Violencia machista

Organizaciones feministas se movilizan ante una "situación de emergencia" y contra el daño de la extrema derecha a las políticas de igualdad

Imagen de archivo de la movilización del 8M.

Estado de emergencia: perturbación de la normalidad, del orden interno de un país, de la paz. Es el nombre que han utilizado las organizaciones de mujeres, estado de emergencia feminista, para movilizarse este viernes y romper con la normalización de lo que denominan terrorismo machista. "¿Es normal que durante el mes de julio haya sido asesinada una mujer cada dos días?, ¿no es grave que los delitos sexuales en España hayan crecido un 50% en julio y agosto?, ¿podemos hablar de normalidad cuando en lo que llevamos de año se han duplicado el número de violaciones grupales?". Son algunos de los interrogantes que lanzan las plataformas feministas en el manifiesto 20S Emergencia Feminista. Este viernes, cientos de ciudades han decidido sumarse al grito de las mujeres para exigir políticas efectivas y compromisos reales para frenar el machismo en todas sus formas.

La movilización tomará forma de concentraciones y manifestaciones a partir de las 20.00 horas del viernes. "Esta noche no estamos solas, no volvemos solas, no nos sentimos solas; la luz violeta hoy alumbra las calles, alumbra nuestros pasos", reza el manifiesto oficial. "Son pasos firmes que caminan hacia adelante, somos las mujeres reclamando que se cumplan nuestras exigencias para que el estado de emergencia no protagonice nuestras vidas".

La iniciativa, que ha saltado de ciudad en ciudad, parte de un punto muy concreto. Se trata de la Plataforma Feminista de Alicante y cuatro de sus voces: Yolanda Díaz, Mónica Carrasco, Covadonga Peremarch y Lydia Sellés. "En julio nos convocamos extraordinariamente porque veíamos cada dos días a una mujer asesinada". Habla Díaz, una de las portavoces y promotoras de la iniciativa. Julio ha sido, por el momento, el peor mes para las mujeres: se ha saldado con la vida de nueve, siempre en base al recuento oficial y por tanto aquellos casos en los que el agresor era pareja o expareja de la víctima. El "repunte de las manadas o los casos de pederastia" fueron también un golpe de realidad para las feministas.

Es entonces cuando deciden convocar una jornada de emergencia feminista. Hacen el anuncio el 6 de agosto en Alicante, e instan a sumarse a "otras compañeras de todas las ciudades, pueblos, aldeas, dentro de sus asociaciones feministas". El mensaje, la reivindicación, no podía ser más clara: "No queremos seguir andando por las calles con miedo", lanza Díaz, quien apela al "hartazgo y la indignación" como origen de la cita feminista, pero sobre todo al rechazo a seguir "tolerando esas cifras de violencia contra las mujeres por el simple hecho de serlo".

Los acontecimientos de esta semana contribuyen a engrosar el listado de razones para la movilización. Cuatro mujeres asesinadas en tan solo dos días –tres el lunes en Valga (Pontevedra) y otra el martes en Ciudad Lineal (Madrid)– y cuatro menores huérfanos. Díaz reitera la cólera de la ciudadanía. "No podemos tolerar, normalizar, lo que está pasando", afirma. Las mujeres, agrega, "como ciudadanas de pleno derecho, no tenemos la seguridad de transitar por las calles", por lo que "el Estado se tiene que responsabilizar" a fin de garantizar "el derecho a una vida libre y en igualdad de condiciones".

El grito ha llegado a prácticamente todo el mapa estatal y cientos de organizaciones se han sumado a él. En Madrid ya son al menos 76 entidades las que han dado el paso adelante. Así lo asegura Lucía Candeira, de la Plataforma 7N Contra las Violencias Machistas. Los motivos que expone la activista coinciden con los de su homóloga: "Por la ola de asesinatos este verano y los feminicidios de los últimos días". El objetivo de la salida a las calles, dice, consiste en "recordar que nos están matando y que cada seis horas se denuncia una agresión sexual". Reivindican, ante esta situación, su "papel como mujeres" y tratan de lanzar el mensaje de que "esto es una emergencia y debe tratarse como tal".

Coincide Teresa Sáez, fundadora de la organización Lunes Lilas. Al teléfono desde Pamplona, confirma el plan de las asociaciones feministas de ocupar igualmente las calles este viernes. "La emergencia viene de tiempo atrás", reflexiona, pero es que "en dos días han sido asesinadas cuatro mujeres, es un escándalo público". También denuncia la oleada de violencia sexual, "un problema en la vida de las mujeres todos los días y a todas horas".

