El debate de investidura

PP y Ciudadanos se reafirman: no habrá cambio en el sentido del voto a Sánchez en septiembre

García Egea y Casado en el patio del Congreso de los Diputados.

El Partido Popular y Ciudadanos compiten a la hora de ubicarse como principal partido de la oposición por lo ajustado de sus resultados electorales –66 diputados frente a 57–. Pero este jueves, tras tres días de debate de investidura en los que Albert Rivera (Cs) ha exhibido un perfil mucho más duro que Pablo Casado (PP), coincidieron en advertir a Sánchez de que no contará con sus votos si decide someterse a otra sesión de investidura en las próximas semanas. La votación de este jueves activó el reloj que avanza hacia una nueva convocatoria electoral. Si el 23 de septiembre no hay ningún candidato investido, se disolverán las Cámaras para una nueva convocatoria electoral el domingo 10 de noviembre.

Pese a las voces internas que en ambas formaciones piden una reflexión –con mucha más intensidad en el partido naranja, donde ayer mismo dimitió otro miembro de su cúpula– las direcciones nacionales se esfuerzan en alejar este escenario con el argumento de que Sánchez no puede ofrecer ministerios a Unidas Podemos y, al mismo tiempo, pedirles que se abstengan. Ni ahora, ni en agosto, ni en septiembre, señalan.

Si la llamada a PP y Cs para que se abstuvieran fue uno de los ejes del discurso del presidente del Gobierno en funciones durante el Pleno de investidura, todo apunta a que en las próximas semanas seguirá en la misma línea. En la entrevista que concedió a informativos Telecinco pocas horas después del fracasar en el Congreso, Sánchez avanzó que no tiraba la toalla: "Hay que volver al punto de inicio y explorar otros caminos, invito a los tres –en referencia a los líderes de UP, Cs y PP– a dejar de lado cuanto antes los intereses partidarios".

El secretario general del PP fue muy claro al abandonar la sesión plenaria en la que Pedro Sánchez sólo logró sumar un voto a favor –el del diputado del PRC– a los 123 de los parlamentarios del Grupo Parlamentario Socialista. Teodoro García Egea consideró que el camino emprendido por Sánchez en los últimos días es "irreversible, porque había abierto la puerta del Consejo de Ministros a Unidas Podemos. "Nunca antes en la historia se habían abierto las puertas del Consejo a la extrema izquierda". 

 

Por ello, sostuvo el número dos de los conservadores, que el PSOE les pida la abstención es como si el PP planteara que el PSOE se abstuviese para que gobiernen PP y Cs. "Es una quimera y una exigencia que creemos que no es creíble, porque el camino que ha andado Pedro Sánchez exige que el PP se plantee ser el dique de contención de las políticas de izquierdas".

Feijóo entra en escena

Otras fuentes del PP lo resumen así en privado: "La izquierda busca culpables. Y son ellos".

Hasta la fecha, algunos dirigentes conservadores se han mostrado partidarios de que Casado abra un periodo de reflexión sobre la conveniencia o no de permitir que Pedro Sánchez sea investido. En este lado se han ubicado la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández Cherines; la candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; y la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. Hasta la fecha, la respuesta de la dirección nacional del partido ha sido la misma: "No sólo no vamos a permitir la investidura de Sánchez, sino que la vamos a impedir".

La última voz en sumarse a quienes, en público, hablan sobre la posibilidad de una abstención ha sido la de Alberto Núñez Feijóo. El único barón regional del PP que gobierna con mayoría absoluta planteó este jueves, horas antes de la votación en una entrevista concedida a la cadena Ser, que su partido debería "ofrecer la posibilidad de que el PSOE no gobierne con los independentistas". 

No obstante, a renglón seguido añadió lo siguiente: "Deberíamos buscar puntos de encuentro, pero es evidente que el Partido Socialista con el último partido con el que está dispuesto a gobernar en la Cámara es con el Partido Popular".

Ventajas e inconvenientes

Dirigentes del PP nada sospechosos de ser críticos con el actual líder también llevan semanas reflexionando sobre las ventajas e inconvenientes que para Casado tendría permitir que Sánchez sea investido. Las principales, la de ubicarse como un "hombre de Estado" frente a los líderes de Cs y Vox, y la de "reforzar" al ya tocado bipartidismo clásico. Entre los inconvenientes está el peligro de que Albert Rivera saque ventaja en esa carrera en la que está desde el 28A, la del liderazgo de la oposición.

En todo caso, estas fuentes consideran que Casado, que tiene la última palabra, ahora mismo está en el "no rotundo", y también que no podría darse ningún paso en este sentido hasta tener cerrados los gobiernos autonómicos. En el caso de Murcia, salvo sorpresa mayúscula, este viernes será investido presidente Fernando López Miras. Madrid está más complicado. Al cierre de esta edición, Isabel Díaz Ayuso, intentaba cerrar una reunión para el viernes con Ignacio Aguado (Ciudadanos) y Rocío Monasterio (Vox) con la idea de intentar una nueva sesión de investidura la próxima semana. Hasta el momento, Cs y Vox se culpan mutuamente del bloqueose culpan mutuamente del bloqueo.

Casado "necesita tiempo"

La idea de que al PP le vienen bien unas nuevas elecciones generales ha dejado de perder adeptos en el cuartel general de los conservadores a medida que han ido pasando las semanas, una idea compatible con el hecho de que el partido "no tiene miedo" a ir de nuevo a las urnas. Casado, señalan en el partido, no sería la fuerza peor parada de la derecha. E incluso recogería para del voto de los descontentos con Ciudadanos y Vox, pero podría encontrarse en un laberinto similar al de Sánchez. 

Desde el 28A, pese a que lo niegue siempre que se le pregunta, Casado ha moderado el tono, ha reducido sus apariciones públicas y está construyendo el perfil de líder con el que cree que podría "unificar" a los partidos de la derecha. "Necesita tiempo", considera un líder regional en conversación con infoLibre. 

Arrimadas: "España saldrá de esta"

Por su parte, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, dio por hecho que España "saldrá de ésta", pero al mismo tiempo advirtió de que el líder del PSOE no podrá contar con la formación naranja para ser investido antes del 23 de septiembre.

En rueda de prensa en el Congreso, la dirigente naranja calificó de "espectáculo" el debate celebrado este jueves y achacó la falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos a un problema de "sillones", pero no de programa. "Quieren repartirse España como un botín", sostuvo recuperando las palabras de Albert Rivera en su última intervención en el pleno.

 

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En cuanto a un posible cambio de postura de su partido en septiembre, consideró que Sánchez ha "elegido ya" a sus socios y aseguró que el secretario general del PSOE no va a volver a La Moncloa "con sus votos".

La negativa de la Ejecutiva del partido de Rivera a reconsiderar su posición respecto a la investidura de Sánchez ha abierto en Ciudadanos una importante crisis interna, que ha provocado ya importantes bajas en el partido. La última se produjo este mismo jueves, pocas horas después de que terminase el debate de investidura: el economista Francisco de la Torre presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva del partido.

Pero para la dirección de Cs lo que importan son los resultados electorales. Aseguran que los 57 escaños de ahora frente a los 32 de 2016 son una muestra de que la estrategia es la adecuada.

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