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La legislatura, bloqueada

Iglesias mueve ficha y traslada a Sánchez la responsabilidad de la repetición electoral

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados.

Pablo Iglesias mostró este jueves a Pedro Sánchez su disposición a renunciar al Gobierno de coalición después de un año de mandato y con los Presupuestos Generales para 2020 ya aprobados si en ese plazo el líder socialista no está satisfecho con su funcionamiento. En ese supuesto, los ministros de Unidas Podemos abandonarían el Ejecutivo, a pesar de lo cual la formación morada seguiría prestando apoyo parlamentario al PSOE.

La idea del líder de Unidas Podemos no fue bien recibida por Sánchez. El presidente en funciones sigue creyendo que “no se dan las bases mínimas de confianza” necesarias para compartir tareas de gobierno, aunque sea de manera provisional. Y cree que Iglesias mantiene su pretensión de tener su propio gobierno dentro del gobierno, como demostraría el hecho, según fuentes socialistas, de que su oferta pasa por alto que el jefe del Ejecutivo es quien nombra a los ministros y que no necesita de la voluntad de otros para decidir poner fin a la presencia de alguien en el Consejo. El planteamiento de Unidas Podemos es, en su opinión, incompatible con un Gobierno “cohesionado, coherente y con una única dirección, en una legislatura estable”.

Podemos sigue “sin moverse” desde que el 28 de abril ofreció una coalición, aseguran fuentes de Moncloa consultadas por infoLibre. “Siguen en lo mismo. Sólo nos falta su voto para que haya Gobierno progresista”.

Como alternativa, mantiene la oferta que planteó hace dos semanas: un acuerdo programático que combine las propuestas de ambos partidos, garantías de cumplimiento mediante una auditoría presupuestaria, parlamentaria y con participación de organizaciones sociales y puestos para Unidas Podemos en órganos del Estado que dependan del Ejecutivo o de la mayoría progresista en el Congreso.

La negativa de Sánchez brindó a Unidas Podemos la oportunidad de descargar en él toda la responsabilidad sobre el fracaso de la investidura y la repetición de las elecciones. Pablo Echenique, cabeza visible del equipo negociador de UP, subrayó poco después que la oferta de Iglesias sí era “un verdadero punto intermedio entre un gobierno de partido único y un gobierno de coalición”, a pesar de lo cual Sánchez la “ha rechazado en tiempo récord, de nuevo sin dar ningún motivo y ninguna explicación. Parece que tiene claro (y posiblemente siempre fue así) que nos va a arrastrar a elecciones para ver si consigue 10 escaños más”, aseguró a través de Twitter.

 

El desacuerdo entre Iglesias y Sánchez, tras la conversación telefónica mantenida a instancias del líder de Unidas Podemos, prácticamente agota las posibilidades de reconducir la situación. Sobre el papel aún hay tiempo, pero se acaba. El rey ya ha convocado a los partidos para decidir si propone o no un candidato. Será el lunes y el martes y, mientras tanto, los mensajes que PSOE y Unidas Podemos se intercambian y, sobre todo, el tono de precampaña adoptado en las últimas horas por ambas formaciones antes de que concluya el plazo legal para intentar una nueva investidura, anticipan el final precipitado de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones generales por cuarta vez desde 2015.

En precampaña

Los socialistas tenían previsto celebrarar este sábado un nuevo acto político, esta vez con el formato de su Consejo de Política Federal pero, igual que el municipal que celebraron el último fin de semana, con un inequívoco aroma preelectoral. Sánchez iba a rodearse de sus barones, entre ellos los presidentes autonómicos de Extremadura, La Rioja, Asturias, Navarra, Comunitat Valenciana, Aragón, La Rioja, Canarias y Castilla-La Mancha con la vista puesta en la campaña que se avecina, aunque han tenido que suspender el acto por culpa de la gota fría.

Los socialistas no consideran posible un acuerdo con Unidas Podemos mientras esta formación mantenga su exigencia de entrar en el Consejo de Ministros, pero el PSOE trató este jueves de insistir en la idea de que todavía es posible el pacto siempre y cuando se fundamente sobre un acuerdo programático y excluya tener “dos gobiernos dentro del gobierno”.

"Hasta el último minuto vamos a trabajar para que no haya elecciones”, declaró la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, en una entrevista concedida al programa de televisión Todo es Mentira (Cuatro). Pero sobre la base de un acuerdo programático.

Unidas Podemos, a su vez, también difunde mensajes en clave de precampaña. Entre ellos un vídeo muy crítico con el PSOE puesto en circulación antes de la conversación de Iglesias con Sánchez:

 

La encuesta del CIS difundida este jueves, que pronostica una nueva victoria del PSOE, alentó aún más la sensación de que las elecciones son inevitables.

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El jefe del Estado, Felipe de Borbón, activó este jueves la ronda de contactos con los partidos de la que depende la celebración o no de una nueva investidura. Las reuniones tendrán lugar el lunes y el martes y, a pesar de que los dos partidos lo rechazan, continúan las especulaciones en ambas formaciones en torno a la posibilidad de que Unidas Podemos transmita al rey —y que el PSOE lo acepte— su apoyo al candidato socialista aunque no exista un acuerdo ni de coalición ni programático.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, sugirió que Felipe de Borbón no propondrá la investidura de Sánchez si no es el resultado de un acuerdo entre partidos al asegurar la necesidad de contar con un Gobierno “estable”. Pero la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, no fue tan precisa. En declaraciones a los medios se limitó a decir que “en estos momentos Sánchez, si no tiene los apoyos necesarios, no aceptará” el encargo del rey.

“No lo haremos porque creemos que esta responsabilidad no nos corresponde en exclusiva a nosotros, es una responsabilidad de todos”. Aceptar un nuevo debate de investidura sin tener garantizados los apoyos —que es precisamente lo que el PSOE hizo en julio— sometería a los ciudadanos “a una situación frustrante”, añadió Calvo. 

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