Ana María Pérez del Campo preside la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. En conversación con infoLibre, la histórica activista apoya sus argumentos en las cifras. "Se constata continuamente que esto no está descendiendo y que a los asesinos no les importa nada acabar con la vida de las mujeres, incluso en presencia de sus hijos", subraya, en alusión a los últimos feminicidios conocidos. En lo que va de año, un total de 42 mujeres han perdido la vida y desde el año 2003, la cifra asciende a 1.017. En cuanto a los menores, tres han sido asesinados este año y 30 desde 2013, cuando se inició el recuento. Los que han quedado huérfanos son 263, en seis años.

Las cifras las completan las organizaciones de mujeres, algunas sacando adelante una labor de recuento desde los años noventa. La federación que preside Pérez del Campo ha contabilizado 1.332 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde el año 1999, un total de 122 menores y 52 víctimas colateralesEn ese contexto, Pérez del Campo recuerda que "los hombres no nacen violentos; se hacen violentos. Y las mujeres no nacen sumisas; se hacen sumisas". Es por tanto "el sistema patriarcal el que hay que cambiar, que sigue vigente y lanzando mandatos de cómo ser y actuar". La realidad, agrega la activista, es que "las mujeres pagamos un peaje por ser mujeres y cuando nos matan estamos ante el más cruel de los terrorismos de género".

Una mirada al espectro político

En el mes de enero, el movimiento feminista trataba de digerir el resultado que habían volcado las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Doce escaños para Vox. Las feministas decidieron entonces organizarse y salir a las calles, el 15 de enero, para evitar el "retroceso" que el partido escenificaba a través de sus políticas de ultraderecha. Con la convocatoria de comicios en abril, las activistas reiteraron su mensaje y recordaron el valor del voto de las mujeres.

Hoy la mirada a los partidos políticos y a las instituciones es inevitable. La llamada de atención no se reduce a las formaciones más a la derecha, sino que se dirige a todo el arco político. Además de "hacer frente a las teorías negacionistas", las mujeres reclaman también "llegar a acuerdos y cumplir con el Pacto de Estado contra la Violencia de Género", recuerda Candeira. "Desde el movimiento feminista se lleva pidiendo que pongan en marcha todas las medidas, con eficacia y transparencia, para saber qué se está gastando, qué medidas restan por poner en marcha y que se cumpla el acuerdo", agrega la activista.

Sáez insiste además en rechazar medias tintas. "Las medidas que se plantean no valen nada, hay que hacer una transformación del pensamiento hacia relaciones igualitarias entre las personas", analiza, lo que implica una necesaria "inversión en educación, con una asignatura permanente y esfuerzo cotidiano". Al trabajo de raíz deben sumarse también "recursos de urgencia, prevención y protección, para que cualquier mujer que viva en una situación de violencia tenga herramientas disponibles". Eso, hoy día, "no está garantizado de manera general", denuncia la activista navarra.

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Respecto a la ultraderecha, Sáez critica no solo el mensaje de Santiago Abascal y los suyos, sino también la permisividad en cuanto a su difusión. "No es comprensible que se pueda permitir, nadie puede decir esas barbaridades insultantes que desprecian a la ciudadanía", lamenta.

Ese "desprecio" ha tenido la mañana del jueves su representación más gráfica frente al Ayuntamiento de Madrid. Lo que se anunciaba como una concentración institucional en repulsa del último asesinato machista, se convirtió en una contienda entre el alcalde José Luis Martínez-Almeida (PP) y el concejal Javier Ortega-Smith (Vox), debido a una pancarta que portaba este último afirmando que "la violencia no tiene género". Aunque ambos protagonizaron un desencuentro, el fondo del conflicto mostró las evidentes líneas ideológicas que comparten: "Nosotros no vamos a aceptar el discurso de la ideología de género, que es el discurso de la izquierda", apuntó Ortega Smith. "Sabes que no comparto ni la ideología de género ni el feminismo del 8 de marzo", respondió el regidor.

Pérez del Campo analiza lo sucedido y urge a "tomar medidas y hacer un llamamiento a los ciudadanos, en particular a las mujeres". Hay que saber, continúa, que "si te matan vendrá alguien diciendo que la violencia es general". Y este mensaje, aunque protagonizado por las filas de Vox, es compartido por otros actores. Pérez del Campo se refiere a PP y Ciudadanos. "En realidad piensan igual, porque de lo contrario no estarían gobernando juntos". Al final, apunta, "el terrorismo de género obedece a decisiones políticas. No nos sirve que se peleen porque uno lleve una pancarta y hagan el paripé: los tres partidos de extrema derecha en el fondo y en la forma están de acuerdo". 

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