La cuenta atrás para la investidura

Iglesias advierte a Sánchez del riesgo de acabar cayendo como Salvini e insiste en negociar: "Le tiendo la mano"

Pablo Iglesias, durante su turno de réplica tras la comparecencia del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

Pese a que los puentes entre PSOE y Unidas Podemos están completamente rotos, ambos partidos se resisten a dar públicamente por zanjadas las negociaciones. Este miércoles, durante el pleno de control al Gobierno en el Congreso, el líder de la formación morada, Pablo Iglesias, pidió a su homólogo socialista, Pedro Sánchez, continuar las conversaciones para la investidura y permitir la entrada de Unidas Podemos en su gabinete, una opción que se antoja imposible pero que Iglesias considera la única manera de evitar las elecciones y de que Sánchez siga siendo "la gran esperanza de la socialdemocracia en el mundo" y no acabe descabalgado del Gobierno como líder ultraderechista italiano Matteo Salvini.

El pleno de control al Gobierno de este miércoles es el primero que se celebra desde el 28 de febrero, justo antes de que se disolvieran las cámaras para la convocatoria de elecciones. En él tuvo lugar un largo y crudo cara a cara entre Iglesias y Sánchez apenas un día después de la reunión mantenida el martes entre los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos, el segundo encuentro después de la investidura fallida de julio que tuvo como resultado la ruptura de los puentes entre ambas formaciones. Tal y como dejaron claro tras esa reunión, ambos partidos solo esperan ya que la otra parte ceda en sus pretensiones para evitar unas repetición electoral que los dos aseguran querer evitar.

La mayor parte del rifirrafe entre Sánchez e Iglesias se produjo en el debate sobre las últimas cumbres europeas, que fue el primer tema que se discutió en el orden del día. En sus intervenciones, ninguno de los dos líderes quisieron hablar de una negociación rota. Reproches entre ambos no faltaron, pero a la vez los dos se tendieron la mano e insistieron en el mensaje de que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo antes de que, el 23 de septiembre, se disuelvan las cámaras y se convoquen automáticamente elecciones. Nadie quiere ser quien quede a ojos de la opinión pública como el culpable de las nuevas elecciones, pero Sánchez e Iglesias se limitaron a instarse mutuamente a recapacitar y aceptar el marco negociador del otro para sentarse de nuevo a la mesa.

En un principio, Sánchez fue parco y se limitó a pedir "una seria reflexión" a las formaciones y que "los principales partidos de la oposición abandonen el bloqueo", pero según fue avanzando el debate su tono se fue elevando hasta terminar exigiendo a Iglesias que "reflexione, no lleve al país a elecciones y no haga lo que hizo en 2016 impidiendo un Gobierno del PSOE".Por su parte, el líder de Unidas Podemos aprovechó su réplica a la intervención de Sánchez para insistir en la necesidad de negociar hasta el último minuto, así como para volver a exigir a Sánchez que rectifique y acceda a un Gobierno de coalición.

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Iglesias pidió al líder socialista que extraiga "lecciones" de lo ocurrido en Italia, donde el socialdemócrata Partido Democrático acaba de suscribir una coalición con el populista Movimiento 5 Estrellas, pese a que ha habido "mucha más aspereza" entre ellos que entre PSOE y Unidas Podemos. "Es preferible siempre una coalición que una repetición de elecciones", porque "la gente no ve bien cuando alguien trata de adelantar unas elecciones para conseguir ventaja", que es "lo que le ha pasado a Salvini", advirtió Iglesias a Sánchez.

Para el líder de Unidas Podemos, la única manera de evitar este riesgo es conformar una alianza de izquierdas "frente al modelo de la gran coalición". "No he entendido cómo usted ha apelado otra vez a PP y a Ciudadanos para que le den el Gobierno apoyándose otra vez en las políticas que generaron la crisis", criticó Iglesias, que pidió a Sánchez que "en vez de tenderles otra vez la mano a ellos", mire "más a su izquierda" y entienda que "para hablar de políticas sociales y medioambientales los aliados no pueden ser populares y liberales". "Si usted sigue tendiendo la mano a la derecha destruirá un valiosísimo patrimonio político que le dio una notable victoria", señaló Iglesias.

En su respuesta, Sánchez fue mucho más beligerante que en su intervención inicial y volvió a rechazar cualquier tipo de acuerdo de coalición con Unidas Podemos y con su líder, a quien acusó -entre protestas y negativas de Iglesias- de haber calificado como "la caseta del perro" los ministerios que el PSOE ofreció en julio y que la formación morada rechazó. No obstante, Sánchez también insistió en que hay una posibilidad de evitar las elecciones: que Unidas Podemos asuma que "no hay una única fórmula" para el acuerdo, que se pliegue a que éste no pase por una coalición y que se abra a un pacto únicamente programático.

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Sánchez también aprovechó para volver a pedir repetidas veces la abstención a PP y Ciudadanos y para reivindicar los logros del PSOE en una intervención con aroma preelectoral. "Usted considera que si no está Unidas Podemos dentro del gobierno no hay un gobierno de izquierdas porque nosotros somos gente de derechas que tiramos al monte, pero la realidad no se corresponde con su discurso", porque "antes de ustedes otros presidentes con las siglas del PSOE reconstruyeron el Estado del bienestar", espetó el líder socialista a Iglesias, que por su parte criticó que Sánchez no le haya telefoneado desde julio.

"Le tendré que llamar yo", señaló Iglesias. Y, si de esa llamada saliera un encuentro entre los dos líderes, "le planteo que la condición de posibilidad del acuerdo es que ni usted ni yo nos echemos atrás", apuntó el dirigente de Unidas Podemos. "Usted me vetó y yo me retiré, y esa retirada no caducaba en 24 horas. Asumo que ese veto forma parte de las condiciones para que tengamos un Gobierno. Le pido a usted que respete al menos su palabra" cuando "dijo que solo había un escollo", el propio Iglesias, para formar una coalición. Una propuesta que, sin embargo, parece que "no era en serio, porque cuando alguien propone algo en serio eso no dura tres días", lamentó.

Antes del pleno, tanto PSOE como Unidas Podemos ya trataron de poner la pelota en el tejado del otro. Minutos antes de comenzar la sesión, el portavoz adjunto del grupo socialista en el Congreso, Rafael Simancas, aseguró que el PSOE va a "intentar" no ir a elecciones, mientras su homóloga morada, Ione Belarra, insistió en que su formación está disponible "para negociar hasta el último momento". Aunque eso sí: para Unidas Podemos, "a quien le toca moverse" es a Sánchez, que es el responsable de "armar la mayoría" para su investidura.

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