía en la encuesta de Ipsos.

En la misma línea se pronuncia Marcos Hourmann, el primer médico condenado en España por ayudar a morir a una paciente, que explica que la presentación de las firmas es un movimiento con el que pretenden decir a los partidos políticos “aquí estamos todavía” y que hay gente que “sigue sufriendo”. El médico recuerda que la mayoría del Congreso de los Diputados se mostró durante la pasada legislatura a favor de una ley que despenalice la eutanasia, una iniciativa que estuvo a punto de salir adelante pero que acabó finalmente guardada en un cajón. A diferencia de Gómez-Bueno, Hourmann no tiene del todo claro que esta vaya a ser esta la legislatura definitiva. Primero, dice, por el “juego de tronos” que está impidiendo que se forme un Gobierno. Y, segundo, porque en estos dos últimos meses y medio “ni se ha mencionado el tema”.

“Ley primordial” para el PSOE

Pero lo cierto es que tanto PSOE como Unidas Podemos se han comprometido a hacer que estas demandas planteadas permanentemente por la ciudadanía lleguen a buen puerto. En su programa electoral de cara a las elecciones generales del 28A, en el apartado de medidas de humanización del Sistema Nacional de Salud, los socialistas plantean abiertamente la aprobación de “una ley para regular la eutanasia y la muerte digna, defendiendo el derecho a elegir con libertad hasta el último minuto de nuestra vida, y el derecho a recibir la mejor atención médica en su tramo más difícil”. Ahora, tras la cita con las urnas, siguen manteniendo su compromiso. Fuentes socialistas aseguran en conversación con infoLibre que el impulso de esta medida durante la legislatura será una de sus prioridades al considerarla una “ley primordial”. “Todas las leyes progresistas que se quedaron en un cajón intentaremos volver a plantearlas”, añaden esas mismas fuentes, que señalan que el partido liderado por Pedro Sánchez tiene “muy clara” su posición sobre este asunto.

Como el PSOE, Unidas Podemos también dará la batalla. A ello se comprometió la coalición electoral en el punto 126 de su programa: “Toda persona que padezca un sufrimiento irreversible debe tener reconocido el derecho y la libertad de poner fin a ese sufrimiento. Para ello, registraremos una ley con todas las garantías necesarias para las personas que deciden poner fin a su vida, así como para los y las profesionales que las asisten”. Del mismo modo, también Ciudadanos planteaba en su documento programático la aprobación de la Ley de Derechos y Garantías al Final de la Vida, una norma con la que buscan “garantizar el derecho a cuidados paliativos de todos los ciudadanos” y que se “respeten las voluntades recogidas en sus testamento y se evite el sufrimiento en caso de enfermedad no tratable con consecuencia irreversible de muerte o en fase terminal”. Una propuesta que contrasta con la posición de bloqueo que el partido naranja mantuvo durante la pasada legislatura con la proposición de ley planteada por el PSOE garantizar el derecho a una muerte digna. 

Tres intentos hundidos por los bloqueos

Decenas de iniciativas se acumulan en el Congreso tras dos meses de casi completa inactividad

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Desde 1994, el Congreso de los Diputados lleva acogiendo iniciativas parlamentarias orientadas a la despenalización de la eutanasia. Sin embargo, hasta el momento no ha prosperado ninguna o por el rechazo explícito de los grupos o por la dejadez de funciones de los mismos. Sólo durante la pasada legislatura se plantearon tres proposiciones de ley diferentes en esta materia. La primera llegó a la Cámara Baja de la mano de Unidos Podemos en enero de 2017, aunque su toma en consideración fue rechazada por el Pleno gracias a los votos en contra de PP, PSOE y Ciudadanos, que consideraron que no era “prioritaria”, que requería un “debate sosegado” y que presentaba “deficiencias importantes”. La segunda y la tercera entraron en el Congreso de los Diputados durante los meses siguientes. Una de ellas procedía del PSOE, que la registró tres semanas antes de que Pedro Sánchez alcanzara La Moncloa. La otra, del Parlamento de Cataluña, que se quedó paralizada a la espera de ver cómo se resolvía la tramitación de la primera.

La iniciativa socialista tenía todas las papeletas para llegar a buen puerto. Y más después de que el Pleno del Congreso admitiese su toma en consideración con los votos a favor de Unidos Podemos, Ciudadanos –hasta el último momento se mantuvo en la abstención–, ERC, PNV, PDeCat, Compromís y EH Bildu. El PP fue el único que se quedó en el no. Por eso, los conservadores intentaron tumbarla meses después presentando una enmienda a la totalidad, que fue rechazada por el resto de grupos. Con casi todo el hemiciclo del lado del PSOE, parecía que la despenalización de la eutanasia para mayores de edad con una enfermedad grave y discapacitados graves crónicos era cuestión de tiempo. Fue entonces cuando comenzó la travesía por el desierto. PP y Ciudadanos, que controlaban la Mesa de la Cámara, se dedicaron a ampliar semanalmente el plazo de enmiendas. Un bloqueo que el partido naranja amenazó con no levantar hasta que no se aprobase su propuesta de ley de cuidados paliativos y que se mantuvo hasta la disolución de las Cortes, que se llevó por delante la iniciativa socialista.

Como consecuencia de las disputas políticas y los bloqueos estratégicos, el artículo 143 del Código Penal, el que castiga la cooperación al suicidio, sigue manteniendo a muchas personas en un sufrimiento permanente. Gómez Bueno, sin embargo, espera que no por mucho más tiempo. En este sentido, recuerda que las formaciones de izquierdas “se comprometieron” cuando se disolvieron las Cortes a volver a llevar la despenalización de la eutanasia al Congreso cuando “se reanudara la actividad parlamentaria”. Y ahora que entre Unidos Podemos y el PSOE controlan la Mesa de la Cámara Baja, confía en que los bloqueos no sean una amenaza. Lo que le preocupa, reconoce, es “cuándo se va a poner en marcha la maquinaria”, en referencia a la formación de Gobierno y al pleno funcionamiento de la actividad parlamentaria. “Mientras nuestros señorías se están repartiendo cargos, hay mucha gente que está sufriendo. Es muy triste”, lamenta la viuda de Luis de Marcos.

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