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El debate de investidura

Casado advierte a Sánchez: "Con los radicales puede ser investido pero no puede gobernar"

El líder del PP, Pablo Casado, en el debate de investidura de Pedro Sánchez.

A las 16.00 horas de este lunes subía a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados el presidente del Partido Popular. Pablo Casado inauguraba el turno de la oposición en el debate de investidura del socialista Pedro Sánchez cargando contra el discurso que horas antes había pronunciado el presidente en funciones. Era su estreno en un Pleno de este tipo cuando acaba de cumplirse un año de su llegada a la Presidencia del Partido Popular.

"Dos horas de discurso para no decir nada. Casi nada. Dos horas sin ver el elefante en la habitación: el elefante morado con un lazo amarillo al que usted no se ha referido en dos horas. Ni a Podemos ni a los socios independentistas", dijo Casado.

El líder de los conservadores echó en cara al presidente en funciones que en su discurso haya obviado a Unidos Podemos y haya esquivado la crisis catalana. Y, en el supuesto de que encuentre los apoyos para ser investido en el debate que arrancó este lunes, le auguró un futuro nada prometedor: "Con los radicales puede ser investido pero no puede gobernar".

Casado exigió a Sánchez que expliqué cómo y con quién quiere gobernar. Los conservadores, dijo, votarán no. Pero harán una oposición "leal". "En ningún momento hemos dejado de tender la mano a los pactos de Estado", mantuvo.

Preguntas para el presidente en funciones

El jefe de los conservadores vertebró su intervención en una batería de preguntas para Pedro Sánchez. "¿Qué había venido a hacer aquí?", fue la primera de ellas.  

"¿Quién es usted ahora?" fue la segunda pregunta. Porque, a ojos del jefe de los conservadores, es imposible saber si ahora estamos en "la fase del no es no" o  en "la del sí por el sí".

"¿Dónde están sus apoyos reales?", fue otra de las cuestiones que Casado espetó al presidente del Gobierno en funciones. En este momento, el líder del PP mostró su extrañeza de que Sánchez hubiese esquivado alusiones directas al partido morado cuando han pactado con ellos en "diez capitales de provincia, diez diputaciones y cuatro autonomías".

La cuarta pregunta para la que Casado pidió respuesta al presidente fue la de "¿para hacer qué se presenta a esta investidura?". A su juicio, muchas de las ideas que le había escuchado desde la tribuna son buenas propuestas. Pero hay un problema, dijo: "No hay un programa completo de gobierno y mucho menos de investidura".

"¿Hasta cuándo va a jugar a este juego de trileros?", cerró el manojo de preguntas de Casado dirigido al jefe de los socialistas.

En la réplica, tras escuchar a Sánchez pedir con insistencia la abstención del PP, Casado tiró de ironía asegurando que quizá si hubiese recibido menos insultos suyos cabría que se lo replantease.

El presidente del PP subrayó que Sánchez tiene la verdadera intención de revalidar sus apoyos de la moción de censura de hace ahora poco más de un año. "Sigue contemporizando con aquellos que quieren romper España", le dijo. Después consideraría que el presidente en funciones se ha colado "en el lado equivocado de la historia".

En las filas del PP vieron a su líder "contundente, claro y siempre manteniendo el sentido de Estado" frente a la "farsa" del presidente del Gobierno en funciones. "Desde el primer momento ha dado con las claves: qué pasa con la negociación con Podemos y con los independentistas. Eso es lo que quieren saber con los españoles", aseguran fuentes de la formación conservadora.

Cuatro reuniones Casado-Sánchez

Casado retomó con este discurso la actividad política tras semanas en un discreto segundo plano en las que ha acudido a la Moncloa en todas las ocasiones que ha sido convocado por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Estos encuentros han sido prácticamente la única actividad pública del jefe de los conservadores.

En todas estas ocasiones, el jefe de los conservadores dejó claro al líder de los socialistas que no podía contar con él para la investidura. Ni para un voto a favor ni para un voto en contra. La argumentación ha sido siempre la misma: al PP le corresponde liderar la oposición. No es un partido bisagra. Y sería totalmente contradictorio permitir un Gobierno de PSOE y a la vez intentar ubicarse como principal rival ideológico.

Paralelamente, sectores del partido sin gran peso orgánico, han demandado a Casado que se abstuviera por sentido de Estado y por responsabilidad. Pero la respuesta de la dirección nacional ha sido siempre la misma: si para algo está el PP no es para facilitar un Gobierno socialista, sino para dificultarlo.

En un momento en el que Albert Rivera (Ciudadanos) ha llegado a erigirse como líder de la oposición, Casado llegó a decir que él no vería mal que otras fuerzas “constitucionalistas”, en clara alusión al partido naranja, permitieran el desbloqueo para evitar llevar a los españoles a unas nuevas elecciones. También se ofreció a mediar con Coalición Canaria y Navarra Suma —coalición integrada por Unión del Pueblo Navarro, PP, Cs— a fin de lograr que se abstuvieran y, por tanto, facilitar la investidura del socialista.

Al PP, ha asegurado Casado en los últimos meses podrán encontrarle en los once pactos de Estado que ha ofrecido a Sánchez desde que a finales del pasado mes de julio fue elegido presidente del Partido Popular en el congreso extraordinario de sucesión de Mariano Rajoy.

A primera hora de la mañana, el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, puso las bases del que iba a ser el discurso de su jefe de filas.

El viernes pasado, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se quitó del medio acabando así con la línea roja de los socialistas para negociar un Gobierno de coalición: su entrada en el Ejecutivo.

Así, el PP dice ahora que Sánchez tendrá que explicar “por qué se echa en manos de Podemos desde el minuto uno”.

Pese a que el pacto parece lejos de estar cerrado, García Egea sostuvo que el PSOE “ya tenía mucho más que hablado el gobierno de coalición” con Podemos al igual que ha ocurrido en Valencia o Baleares.

“Es un pacto oculto sin luz no taquígrafos; no hemos visto un solo documento programático en el que se base ese gobierno que va a ser de crispación”, mantuvo.

La reacción al discurso de Sánchez

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Los conservadores creen que el presidente del Gobierno en funciones mintió al decir que el PP ha tejido un cordón contra el PSOE. La muestra de ello, aseguran, está en los casos catalán y Navarro.

En Génova vieron en la intervención de Sánchez un "discurso vacío", sin novedad, al mismo tiempo que recordaban que Casado ya ha ofrecido al jefe del Ejecutivo en funciones pactos de Estado en materia de violencia de género y pensiones, por ejemplo.

También recuerdan que los datos económicos de los que Sánchez sacó pecho en el Pleno son herencia de los años de Gobierno de Mariano Rajoy.

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