Pactos autonómicos

Ciudadanos cierra en Madrid con la extrema derecha el último acuerdo autonómico que tenían pendiente

El líder de Cs en la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado.

Si nada se tuerce, en los próximos días Isabel Díaz Ayuso (PP) será investida presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a los votos de los diputados de Ciudadanos y los de Vox. La candidata conservadora no gobernará en solitario, sino que lo hará con un vicepresidente –Ignacio Aguado– y varios consejeros del partido naranja. Vox, cuyos votos son clave para que PP y Cs gobiernen en coalición, asegura que se apartará en cuanto Ayuso sea investida: "Desde una leal oposición, defenderemos en su integridad nuestro programa político, tal y como nos comprometimos con nuestros electores", puede leerse en el encabezamiento del documento que este mismo jueves trasladaron a PP y Cs desde el partido de extrema derecha y que horas después recibía el visto bueno de Ciudadanos, formación que la semana pasada se negó a aceptar un primer borrador que le trasladó la candidata de Vox, Rocío Monasterio.

La clave para que Isabel Díaz Ayuso fuese investida presidenta de la Comunidad nunca estuvo en manos del Partido Popular. Partido PopularLa candidata, persona de la máxima confianza del líder del PP, Pablo Casado, va a llegar a la Presidencia de esta institución cuando Cs y Vox han logrado entenderse. Y, por paradójico que parezca, Ignacio Aguado va a ser vicepresidente de la Comunidad gracias a los votos de Vox pero negando cualquier tipo de entendimiento con Vox. 

 

Esta actitud del partido liderado por Albert Rivera no es nueva. Ya la vienen ensayando desde principios de año en Andalucía y desde hace una semana en Murcia. El argumentario viene a ser el siguiente: Ciudadanos entra en gobiernos autonómicos gracias al apoyo de Vox, pero nada se contradice con su programa electoral ni con su ideología. Ni nada les vincula a la extrema derecha.Sin problemas a nivel "programático e ideológico"

Sin problemas a nivel "programático e ideológico"

Así lo aseguró Aguado en declaraciones al programa Al Rojo Vivo (laSexta) cuando señaló que el documento trasladado por Monasterio a PP y Cs no choca en nada con las 155 medidas pactadas por ambos partidos. Que no suponen ningún problema "ni a nivel programático ni a nivel ideológico"

 

El documento no recoge demandas clásicas, y muy polémicas de Vox, como la supresión de derechos para las personas LGTBI o el término de "violencia intrafamiliar" como intento de sustituir al concepto de violencia de género. Pero sí incluye otros puntos del ideario de la extrema derecha como el de garantizar "que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tengan acceso directo, de acuerdo siempre con la Ley de Protección de Datos, a la información de que dispone la Administración Regional sobre los extranjeros en situación irregular". O el de que "se gestionarán los recursos destinados a la Cooperación al Desarrollo de la Comunidad de Madrid dando prioridad a proyectos de desarrollo de la región para frenar la despoblación y/o paliar sus efectos en las zonas rurales y mejorar las zonas marginales" de la región. 

El proceso

El desbloqueo en Madrid llega más de un mes después de tiras y aflojas entre Cs y Vox con el PP ejerciendo un papel de intermediario intentando no herir a ninguna de las dos formaciones. Hasta ahora, Díaz Ayuso nunca había tenido los apoyos garantizados. De hecho, el miércoles 10 de julio, Juan Trinidad, presidente de la Asamblea, convocó un debate de investidura sin candidato, algo que permite el reglamento de la Cámara regional. Este paso puso en marcha el reloj hacia unas nuevas elecciones: si el 10 de septiembre no hay candidato investido, se disolverá la Cámara para una nueva convocatoria electoral. Esta siempre ha sido la última baza del PP, convencido de que Cs y Vox eran los menos interesados en que se celebren nuevas autonómicas.

En todo este tiempo, Cs y Vox se han culpado mutuamente de que no hubiese un gobierno en la Comunidad de Madrid. Y cuando en el PP empezaba a cundir la idea de que esto quedaba pendiente para septiembre, Vox movió ficha con un documento similar al que había desbloqueado la investidura en Murcia.

¿Por qué no se aceptaba en Madrid lo que sí se aceptó en Murcia? ¿Por qué se ha tardado más en Madrid que en Murcia cuando, en última instancia, el modelo de gobierno es el mismo y los partidos protagonistas son los mismos? Fuentes del PP conocedoras del proceso ofrecen varias respuestas. Una de ellas es que Madrid es "la joya de la corona" y, tanto Vox como Cs "han estado compitiendo a la hora de que se visibilizase quién ponía más difícil la investidura a Ayuso". Otra es que ni a Rivera ni a Abascal, presidente de Vox, les interesaba que Madrid se cerrase antes del debate de investidura, ya fallido, de Pedro Sánchez. No querían, insisten, que "lo nacional contaminase lo autonómico".

Vox y Cs coinciden en este punto: se reprochan mutuamente que no haya habido antes un gobierno en Madrid.

Tras conocerse el acuerdo, el Partido Popular sacó pecho de que, frente al bloqueo de Pedro Sánchez (PSOE) a nivel nacional, la formación que lidera Casado sí sabe pactar y acordar. Y, de paso, se configura un mapa de España en el que el PP está más fuerte en las instituciones.

 

Juan Trinidad debe ahora convocar una ronda con los grupos antes de proponer a Díaz Ayuso como candidata a una sesión de investidura que podría celebrarse a finales de la semana que viene, según las fuentes parlamentarias consultadas.

