El debate de investidura

La renuncia de Iglesias traslada a Sánchez la presión para formar el Gobierno de coalición

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, momentos antes de grabar el vídeo en el que anunció su renuncia a estar en el Consejo de Ministros.

La renuncia de Pablo Iglesias a formar parte del Consejo de Ministros desbloqueó este viernes la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos para intentar formar Gobierno y trasladó al candidato socialista, Pedro Sánchez, la presión de hacer realidad un Ejecutivo de coalición a sólo 48 horas de que comience el debate de investidura.

No será fácil. El PSOE recibió el gesto de Iglesias abriendo la puerta a una negociación —“sin vetos ni imposiciones podemos llegar a un acuerdo”, señalaron fuentes socialistas— pero insistió en que primero hay que pactar el programa político para la legislatura y después empezar a discutir la composición del Gobierno. Ese es el criterio del equipo de Sánchez en la Moncloa, según las fuentes consultadas por infoLibre. A partir de este momento, “el mensaje clave es primero programa y luego Gobierno”, subrayaron, aunque la falta de tiempo solapará en la práctica ambas negociaciones.

Deberán darse prisa. El PSOE ya dispone de un documento 50 páginas para iniciar el diálogo (se puede consultar aquí) y de un equipo negociador liderado por la portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, e integrado por la diputada y secretaria de Educación del PSOE, María Luz Martínez Seijo, la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y el secretario de Acción Electoral del PSOE y también diputado, Francisco Salazar. Unidas Podemos, en cambio, no ha presentado todavía ningún documento y sólo ha hecho público el nombramiento del máximo responsable de las negociaciones, que será Pablo Echenique. No obstante, hace semanas que aseguran tener todo preparado para sentarse a hablar en cuanto el PSOE aceptase el Gobierno de coalición.

PSOE y UP saben que, aunque el debate de investidura comienza el lunes, la fecha clave es el jueves. Así que disponen de cinco días para cerrar un acuerdo. Ese día la candidatura de Sánchez a la Presidencia no necesita una mayoría absoluta (176 diputados), sino que simplemente deberá sumar más votos a favor que en contra (mayoría simple).

El candidato socialista tendrá enfrente a PP (66 escaños), Ciudadanos (57), Vox (24), UPN (2), Coalición Canaria (2) y quizá a Junts (4), lo que significa entre 151 y 155 votos en contra. A favor tiene los 123 del PSOE, uno del PRC, seguramente otro de Compromís y con toda probabilidad los seis del PNV, lo que sumaría 131. Si cierra un acuerdo con Unidas Podemos (42) esa cifra alcanzará los 173 diputados y será suficiente para que Sánchez se convierta en presidente siempre y cuando Esquerra (14 escaños), Bildu (4) o ambos grupos a la vez decidan abstenerse. Y aunque no han anunciado todavía qué harán, sus respectivos portavoces ya han dejado clara su intención de no bloquear la investidura del candidato socialista.

Resolver la metodología

Para avanzar en las negociaciones lo primero que PSOE y UP deben resolver es la metodología. Los socialistas quieren reunir a los equipos de ambos partidos, cerrar primero el programa y discutir después la composición del Gobierno, lo que implica decidir qué ministerios quedarán en manos de la formación de Pablo Iglesias y qué nombres propone UP para dirigirlos.

Unidas Podemos, en cambio, defiende abrir una negociación “integral”, esto es, que incluya “programa y equipos”. Hasta ahora el líder morado ha insistido en negociar ambas cosas a la vez y está por ver si aceptará empezar por el programa después de que el PSOE haya aceptado que el formato del Gobierno sea de coalición.

Cuando resuelvan el programa político, que Sánchez quiere hacer girar en torno a cinco puntos (empleo digno y pensiones justas, feminismo y lucha contra la desigualdad social, emergencia climática y transición ecológica, avance tecnológico y transición digital y modelo territorial y europeo), PSOE y Unidas Podemos deberán entrar en la estructura del nuevo gobierno, la distribución de puestos —cuántos departamentos quedan en manos socialistas y cuántos en las de UP— y quiénes se harán cargo de los ministerios bajo responsabilidad de los de Pablo Iglesias.

Fuentes socialistas aseguraron el jueves que Unidas Podemos pretende una vicepresidencia social y los ministerios de Hacienda y Trabajo además de responsabilidades en Comunicación. UP sostiene que nunca ha entrado a hablar de ministerios concretos.

Al reparto se refirió Iglesias este viernes en el vídeo en el que anunció su renuncia a estar en el Consejo de Ministros: quiere que se corresponda con los votos de cada formación. PSOE y Unidas Podemos sumaron conjuntamente en las elecciones del 28 de abril un total de 11,2 millones de sufragios de los que un 66,7% fueron para los socialistas y un 33,3% para UP. Eso significa que, si la estructura del nuevo Ejecutivo fuese similar a la actual, los de Pablo Iglesias aspiran a controlar la tercera parte: seis ministerios. Si se tuvieran en cuenta los escaños, la proporción para UP se reduciría a una cuarta parte: entre cuatro y cinco ministerios.

 

El 70% de votantes del PSOE es partidario de que Sánchez incluya en su Gobierno a ministros de Unidas Podemos

El 70% de votantes del PSOE es partidario de que Sánchez incluya en su Gobierno a ministros de Unidas Podemos

Quiénes vayan a ocupar esos puestos será, llegado el caso, el último obstáculo para cerrar el Gobierno. Sánchez ha insistido en los últimos días en su disposición a “consensuar” los nombres de los ministros de Unidas Podemos, siempre sobre la base de perfiles “cualificados” en función de los departamentos de los que se vayan a ocupar. La portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá, insistió este viernes en la misma idea: se trata de dar entrada a “personas representativas con conocimientos técnicos”, “porque es impensable que alguien que tiene que liderar un ministerio no los tenga. Para nosotros no es admisible” otro planteamiento, subrayó.

¿Por qué habla Sánchez de consensuar los nombres? “Porque yo no quiero vetar a nadie”, explicó en la entrevista que concedió a La Sexta el jueves, “pero tampoco quiero que me impongan a mí los nombres. Porque al final yo voy a ser el primer y el último responsable de lo que hagan esos ministros, sean del Partido Socialista, sean independientes o sean de Unidos Podemos”.

Después de tres meses sin avances, las próximas horas resultarán claves para conocer si PSOE y Unidas Podemos son capaces de llevar las negociaciones a buen puerto. Si lo consiguen, en una semana podría haber nuevo Gobierno y la legislatura estaría en condiciones de empezar a andar.

Más sobre este tema
stats