PSOE y Podemos reconstruyen los puentes en La Rioja para formar Gobierno y evitar nuevas elecciones

Con la elección de Isabel Díaz Ayuso el miércoles como presidenta de la Comunidad de Madrid, solo hay una región que todavía no tiene gobierno tras las elecciones del pasado 26 de mayo: La Rioja. Allí, la ruptura de las negociaciones entre PSOE y Podemos el pasado julio condujo a un debate de investidura fallido donde la candidata socialista Concha Andreu y la única diputada morada, Raquel Romero, se culparon mutuamente de haber impedido el primer gobierno de izquierdas en La Rioja tras 24 años de ejecutivos del PP. Las relaciones quedaron muy deterioradas entonces, pero el pragmatismo se ha terminado imponiendo y, desde hace días, PSOE y Podemos negocian de nuevo en unas conversaciones de las que apenas se sabe nada a raíz del pacto que han suscrito ambos partidos para que no haya filtraciones que las hagan descarrilar.

Fue el pasado 16 de julio cuando se consumó una ruptura que llevaba semanas larvándose. Ese día, Romero votó junto al PP y a Ciudadanos para rechazar la investidura de Andreu, a la que apoyó la única diputada de IU, Henar Moreno, que días antes había decidido romper su alianza con Podemos –ambas fuerzas se presentaron en coalición a las elecciones– para mostrar su rechazo a la forma en la que se habían llevado unas negociaciones que se extendieron hasta la misma mañana de la votación, en un intento inútil de salvarlas. La parlamentaria de Podemos acusó al PSOE riojano de ser "una sucursal de Ferraz", mientras el portavoz del grupo socialista en el Parlamento regional criticó que la formación morada solo estuviera pensando en el "coche oficial".

El motivo fundamental del desencuentro fue el reparto de los puestos de poder. Romero exigía entrar al Gobierno de Andreu y pidió que Podemos ocupase tres consejerías –la parlamentaria siempre habló públicamente de "varias", sin descartar incluso  una vicepresidencia– a pesar de tener solo una diputada, un planteamiento del que incluso el secretario general del partido morado, Pablo Iglesias, se desmarcó al asegurar que "uno no puede pedir más de lo que los votos le dan". Los socialistas ni se acercaron a esa exigencia: su última propuesta, realizada la misma mañana del pleno de investidura, fue que Podemos ocupase dos viceconsejerías y un puesto intermedio con competencias de vivienda, pero siempre bajo la batuta de consejeros del PSOE.

El fracaso de las negociaciones supuso un mazazo para una izquierda riojana,que vio como se le escapaba la primera oportunidad de desalojar al PP del Gobierno en 24 años. La investidura fallida de Andreu, además, puso en marcha la cuenta atrás de dos meses tras la cual, si no se ha elegido presidente, se convocan automáticamente elecciones. Ese plazo acaba el 16 de septiembre. Pero, pese al fuerte desencuentro de julio, PSOE y Podemos llevan días reuniéndose de nuevo para tratar de que la sangre no llegue al río y conseguir un Gobierno que evite la repetición de los comicios.

Fue el pasado lunes 12, tras dejar pasar casi un mes para que los ánimos se calmasen, cuando las delegaciones de ambas formaciones se volvieron a reunir para reiniciar las negociaciones. Y, para evitar que vuelvan a enquistarse y fracasen antes de tiempo, PSOE y Podemos han firmado un pacto de silencio por el cual están evitando hacer declaraciones a los medios de comunicación hasta que la negociación llegue a buen puerto o vuelva a saltar por los aires. Un pacto que, de momento, ambos partidos están cumpliendo.

Tras esa primera reunión del lunes, se produjo una segunda el martes y una tercera el miércoles, tras las que ni PSOE y Podemos hicieron ninguna valoración. Lo único que transmiten ambos partidos es que la negociación, que en esta ocasión ha comenzado por la parte programática y no por la estructura del Gobierno, va "avanzando", en palabras de los socialistas, y "bien", según plantea Podemos. A diferencia de lo que ocurrió en julio, el hermetismo es la norma y ninguna de las dos formaciones se ha salido de ese guion, un silencio que suele ser una buena señal en toda negociación.

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Después de los tres días de negociación durante la semana, y pese a que el PSOE aseguró estar dispuesto a seguir negociando estos días, los socialistas y Podemos han acordado reanudar las conversaciones el próximo lunes, tras el festivo de este jueves y el fin de semana. Según el diario regional La Rioja, pese a que las conversaciones ahora mismo giran en torno al programa conjunto que serviría como base de acción del Gobierno –y que tendría que ir en consonancia con el documento pactado entre el PSOE e IU hace un mes–, el PSOE se abre a integrar un consejero de Podemos en su gabinete. Y el partido morado no vería con malos ojos la oferta, pese a la fuerte cesión que supondría con respecto a su exigencia de hace un mes.

Las fuentes consultadas ni siquiera ofrecen una estimación del tiempo que se puede dilatar la negociación. Pero, sea como fuere, que PSOE y Podemos alcanzasen un acuerdo no sería el final del camino, ya que las militancias de ambas formaciones tendrían que ratificarlo en votación. Tanto los estatutos socialistas como los morados así lo exigen si el pacto es de coalición, y en el caso morado, también tendría que consultarse a las bases un eventual apoyo que se limite a la investidura.

En cualquier caso, si se se llega a un acuerdo, el presidente del Parlamento regional, Jesús María García, deberá convocar a los portavoces de los grupos parlamentarios de PSOE, PP, Ciudadanos y Grupo Mixto (IU y Podemos) para informarles de que hay una candidata con opciones de ser elegida. Una vez informados los grupos, se convocaría el pleno de investidura y Andreu tendría dos oportunidades para ser elegida presidenta: en primera votación, con mayoría absoluta, o en una segunda votación 48 horas después, para lo que le serviría con tener mayoría simple.