El reparto de funciones

El acuerdo de gobierno firmado entre PP y Cs está integrado por 155 puntos. Al cierre de estos, ambas formaciones políticas acuerdan que la candidata a presidenta será Isabel Díaz Ayuso (PP). Y que "en el Gobierno que se constituya con posterioridad, Ciudadanos ocupará la vicepresidencia y portavocía".

Según el citado documento, el Consejo de Gobierno estará compuesto por 13 consejerías: siete corresponderán al Partido Popular y seis a Ciudadanos, una de las cuales estará dirigida por el que será vicepresidente, Ignacio Aguado.

Sin dar por cerrados los nombres de las áreas de Gobierno, el acuerdo atribuye a las consejerías del PP las siguientes competencias: Presidencia, Interior, Emergencias y Desarrollo Local; Hacienda y Función Pública; Sanidad; Educación y Juventud; Justicia; Ordenación del Territorio y Vivienda; Medio Ambiente, Agricultura y Sostenibilidad.

Por su parte, las consejerías de Ciudadanos tendrán competencia sobre Deporte y Transparencia; Economía, Ciencia Competitividad y Empleo; Universidades e Innovación; Asuntos Sociales y Familia; Transportes e Infraestructuras; y Cultura y Turismo.

Andalucía: donde empezó todo

La inauguración de la colaboración entre PP, Ciudadanos y Vox tuvo lugar tras las elecciones autonómicas andaluzas de diciembre de 2018. El candidato del PP, Juanma Moreno, fue elegido presidente de la Junta gracias al apoyo de los partidos de Rivera y Abascal. Y el esquema fue prácticamente el mismo al de Murcia y al planeado para Madrid: la Presidencia para el PP y la Vicepresidencia para Ciudadanos.

Juan Marín, del partido naranja, es el número dos de la Junta. Y, además de tener a su cargo una macroconsejería –Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local–, tiene a otros cuatro compañeros más de su partido con asiento en el Consejo de Gobierno. En Andalucía, el entendimiento también se ha extendido a los Presupuestos.

La entrada en el Gobierno regional no está siendo, no obstante, fácil para el partido de Rivera. Un ejemplo de ello está en la decena de ceses de cargos que ha sufrido en los seis meses que llevan en el Ejecutivo andaluz. La presión de Vox, molesto por el hecho de que Cs intenta trasladar la idea falsa de que no les han necesitado para llegar al Gobierno regional, y la inexperiencia desgastan al partido naranja.

Almeida y Villacís, alcalde y vicealcaldesa... gracias a Vox

También Begoña Villacís (Cs) es vicealcaldesa de Madrid gracias al apoyo de Vox. De hecho, el principio de acuerdo –que después estallaría por los aires– entre PP, Cs y Vox para el Ayuntamiento de Madrid fue de los primeros en cerrarse tras las municipales y autonómicas del 26M puesto que los consistorios se constituyeron el sábado 15 de junio.

José Luis Martínez-Almeida (PP) fue proclamado alcalde de Madrid tras firmar un documento con Vox en el que cada una de las formaciones firmantes entendió una cosa: Vox creía que iba a entrar en el Gobierno municipal con áreas concretas de responsabilidad y el PP asegura que "áreas de Gobierno son todas" no implicando necesariamente la entrada en el Consejo de Gobierno.

En medio de todo este malentendido, o "engaño", según la fuente a la que se consulte, estaba Ciudadanos con su condición de que Vox no entrase en el Ejecutivo municipal. Cuando todas las cartas se pusieron sobre la mesa, Vox decidió "romper" relaciones con el PP, dar por muerto cualquier tipo de pacto y pasar a la oposición sin reclamar ningún tipo de puestos.

Además, Cs logró las Alcaldías de Granada y Palencia gracias a Vox y entró en decenas de gobiernos locales al votar juntas las tres derechas.

Las bajas en el partido de Rivera

Este lunes Albert Rivera reunió en Madrid al máximo órgano de Ciudadanos para ratificar su estrategia frente a quienes creen que el acercamiento a Vox ha sido un error porque ha escorado al partido a la derecha y frente a quienes consideran que se equivocan no replanteándose permitir que Pedro Sánchez gobierne. Señalan los críticos con la dirección del partido naranja que si nos atenemos al número de bajas que ha ido dejando por el camino, el planteamiento de Rivera es más que cuestionable. Pero en la formación lo niegan. Si estuvieran errando, argumentan, no habrían pasado de 32 a 57 diputados.

El presidente de la Asamblea de Madrid convoca el lunes y el martes una ronda para poner fecha a la investidura

Hasta la fecha, el último en dar un portazo ha sido Francisco de la Torre, que presentó el pasado jueves su dimisión. No era una baja cualquiera. Decía adiós un miembro de la Ejecutiva, responsable de política fiscal y secretario de Programas de la Comunidad de Madrid, además de diputado por esta comunidad autónoma reelegido el 28A.

El recién dimitido participó en la votación que realizó Cs hace unas semanas, que fue pedida por los eurodiputados Luis Garicano y Javier Nart y en la que proponían pronunciarse sobre abrir una vía de negociación con Pedro Sánchez. De la Torre votó con la mayoría.

De la votación resultó que 24 miembros de la Ejecutiva optaron por seguir con el "no" a Sánchez, cuatro votaron en contra y tres se abstuvieron. Este resultado provocó la inmediata dimisión del órgano de dirección de Cs de Nart. Era la segunda dimisión en pocos días. Le había precedido la de Toni Roldán, exportavoz económico, y le siguió la del portavoz de Ciudadanos en Baleares, Xavier Pericay.

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